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Prólogo

A principios del 2002, fui invitado a dar un discurso inaugural en una conferencia de logística en Zaragoza, España. Esta invitación provino de Emilio Larodé, profesor de la Universidad de Zaragoza, quien me contactó como resultado de la recomendación de mi colega de MIT, Ralph Gakenheimer, el reconocido gurú de la planificación urbana. Sin embargo, antes de poder responderle, primero tuve que ubicar la ciudad de Zaragoza en el mapa. Nunca había estado ahí ni tampoco había escuchado hablar de esta modesta ciudad en medio de España.

Durante mi visita, conocí el plan del gobierno para desarrollar un gran parque de logística al lado de la ciudad, al igual que sobre la calidad de los platillos y vinos locales (“típico típico” declaraban mis anfitriones con orgullo sobre cada nuevo platillo y botella). Zaragoza no es un puerto, tampoco una gran ciudad, ni tampoco un aeropuerto de importancia, y sin embargo, sentí que el proyecto podría tener éxito. La ciudad está aproximadamente equidistante a cuatro de las ciudades más grandes de España (Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao), así como del Atlántico y el Mediterráneo. Además, el aeropuerto tiene la capacidad de recibir aviones grandes de carga. De igual importancia, los planes de gobierno incluyeron una ubicación de transporte combinado, que sería clave para un “puerto seco”. Al mismo tiempo, el gobierno central estaba planificando la construcción de un tren de alta velocidad conectando a Madrid y Barcelona a través de Zaragoza. La tercera sección del capítulo 1 nos cuenta la historia completa de cómo se llegó a realizar el parque de logística de Zaragoza.

Mis charlas con el gobierno aragonés se enfocaron en cómo distinguir el parque planificado de los demás parques en España y de otros lugares de Europa. Sugerí el desarrollo de un centro académico internacional para la investigación y posgrado en logística y en el manejo de la cadena de suministro. Debido a que la logística es, por naturaleza, una profesión internacional, siempre pensé que el Centro de transporte y logística de MIT debería tener “oficinas locales” alrededor del mundo, trabajando con la industria local. En vez de colocar el nuevo centro en el campus de la Universidad de Zaragoza, podríamos “construir la universidad dentro del laboratorio” al colocar el nuevo Centro de logística de Zaragoza dentro de su parque de logística. Tal ubicación fomentaría una cooperación más cercana entre las compañías, los alumnos y los investigadores.

Mientras el gobierno aragonés continuaba con el desarrollo del parque de logística, conocido como PLAZA (Plataforma Logística de Zaragoza), no recibí noticias durante varios meses sobre la idea del centro académico. Sin embargo, a finales del 2002, Alan Cuenca y Manuel López, representando respectivamente al ministerio de finanzas y de educación de Aragón, vinieron a visitarme a Cambridge, Inglaterra, en donde estaba pasando mi año sabático. Una tarde, durante una charla en el sexto piso del Judge Business School en el antiguo edificio del hospital Addenbrooke, me trajeron con entusiasmo la noticia de que el gobierno aragonés estaba listo para continuar.

La historia del Centro de logística de Zaragoza (ZLC) se presenta con más detalles en el capítulo ocho, en el que se incluye su éxito académico. Sin embargo, esta reunión en Cambridge marcó el principio de una fructífera colaboración entre MIT, el gobierno aragonés, dos bancos locales, PLAZA y la Universidad de Zaragoza, la cual está iniciando su segunda década. Esto también marcó el principio de mi participación personal con el proyecto PLAZA y la comunidad de Zaragoza, y de las sólidas amistades que se crearon durante el proceso. Llegué a apreciar la previsión, visión y capacidad de ejecución del gobierno de la comunidad autónoma española de Aragón. Más ciudades, regiones y estados deberían ser igual de afortunados. Con la experiencia de éxito de ZLC, MIT ha abierto centros similares de investigación y educación de logística en Bogotá y en Kuala Lumpur, combinando estos centros con la red global de la Excelencia en logística y cadena de suministro (SCALE por sus siglas en inglés).

Sin embargo, fue el éxito económico de PLAZA lo que motivó la investigación que finalmente condujo a la creación de este libro. Quise comprender la razón por la cual PLAZA, como desarrollo en un terreno rural, en una pequeña ciudad con una base industrial limitada, llegó a tener tanto éxito. Mi curiosidad me condujo a investigar los clústeres de logística por todo el mundo, un tema que ha recibido poca atención dentro de la literatura económica. Durante varios años visité clústeres de logística en Rotterdam, Panamá, Singapur, Sao Paulo, Los Ángeles, Chicago, Memphis, Louisville, Dallas y muchas otras regiones. El tiempo de estas visitas fue utilizado en observar actividades, recolección de datos y entrevistas a ejecutivos, funcionarios de gobierno, consultores y académicos.

