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XXII. DISCURSO ELEUSINIO

Eleusis, hace tiempo me hubiese resultado más grato [1] cantarte; ¿qué Orfeo 1 , o qué Támiris 2 , o qué Museo habitante de Eleusis 3 , basta para tan gran desgracia? ¿Con qué cítaras y liras se llorará esta común ruina, común a toda la tierra? ¿Qué asunto es éste, Zeus, que te has propuesto? Yo, al acercarme para hablar me siento entumecido y quiero darme media vuelta, pero estoy obligado a hablar por este único motivo, porque no puedo callar. Pues ¿qué heleno o [2] qué bárbaro es tan torpe o ignorante, o quién vive tan apartado de la tierra o de los dioses, o, en suma, quién es tan insensible a la belleza —salvo los que van a perecer de la peor manera, aquellos que han cometido esta fechoría— que no considere a Eleusis como un santuario común a toda la tierra, y de entre todas la cosas divinas la más terrible y a la vez la más gozosa para los hombres? ¿De qué otro lugar o mito los presagios cantan cosas tan maravillosas, o las ceremonias proporcionan tan gran espanto, o lo que se ve rivaliza tanto con lo que se oye 4 ?

[3] Todo aquello cuando puede verse, lo han visto familias enteras de hombres y mujeres dichosos en secretas imágenes. Pero cuanto es de dominio público, poetas, fabulistas e historiadores, todos, las han cantado: que la hija de Deméter llega a estar desaparecida durante algún tiempo, pero que Deméter atraviesa toda la tierra y el mar buscando a su hija. Hasta ese momento no había sido capaz de encontrarla, pero al llegar a Eleusis le dio nombre al lugar 5 y, [4] tras haber encontrado a la muchacha, creó los misterios. Y ambas diosas entregaron el trigo a la ciudad de los atenienses y, a su vez, la ciudad lo entregó a todos los griegos y bárbaros 6 . Con estas acciones son acreditados Celeo, Metanira y Triptólemo 7 , y los carros alados tirados por dragones que los transportaban sobre la tierra y el mar. Los primeros extranjeros en ser iniciados fueron Heracles y los Dioscuros 8 ; la primera competición gimnástica tuvo lugar en Eleusis, en el Ática 9 , y el premio fue el grano que acababa de aparecer, de manera que experimentaron los hombres cuánto aumentaba su fuerza gracias al alimento cultivado. Anualmente entregaban los helenos las primicias de sus frutos a la ciudad de los atenienses como si se tratara de su propia metrópoli y de la de sus frutos 10 . Los Eumólpidas y los Cérices, quienes se remontan a Posidón y a Hermes respectivamente, suministran los hierofantes, unos, los daducos, los otros 11 . Y tales son las cosas que se refieren en el mito.

Después, una vez que habían vuelto los Heraclidas al [5] Peloponeso y había transcurrido algún tiempo, los dorios hicieron una expedición contra Atenas 12 . Pero cuando llegaron a Eleusis, avergonzados y, si es necesario decirlo también, asustados, dándose la vuelta retornaron por el mismo camino. La conmoción que en aquel entonces éstos [6] provocaron nos llevó a colonizar Jonia 13 . Cuando tuvo lugar la expedición persa y grandes dificultades y peligros afectaron, no sólo a la Hélade, sino también a todo cuanto se encontraba fuera del Imperio persa, muchos de los templos de Grecia fueron quemados y también la cúspide de la Hélade, la ciudad de los atenienses. Pero tan bien le fue a Eleusis que no sólo, como se dice, se mantuvo libre de ser saqueado sino que, cuando se trabó la batalla naval, salió Iaco para tomar parte en el combate como aliado de los griegos, y una nube que se había levantado y elevado desde Eleusis se lanzó sobre las naves acompañada de un cántico místico 14 . Jerjes, asustado, huyó y el propósito de los [7] medas fracasó. Cuando se produjo la guerra civil entre los griegos 15 y todo estuvo revuelto, únicamente Eleusis se mantuvo tranquilo en cierta medida. Y, ni la caballería de los beocios, ni las invasiones de los lacedemonios y peloponesios violaron el santuario, ni se acercaron a la imagen de los templos con otra cosa que no fueran los ojos. Cuando más tarde Esfodrias 16 atacó desde Tespias, bastó que aparecieran las antorchas para poner fin al atrevimiento. Todas las otras treguas se quebrantaron: y así, durante los juegos pitios, la Cadmea fue tomada 17 , y también los argivos condujeron la procesión a los juegos ístmicos, y la condujeron también los corintios, cuando por las armas unos a otros se dominaron 18 . Paso en silencio la batalla sobre el Alfeo 19 , salvo por el hecho de que aquí también queda como un signo de Zeus, y no de los malos, el valor y la victoria de los que habían sido despojados de sus derechos. Solamente las treguas mistéricas han conservado su nombre, y únicamente durante las fiestas de Eleusis la Hélade recobraba la salud. Es muy evidente que este festival es una catarsis tanto para las locuras como para todas las desgracias desacostumbradas. ¿Qué necesidad hay de exponer todos y cada uno de aquellos acontecimientos? Los Filipos, [8] los Alejandros, los Antípatros y toda la lista de dinastas que los sucedieron, aunque perturbaron innumerables cosas entre los helenos, entendieron que sólo Eleusis era verdaderamente inviolable y superior a ellos mismos. Y callo los celtas, quienes finalmente penetraron en la Hélade como libertinos 20 , y todos aquellos acontecimientos que de este cariz puedan añadirse. En todas estas circunstancias el templo escapó indemne. Sólo éste quedó como recuerdo de la antigua felicidad y dignidad para la ciudad y para la Hélade. Las batallas navales, las terrestres, las leyes, las constituciones, las glorias ciudadanas y los dialectos, todo, podría decirse, ha quedado atrás; se mantenían los misterios.

