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MARIA DE SAN GERONINO SE PRESENTA A LA INQUISICION A TRAVES DE SU CONFESOR.

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A lo que nos hace entender la documentación conservada en el Archivo Histórico Nacional13 sobre María de San Gerónimo y su proceso, ella, de tiempo atrás sentía gran arrepentimiento por algunos hechos sucedidos en el pasado y había tenido intención de confesarse con un “penitenciario”- sacerdote autorizado para absolver pecados de cierta naturaleza especial – pero por razones varias no logró contactar con uno; pasado el tiempo tuvo confianza con un confesor ordinario, capellán del convento, y sabedora de que el Santo Oficio se hallaba en la villa pidió ser entrevistada por el mismo. Como petición hállase una carta o nota, con muy mala caligrafía y fragmentos en falta. Dice el billete a este tenor14:

Los dias passados hallandome con algun escrupulo de conciencia me atrevi confiada en la mucha misericordia que han usado conmigo me atrevi con el capellan desta casa que (me) içiera una merced aciendome camino (falta un trozo del folio) …me oiría dos palabras y por ser cosa que no me atrevo a escribirla (rotura del folio) de Nuestro Señor sea con brevedad y porque estois (rotura) confesar porque nadie de esta cassa (rotura) no me atrevo a decirlo suplica a V. y si no pudiera hacerme esta merced me envíe de su parte alguna persona confiada en que me hara merced como siempre y no digo mas de que Nuestro Señor le guarde

(Con mala caligrafía escribe: MARIA DE SAN GERONIMO).

Como emisario de esta súplica el capellán, el licenciado Zapata, entró en contacto con el Santo Tribunal y lo que sigue es el camino normal en estos casos. No sabemos cuánto tardó el capellán en “hacerle merced”, es decir comunicarse en secreto con los inquisidores y manifestarles el deseo de la monja. Es de suponer que a más del billete escrito llevaría recado con detalles de las faltas de María de San Gerónimo por las que ella sentía necesidad de confesar y aliviar su alma. Tras oírle los inquisidores se tomaron en serio lo que la monja quería manifestarles personalmente.

Como primera providencia parece ser que se la llevaron del convento a una de las conocidas como “cárceles secretas de la Inquisición” y aunque esto no se manifiesta abiertamente, sí que hay una carta de los inquisidores dirigida a su madre abadesa de su convento o monasterio, carta por la que se le recuerda que una de sus monjas esta presa y que ella ha de mantenerla (darle de comer y subvenir a sus necesidades) pídele en este concepto cuatro mil reales. La madre Abadesa, contesta con humildad, pero con tranquilidad que su convento es “pobre de solemnidad” y que aunque quisiese no podría reunir esa cantidad ni ninguna. Sin haber hallado respuesta por parte de los inquisidores suponemos que la alimentaron a su costa pues María no murió de hambre.

El penitente (en este caso la monja) se había presentado voluntariamente y confesado de buena gana todas sus faltas y pecados ante el Tribunal de la Herética Parvedad mientras un secretario tomaba fielmente nota de todo lo dicho y de las preguntas y respuestas que surgían a lo largo del interrogatorio. Es de anotar que siempre que se menciona a un tercero, el tribunal pregunta su nombre y su lugar de origen, tejiendo así una posible red de conocimientos alrededor de esa herejía o hecho. Más tarde, si era pertinente se dirigiría a estos “cómplices” o testigos que a veces eran simples conocidos.

En este caso, como en todos, las preguntas y respuestas duraron varios días. A veces los interrogatorios duraban meses a aún años. En cada sesión y cada vez se toma nota por ver si hay contradicciones y si el acusado o penitente incurre en discrepancias con lo ya declarado.

En el expediente de sor María figuran varios interrogatorios que son mayormente repetitivos por lo que, aunque no es el único, reproducimos uno de los documentos escritos por los inquisidores en donde figuran casi todos los particulares que la monja María de San Gerónimo relata durante las sesiones. Ella misma se confiesa en las declaraciones que hace a las preguntas del inquisidor, cómo sintió el arrepentimiento y de qué se acusa ella misma.