EL LIBRO

Cuando empecé a estudiar los clústeres logísticos, mi intención era simplemente la de contar sus historias y ofrecer un poco de información sobre su desarrollo. Estos clústeres exhiben ciertas características y ofrecen ciertas ventajas que no son comunes a las aglomeraciones industriales frecuentemente analizadas, tales como la concentración geográfica de compañías biotecnológicas en Cambridge, Massachusetts o las compañías de servicios financieros en Manhattan, Nueva York. El capítulo 2 ofrece un nuevo enfoque a la literatura de los clústeres industriales generales al comparar la concentración de artistas y talleres de arte en la Florencia del Renacimiento con la serie de compañías de tecnología de la información y los empresarios que se encuentran en Silicon Valley. El capítulo 3 profundiza en el tema de cuatro clústeres logísticos (Países bajos, Singapur, Panamá y Memphis) indicando algo de su historia y características, y acentuando la definición del término. Además de los mecanismos que alimentan el desarrollo de cualquier tipo de clúster industrial, el capítulo 4 nos muestra la manera en que la economía del transporte aumenta la retroalimentación positiva que impulsa el crecimiento de los clústeres logísticos. Los clústeres logísticos también generan otro tipo de actividad industrial, y el capítulo 5 nos describe muchas de las actividades de valor agregado que económicamente se pueden desempeñar en los productos “mientras se encuentran ahí”.

El capítulo 6 describe los componentes de infraestructura que son los bloques estructurales de todos los clústeres logísticos, y el capítulo 7 destaca el papel que desempeñan los gobiernos en su desarrollo y nutrición. Este papel incluye no sólo el financiamiento de inversiones a largo plazo sino que también los regímenes reglamentarios y las políticas comerciales. Aunque la logística es a veces considerada como una profesión de “movimiento de cajas”, la administración de la cadena de suministro moderna involucra procesos sofisticados, maquinaria compleja y tecnologías avanzadas de informática y comunicaciones. De modo que el capítulo 8 describe varios niveles de instituciones educacionales, que son parte integral de muchos clústeres logísticos.

A medida que continuaban mis investigaciones, me di cuenta que los clústeres logísticos ofrecen oportunidades económicas importantes en el ambiente de hoy en día. El capítulo 9 reúne muchas de estas ventajas específicas: (i) la mayoría de los trabajos de logística no se pueden realizar “fuera de la costa” (la distribución debe ser realizada localmente como resultado de la economía del transporte); (ii) las personalizaciones de los productos en la etapa final se realizan mejor localmente debido a que la pospuesta permite una respuesta oportuna a la demanda, lo que conduce a una mayor actividad económica en los clústeres logísticos; (iii) los clústeres logísticos atraen otras industrias, como la manufactura, que valora los bajos costos de transporte y los altos niveles de servicio que se encuentran en este tipo de clúster; (iv) aunque los clústeres de alta tecnología ofrecen oportunidades de empleo a los ingenieros y científicos, los clústeres logísticos ofrecen oportunidades para muchos trabajadores no calificados o con menos educación; (v) las compañías de logística valoran la experiencia de primera línea y tienden a “promover desde adentro” lo que permite a los trabajadores principiantes o con pocas calificaciones a obtener salarios de clase media o hasta de nivel ejecutivo; y (vi) los servicios de logística alimentan a múltiples industrias, permitiendo una menor vulnerabilidad de la región a las recesiones de alguna industria específica.

El capítulo 10 describe el papel global que desempeñan los clústeres logísticos y los esfuerzos que están realizando para convertirse en más sustentables desde el punto de vista medioambiental. También examina varios elementos que causan el éxito o el fracaso de los clústeres logísticos.

AGRADECIMIENTO ESPECIAL

Este libro estuvo basado, en gran parte, en investigaciones primarias, incluyendo entrevistas por todo el mundo. Como resultado, debo un agradecimiento profundo a las casi doscientas personas que ofrecieron su tiempo con generosidad, suministraron datos y me guiaron hacia nuevas direcciones. Sin ellos, este libro no hubiera sido posible.

La lista de personas que ayudaron con este trabajo de investigación es presentada al final del libro. Sin embargo, en este momento, me gustaría agradecer a algunas personas que ayudaron directamente con la investigación y la redacción. Antes que nada, estos agradecimientos incluyen a los talentosos Andrea y Dana Meyer de Working Knowledge, quienes fueron claves en ayudar a desarrollar los conceptos, al igual que a contribuir con la investigación y asegurarse de que los resultados se pudieran presentar en un inglés legible; Jonathan Hayes, quien ayudó con las primeras entrevistas en España; Liliana Rivera, mi estudiante de doctorado en MIT que me ayudó (con éxito limitado) a pensar como un economista; Dan Dolgin, quien editó el texto e hizo numerables sugerencias, mejorando el manuscrito; y Jonathan Sheffi, mi competente hijo, quien insistió en obtener un texto legible.

También me gustaría agradecer a mis colegas del Centro de Transporte y Logística de MIT: Chris Caplice, Jim Rice, Edgar Blanco, Jarrod Goentzel, Mahender Singh, Bruce Arntzen y Roberto Pérez-Franco por su apoyo y camaradería. Es difícil encontrar un equipo más adecuado de profesionales de la administración de cadena de suministro.

Finalmente, me gustaría agradecer a mi esposa de más de 43 años, Anat. No me puedo imaginar una mejor compañera para compartir mi vida. Este libro está dedicado a ella.

Clústeres Logísticos

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