Читать книгу Un Meta-Modelo Cristiano católico de la persona - Volumen I - William Nordling J. - Страница 53
REDUCCIONISMO VERSUS CONSTRUCTIVISMO
ОглавлениеLa teoría moderna de la personalidad secular comúnmente asume que las cosas «superiores», especialmente la experiencia religiosa y los ideales morales, deben ser entendidas como provocadas por fenómenos inferiores subyacentes. Por ejemplo, el amor se reduce al deseo sexual; el deseo sexual a la fisiología; la vida espiritual o los ideales artísticos se reducen a impulsos sexuales sublimados (como en Freud), y se supone que gran parte de la conciencia es generada por fuerzas inconscientes (de nuevo, como en Freud o Jung).
La teoría cristiana es construccionista. Hace hincapié en los aspectos superiores de la personalidad, los cuales contienen y a menudo producen o transforman, los aspectos inferiores, y a veces entran en conflicto con ellos. De esta forma, mi pensamiento consciente me hace buscar lo que es bueno, verdadero o bello. La búsqueda y la experiencia del amor abnegado de Dios y de los demás motiva el deseo de trascender la realidad cotidiana. El pensamiento construccionista es sintético, reúne los hechos bajo un patrón integrado de coherencia, mientras que el pensamiento reduccionista es analítico, y divide todo lo que se está estudiando en partes. Por supuesto, un buen análisis es un requisito importante para cualquier integración o construcción que pueda tener éxito. Sin embargo, gran parte de la psicología moderna solo ha proporcionado el análisis, con sus consecuencias reduccionistas. La integración suele dar lugar a una comprensión jerárquica, mientras que la mentalidad moderna es generalmente antijerárquica. Uno de los pocos teóricos de la personalidad del construccionismo moderno es Viktor Frankl (1960, 1963), con su énfasis en la búsqueda de un significado más elevado. No obstante, recientemente, los trabajos de Seligman (Peterson y Seligman, 2004; Seligman y Csikszentmihalyi, 2000) y muchos otros, que se integran en el movimiento de la psicología positiva, han vuelto a poner énfasis en los aspectos superiores con su enfoque en las virtudes y las fortalezas del carácter.
En resumen, estos cinco pares de principios contrastantes aclaran dos cosas: muchos supuestos fundamentales de las teorías modernas de la personalidad no se basan en pruebas empíricas o científicas, y todos estos supuestos no son a menudo consistentes con una interpretación cristiana católica de la persona y la personalidad.