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CIRCUNSTANCIAS ESPECIALES: NACIMIENTOS PREMATUROS

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La mayoría de hospitales someten a los bebés prematuros a una rutina de dos horas hasta que alcanzan los 2 kilos y 300 gramos, el peso mínimo para poder llevar al bebé a casa. Esto es una buena noticia para los padres, porque significa que cuando llega a casa, la criatura ya está acostumbrada a ese horario. Sin embargo, dado que sus diminutos sistemas internos son tan pequeños y no están del todo desarrollados, los bebés prematuros son más propensos a padecer otros problemas, entre ellos reflujo gastroesofágico (lo que corresponde a ardores de estómago en el bebé, véanse las páginas 116-118) e ictericia (véase el recuadro lateral de la página 38). Además, los bebés prematuros son, por definición, más frágiles. Y más incluso que los recién nacidos con bajo peso, los prematuros tienden a dormirse mientras maman, así que tienes que estar muy alerta y despertarlos si ves que se duermen. Asimismo, tienes que proteger su sueño creando unas condiciones similares a las del útero materno: envolviéndolos y dejándolos dormir en una habitación tranquila, cálida y a oscuras. Recuerda que se supone que estos niños no deberían estar todavía aquí y quieren, además de que lo necesitan, dormir.

No obstante, algunos bebés, dado que son prematuros o bebés simplemente más pequeños, pesan menos al nacer. Y no están preparados para una rutina de tres horas. Cuando los padres vuelven a casa del hospital e intentan que el bebé siga una rutina E. A. S. Y., la queja más habitual es: «No consigo que haga ni veinte minutos de actividad seguidos», o bien: «Se duerme durante las comidas». Estos padres quieren saber cómo mantenerlos despiertos. La respuesta es sencilla: no deben hacerlo, al menos no para realizar ninguna actividad. Si fuerzas a un bebé de poco peso a estar despierto, lo estarás sobreexcitando y entonces empezará a llorar. Y tan pronto logres calmarlo, lo más probable es que vuelva a tener hambre porque habrá estado llorando, lo cual consume parte de su energía. Llegado ese punto, tú estarás totalmente confundida sobre la causa de sus llantos. ¿Tiene hambre? ¿Está cansado? ¿Tiene gases?

Guía práctica para tener bebés tranquilos y felices

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