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1.3Modos utilizados en ecocardiografía
ОглавлениеModo M
El transductor emite un haz de ultrasonidos que interacciona con las estructuras adyacentes, produciendo a su vez ondas reflejadas. El haz reflejado de ultrasonidos alcanza y deforma el cristal piezoeléctrico del transductor, generando cambios eléctricos, como se ha explicado anteriormente. Estos cambios eléctricos son procesados por el ecocardiógrafo, generando espículas con amplitud directamente proporcional a la intensidad de los ecos reflejados. Esta manera de registro de las estructuras cardiacas en forma de espículas luminosas se conoce como modo A. La transformación de las espículas en puntos luminosos de tamaño proporcional a la espícula y el registro de estos puntos luminosos a lo largo del tiempo generan la imagen cardiaca en el denominado modo M. La ecocardiografía en modo M solo permite la exploración del corazón en una dimensión y en una zona muy estrecha (fig. 1.6).
Modo bidimensional
Es el más utilizado habitualmente, en combinación con el Doppler (se explicará posteriormente). Esta técnica permite obtener imágenes anatómicas reales del corazón en movimiento y de un sector amplio.
Mediante múltiples líneas de barridos en modo B, abarcando un sector de alrededor de 90º, se obtiene la imagen anatómica y los cambios temporales del corazón a lo largo del ciclo cardiaco. Se pueden realizar barridos a razón de hasta sesenta por segundo (fig. 1.7).
Fig. 1.6 Un corte perpendicular al corazón en el eje paraesternal nos permite visualizar el tamaño y movimiento a lo largo del tiempo de las cavidades cardiacas. RV: ventrículo derecho. LV: ventrículo izquierdo.
Fig. 1.7 Eco bidimensional. Se señalan las cavidades cardiacas. Plano paraesternal eje largo.
Modo 3 D
Su uso está cada vez más extendido. Nos permite obtener imágenes tridimensionales cardiacas, con la consiguiente mejoría diagnóstica al obtener imágenes «anatómicas».
El conjunto de datos ecocardiográficos 3D puede ser adquirido como una serie de imágenes 2D que luego es reconstruida en una imagen 3D (técnica de reconstrucción) o como un volumen 3D (técnica volumétrica). El método volumétrico requiere un transductor especializado para recoger un volumen piramidal.
Con un medio o con otro, la imagen se puede procesar y obtener cualquier tipo de corte desde distintos ángulos de estudio, consiguiendo una visión anatómica del corazón (fig. 1.8).
Fig. 1.8 Imagen 3D de la válvula mitral. Visión desde la aurícula izquierda. Se aprecian las dos valvas y los festones de ambas. En este ejemplo se aprecia la rotura de una cuerda que prolapsa hacia la cavidad auricular izquierda.