El llamado Secretario del Secreto de la Inquisición escribe mientras ella responde a las preguntas que se le hacen. El documento transcrito en su grafía original dice así:

María de San Gerónimo (1581-1596) (Inquisición. 110. Exp.12 / Archivo Histórico Nacional)

La confesión la hace en la villa de Madrid a cuatro de septiembre de 1594 por mandado de D. Pedro Portocarrero Obispo de Córdoba, Inquisidor General y los Señores del Consejo de Su Magestad de Valladolid, fui al monasterio de la Magdalena de las Arrepentidas desta villa y estando presente el liçençiado çapata confesor del dicho monasterio paresçio presente Maria de San geronimo que en el siglo se llamaba Maria de la Concepcion natural de la ciudad de Valladolid monja profesa de dicho monasterio y juró en forma y prometió decir verdad y dijo ser de edad de cuarenta y seis años poco más o menos.

// Preguntada si es verdad que el dicho liçençiado çapata su confesor envio a decir al dicho señor Inquisidor General que tenía que decir y descargar su conciencia en el Santo Oficio de la Inquisicion. = Dijo que sí quella dio liçençia al dicho liçençiado çapata su confesor para que fuse a decir allí al señor Inquisidor General que ella tenía que decir y descargar su conciencia en el Santo Oficio de la Inquisicion.

Fuesele dicho que diga lo que tiene que decir y descargar su conciencia en el Santo Oficio de casos (cosas??) que haya dicho o hecho o visto hacer o decir o que sea o parezca ser contra Dios Nuestro Señor o contra su santa ffe católica y evangelica rromana o contra la Virgen Maria (…) que en todo diga la verdad y descargue su conciencia.

= Dijo que hara treinta y cuatro años poco más o menos que estando en la ciudad de Valladolid en casa de Doña Constanza de Vivero que la crio desde que nacio y estando sirviendo en su casa persuadida de un negro que también tenía en la misma casa, que se deçia Soliman, que no se acuerda que le dijese de donde era natural el qual era esclavo de Francisco de Gaete, deudo de la dicha doña Constanza de vivero el cual era natural de la ciudad de Trujillo…

Todos estos datos, nombres de persona y lugares donde vivían, como hemos adelantado, podían dar pistas a los inquisidores para sus averiguaciones posteriores, por lo que era interesante tomar nota de todo ello.

… y persuadida por el cual dicho moro Soliman tuvo acceso carnal con el por tiempo y espacio de tres años poco mas o menos en el qual tiempo se hizo preñada del dicho Soliman una vez y sintiéndose estar preñada pidió a una comadre que no se quienes le diesen consejo echarlo del cuerpo la qual le dio una bebida de agua de esparto15 con el que lo hecho ya si no lo entendieron en la dicha casa si no que fue Maria de Morales la dueña de la dicha casa, que no sabe si es viuda o muerta a la cual descubrió que estaba preñada pero no le dijo que era de moro ni de christiano y que a tres o quatro veçes que el dicho Soliman había tratado carnalmente con ella a esta confesante le dijo y persuadio que se casase con él y que la llevaría a su tierra y que sería señora de mucha haçienda y que renegase de Nuestro Señor Jesucristo y de Nuestra Señora y se volviese mora y que aunque algunos días le trujo en palabras al cabo de seis días concedio con su ruego y esta confesante dijo quella quería volverse mora y que renegaba de Dios Nuestro Señor y de María Santísima la Virgen y que se dijo otras palabras que no se acuerda de mas quellos de casaron de la manera que tiene dicho y estando una vez el dicho Soliman tiniendo acceso carnal con esta confesante a solas en un aposento acabado de hacer el dicho acceso le dijo que pues que ya era suya y había hecho lo que le había pedido (…) que se incara de rodillas y adorase a sus berguenzos mostrándoselos y esta lo hizo y en dos años y medio que estuvo en esta casa de la dicha doña Constanza de Viveros y trato con el dicho moro como dicho tiene no dejaba de irse a confesar confesava como tenía acceso carnal con hombre pero no confesaba que era moro y el dicho confesor le aconsejó que se saliese de aquella casa y quitase la ocasión y asi esta se salio dela dicha casa al cabo de los dos años y medio y se fue a casa de una señora que el dicho confesor le procuró y que se decía doña Beatriz de Losada donde estuvo un mes alcabo del qual el dicho Soliman la buscó y la saco de la dicha casa y allí estuvo dos días con el y luego se fueron a Granada ella y el dicho Soliman con el qual estaría en la dicha ciudad seis meses y vivieron juntos como marido e mujer al cabo de los quales esta confesante con el escrúpulo que tenía del mal estado en que estaba topo en la dicha ciudad con Hernando de Laguna natural de Valladolid, hijo del contador Laguna que no sabe si es vivo o muerto, al qual le dio quenta del mal estado en que estaba y de cómo estaba amancebada con un moro que la había traido a aquella ciudad y que le suplicaba que la sacase de allí y la llevase a Valladolid el qual le dijo que si haría y a cabo de quatro días que le dio cuenta desto el estaba de partida para Valladolid y la llevo consigo y nunca más vio ni supo del dicho Soliman. Y de haber ofendido al Señor le pesa y pide humildemente penitencia con misericordia.