[9] Los otros festivales se celebran cada cuatro o cada dos años; sólo el de los misterios ha prevalecido como anual. Lo más grande y lo más divino es que éste es el único de los festivales que cuando se reúne se celebra en un solo edificio, y la muchedumbre de la ciudad y la del Eleusino [10] son equivalentes 21 . ¿Quién no se habría sentido alegre al ver las estatuas, las pinturas, la decoración que lo rodea, incluso las que están en la encrucijada de caminos, para no mencionar las que están en el anexo de los lugares más venerables? Pero el provecho del festival no sólo está en la alegría del instante, ni en la liberación y el olvido de las dificultades de tiempos pasados, sino también la obtención de dulces esperanzas para la muerte, como la convicción de una vida mejor y de no yacer en las tinieblas y en el fango que es lo que espera a los no iniciados.

[11] Todo ha sido así hasta este funesto día. ¿Qué lamento argivo, qué cantores egipcios o frigios 22 medirán en sus justas proporciones aquello que el hado nos ha confiado para que lo veamos y lo cantemos? ¿Qué Esquilo Eleusino 23 lo cantará a su coro? ¿Qué ardientes manantiales de Nauplio, como dijo Sófocles 24 , son dignos de ser comparados con esta pira? ¡Oh antorchas, por qué género de hombres habéis sido apagadas! ¡Oh temido y oscuro día, que has eliminado las noches refulgentes! ¡Oh fuego, cómo te has dejado ver en Eleusis! ¡En lugar de qué otro! ¡Oh nube y noche sin luna que ahora estás sobre la Hélade! ¡Oh Deméter, que hace ya tiempo encontraste a tu hija aquí!, ahora te queda tratar de encontrar tu templo. Y los misterios [12] ¡tierra y dioses! se aproximan. Este mes de Boedromión 25 requiere ahora otro tipo de clamor, no como cuando Ión gritó hacia Atenas 26 . ¡Oh aquella proclamación 27 !, ¡oh aquella lista de días y de noches sagradas!, ¡en qué día terminasteis! ¿A quiénes conviene lamentarse más, a los no iniciados o a los iniciados? Estos han sido privados de lo que han visto, aquellos de lo más bello que hubiesen podido ver. ¡Ay de los que han profanado torpemente los misterios! [13] ¡Ay de los que han visto lo invisible, enemigos comunes de los dioses infernales y celestes! ¡Ay de los helenos, verdaderos niños antes y ahora, que permitisteis tamaño mal que se acercaba! ¿Ahora no os ocuparéis de vosotros mismos, queridos caballeros? ¿No salvaréis a la propia Atenas 28 ?

SUBSCRIPCIÓN: Fue escrito el Eleusinio aproximadamente en el momento de los acontecimientos, en Esmirna, en el decimosegundo mes, en el proconsulado de Macrino, a los cincuenta y tres años y nueve meses 29 de edad. Se leyó en Esmirna en la sala del Consejo.


1 Músico y cantor mitológico de extraordinarias dotes. Se dice que acudían a escucharlo árboles, piedras, animales, y que los ríos detenían su curso para oírlo mejor. Cf. A. RUIZ DE ELVIRA , Mitología clásica , págs. 95-96 y 481-482.

2 Músico, hijo de Filamón, que fue cegado por la Musas por haber competido con ellas. Cf. A. RUIZ DE ELVIRA , Mitología clásica , págs. 471-472.

3 Museo, tercer músico mitológico y que recibió de manos de las Musas la lira de Orfeo, es considerado como Eumólpida y, por tanto, miembro de la familia que proporciona los hierofantes.

4 Son los tres elementos de los misterios que tradicionalmente se distinguían: drōmena , los movimientos y gestos de los oficiantes; deiknýmena (orómena en Aristides) todo lo que se enseña a través de estatuas, pinturas, etc.; legómena son las órdenes e instrucciones dadas por los sacerdotes. P. FOUCART , Les Mystères d’Eleusis , París, 1914 (1975), pág. 356.

5 Eleusis significa «advenimiento».

6 I 34-37. Este acto es considerado el nacimiento de la civilización. Así se interpreta al menos desde ISOCRATES , IV 28.

7 Celeo era el rey de Eleusis y Metanira su esposa. Ambos acogieron a Deméter, sin saber quien era, mientras buscaba a su hija y consiguieron distraerla y hacerla reír. Como premio la diosa les entregó el trigo y utilizó a Triptólemo, el hijo de ambos, para su difusión. A. RUIZ DE ELVIRA , Mitología clásica , págs. 69-73.

8 Un tema repetido en Aristides, I 50, 374 y XL 11. Tanto Hércules como los Dioscuros estaban íntimamente relacionados con la mitología imperial, en la que la iniciación en Eleusis era un hecho importante. K. CLINTON , «The Eleusinian Mysteries», Aufstieg und Niedergang der Römischen Welt II 18.2 (1989), 1499-1539.

9 I 362.

10 Esta práctica está documentada con seguridad para época clásica; cf. R. MEIGGS , D. LEWIS , A Selection of Greek Historical Inscriptions , núm. 73. Parece que fue recuperada y actualizada por Adriano; M. GUARDUCCI , «Adriano e i culti misterici della Grecia», Bullett. Commisione Arch. di Roma 69 (1941), 149-158.

11 Estas son las dos familias que ocupan los dos sacerdocios más importantes de Eleusis. Los Eumólpidas se consideraban descendientes de Eumolpo, hijo de Posidón. Los Cérices se remontaban a Hermes y Aglauro, una hija de Cécrope. PAUSANIAS , I 38, 2-3.

12 En esta guerra murió Codro, el último rey ateniense. I 87.

13 Fueron los hijos de Codro quienes llevaron a cabo esta empresa, cf. I 55.

14 HERÓDOTO , VIII 65 y PLUTARCO , Temístocles 15. Iaco es un dios poco conocido relacionado con Deméter (quizás su hijo) al que se le confundía con Baco; cf. Escolio a ARISTIDES III DINDORF , pág. 648, 213, 18. Su estatua era transportada desde Atenas al santuario a comienzos del festival. P. FOUCART , Les Mystères d’Eleusis , pág. 110.

15 La Guerra del Peloponeso.

16 General espartano, jefe de la guarnición de Tespias, que en 378 intentó tomar al asalto el puerto del Pireo, JENOFONTE , Helénicas V 4, 21-22.

17 En el 382 a. C. el general espartano Fébidas ocupó la Cadmea, la acrópolis de Tebas, durante la celebración de las Tesmoforias; cf. JENOFONTE , Helénicas V 2, 29.

18 390 a. C. JENOFONTE , Helénicas IV 5, 1-2.

19 En el 364 durante los juegos olímpicos. JENOFONTE , Helénicas VII 4, 29.

20 En el 278 a.C. los gálatas, mandados por Breno, franquearon las Termópilas e intentaron asaltar Delfos. Una tempestad de nieve, que los griegos consideraron enviada por el dios, los hizo fracasar. Aristides recoge y utiliza para otro fin el oráculo de Apolo que la anunciaba; cf. L 75.

21 El Telesterion tenía capacidad para 3.000 personas. P. FOUCART , Les Mystères d’Eleusis , pág. 351. Se aseguraba que prácticamente toda la población ateniense estaba iniciada, LUCIANO , Demonax 11.

22 El canto argivo era el de Lino, que las mujeres argivas cantaban todos los años; cf. CONON , 19. Los egipcios cantaban la muerte de Apis y los frigios la de Atis.

23 Esquilo había nacido en el demos de Eleusis.

24 SÓFOCLES , frag. 402 N.

25 Tercer mes del calendario ateniense, entre septiembre y octubre. Las fiestas de Eleusis empezaban el día 13 con la procesión de los efebos desde la capital al santuario. El primer día de Misterios era el 15 y terminaban el 22. J. D. MIKALSON , The Sacred and Civil Calendar of the Athenian Year , Princeton, 1978, págs. 54-60.

26 Ión ayudó a Atenas en su guerra contra Eleusis y se convirtió en rey de la ciudad.

27 Se realizaba el quince de Boedromion para no excluir a lo impuros de las celebraciones. P. FOUCART , Les Mystères d’Eleusis , pág. 311.

28 Aristides se queja amargamente de la ineficacia de los griegos para defender sus más venerables pertenencias. No obstante, algunos sí intentaron impedir la invasión de los costobocos, como es el caso de Mnesibulo, vencedor olímpico, que organizó una fuerza de Elateos. Cf. PAUSANIAS , X 34, 5; A. VON PREMERSTEIN , «Untersuchungen zur Geschichte...», págs. 150-151.

29 Se ha aceptado la enmienda de A. BOULANGER , Aelius Aristide , pág. 468 de sustituir la cifra seis por nueve, de manera que todos los testimonios fueran concordes. J. M. CORTÉS , «La datación de la expedición...», pág. 191.

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