– Preguntada si cuando el dicho Soliman le dijo que se casase con él y renegase de Nuestro Señor Jesucristo y demás santos si fue con ánimo e intención de apartarse de nuestra Santa Ffe católica y volverse a la secta de Mahoma.

– Dijo que ella al tiempo que dijo las dichas palabras que renegaba de Nuestro Señor Jesucristo y demás santos y de que se quería casar con el dicho Soliman fueron con ánimo y voluntad y deliberada yntencion de ser mora y apartarse de nuestra ffe catholica y con esta yntencion fue con el dicho Soliman a Granada para pasarse en (a??) berberia y volverse mora.

– Preguntada que cirimonias le enseño el dicho Soliman que havia de hacer para ser mora y si le enseño alguna oracion de los moros.

– Dijo que aunque el dicho Soliman le enseño algunas cosas de su secta, no se acuerda de ninguna, ni esta los hiço mas que muy ordinariamente el dicho Soliman se ponía en un corridor y ponía las manos al çielo decía ala y decía otras cosas que esta no se acuerda mas de que la persuadia de que no comiese tocino y de que no oyese misa y que no se acuerda de que le enseñase oración de moras mas quel se metía en un aposento y reçaba en algarabía y que (ella) no entendia las palabras que decía ni ninguna cosa de las que el dicho Soliman le dicia que hiciese para ser mora…

– Preguntada por quanto tiempo estuvo en la creencia de la ffe de mahoma y con quien lo trato y comunico

– Dijo que aunque trato con el dicho moro Soliman el tiempo que tiene dicho esta tuvo la creencia de la secta de mahoma por tiempo y espacio de diez y seis meses en cual tiempo estuvo determinada de ser mora y de que estuviese en Berberia hiciera los ritos e cirimonias que ellos haçen en Ververia y el dicho Soliman le enseñara y que en el demás tiempo que trato carnalmente con el dicho Soliman andava vaçilando paresciendole mal lo que haçia .

– Preguntada quanto tiempo hacia que dejo de creer los dichos herrores

– Dijo que desde que se vino con el dicho Hernando de Laguna de Granada a Valladolid que determinadamente dejo aquel maltrato y se volvio a Nuestra Santa Ffe católica.

– Preguntada que antes que renegase de Nuestro Señor y de la –santísima Virgen Maria y se volvió mora que tenia y creía

– Dijo que era christiana bautizada y creía y tenia lo que tenia y creía la Santa Madre Iglesia católica rromana.

– Preguntada si sabia y entendia que el renegar de Nuestro Señor Jesucristo y de Nuestra Señora la Virgen Maria y volverse mora era contrario a lo que tiene y predica la ffe catholica

– Dijo que si, que bien entendia que el renegar de Nuestro Señor Jesucristo y de Nuestra Señora era contrario a nuestra ffey a lo que los christianos profesan y que lo hiço persuadida del dicho Soliman como mujer de poca edad y entendimiento pide penitencia con misericordia.

– Preguntada que es lo que ahora quiere tener y creer

– Dijo que desde como dicho tiene, desde que dejó (a) aquel moro e volvio de todo corazón a nuestra Santa Fe catholica y quiere vivir y morir en ella,

– Preguntada si el dicho Soliman le dijo y persuadio que renegase también de los santos del cielo

– Dijo que no se acuerda que le dijese tal, ni tampoco si lo hiço y esta cierta que lo hizo.

– Preguntada si en el tiempo que dice que renegó de nuestra Santa Ffe Catholica y se paso a la secta de Mahoma si se confesaba sacramentalmente y si recibia el Sacramento de la Eucaristia y quantas veces fueron las que lo hizo.

– Dijo que en el tiempo que estuvo en la secta de los moros confesaba cada mes una vez pero no confesaba la verdad de como era mora al confesor y en el dicho tiempo también recibia el Santo Sacramento que trato con el dicho Soliman cada mes una vez.

– Preguntada por que en el Jubileo pasado que S.S. concedio para que con qualquiera que se confesase que fuese aprobado pudiese ser absuelta dello.

– Dijo que no vino a su noticia que el dicho jubileo diese esta facultad ni tampoco supo jamas que era negocio que la Inquisicion conocia dello hasta que era pocos meses a que confeso con el dicho liçençiado aunque supo que era (falta palabra) Antes de ser monja trato de ir a rroma con otros dos moços y por serlo no les quisieron dar liçençia para ir alla y la qual liçençia pidieron al nuncio que a la sazon estaba en esta villa que no sabe como se llamaba // y visto esto se metio en este convento para buscar el remedio para su salvacion y como este arçobispado estuvo muchos años con gobernador (sin arzobispo) y no venía a visitallos dejo de hacer la diligencia – quiere decir que dejó de buscar una autoridad eclesiástica que pudiese perdonar su pecado, un penitenciario - hasta que vino el Ilustrisimo Cardenal Quiroga el qual entre otros días que vino a este monasterio le hablo esta confesante un dia y le dio quenta del trato del moro y como había renegado y lo demás que dicho tiene y el dicho Señor Cardenal le dijo que era este caso reservado a él // Que le enviase una petición y esta le dijo que su señoria le enbiase (sic) su confesor y después el dicho Cardenal le envio a Chiriboga, su criado a que esta se lo dijere// y esta como lo vio moço (demasiado joven) y que no era confesor no se atrevio a declararse con el y asi al Cardenal se le olvido y esta no hizo más diligencias.

Probablemente el mencionado Chiriboga era un joven secretario del Cardenal al cual ella había de declarar sus pecados pidiendo por ello audiencia al Cardenal Quiroga en forma reglamentaria. Chiriboga probablemente sabría cómo encabezar la petición y cómo sustanciar el documento pero la monja le vio joven y no tuvo valor para repetir las cosas (algunas vergonzosas a su entender) que al cardenal había revelado, así que una vez más se quedó con ganas de descargar su conciencia. El documento continúa:

–Preguntada si quando el dicho moro Soliman le dijo que adorase sus verguenças y que se incase de rodillas, que palabras le dijo en la adoracion

– Dijo que no se acuerda mas que de como dicho tiene / que se inco de rodillas sin decir palabras ningunas si no mas de una vestialidad y torpe aficçion.

– Preguntada si con el dicho Hernando de Laguna o con alguna otra persona trató y comunico los herrores que tiene confesados

– Dijo que no los trato los dichos herrores con el dicho Hernando de Laguna ni con otra persona mas que lo que dicho tiene y questo es lo que sabe y se acuerda y le pesa de aber ofendido a Nuestro Señor. Pide a su Divina Magestad perdón de sus peccados y al Santo Oficio con mucha humildad penitencia con misericordia que si supiera cosa de Inquisicion lo oviera dicho y esta es la verdad por el juramento que tiene fecho fuele leida esta confesión dijo que estaba bien escripta / encargosele el secreto y al dicho confesor lo mismo prometieron de cumplirlo y por no saber la dicha firmar firmo por ella el dicho liçençiado Çapata.

Sigue una frase; Xpo. Nos vala. (Cristo nos valga) y siguen las firmas Testigo: Çapata, Alburquerque.

Passo ante mi Pedro Bolibar sº s del secreto (notario del Secreto de la Inquisición)

Este el documento que los inquisidores firmaron tras la larga confesión de la desdichada mujer cuyo pecado le perseguía a todas partes por lo que tenía el alma atormentada y no halalba paz consigo misma. Sin embargo, a pesar de la sensación de vergüenza que recorre sus páginas no se ve innecesaria crueldad de parte de los interrogadores más que ahondar en detalles escabrosos que sin duda hacían sentirse incómoda a la confesante. No se detalla ni describe tormento alguno, ni aislamiento, ni gritos, ni suplicios como hemos encontrado en otros documentos, tan detallados ellos.

Mujeres e Inquisición

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