Читать книгу Las metáforas del periodismo - Adriana Amado - Страница 13
Periodismo mutante
ОглавлениеAnte la perplejidad de fenómenos que confirman la pérdida de ascendente de la prensa en las decisiones ciudadanas, como ocurrió en elecciones en que ganó mayoritariamente la opción que el periodismo de prestigio había desacreditado con énfasis, muchos se plantean la viabilidad de seguir entendiendo el proceso de producción, circulación y consumo de noticias con la perspectiva racional. Y si el siglo XX empezó con la guerra de 1914, como propuso Eric Hobsbawm, quizás para el periodismo haya terminado en 2016, año con muchas evidencias de que las instituciones democráticas, dentro de las que se encontraba la prensa, ya no eran las mismas. Por caso, la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos puso en evidencia, en la democracia que se enorgullecía de su cuarto poder, que sus recomendaciones no afectaron el resultado de las elecciones. La sociedad tomó una decisión desoyendo las recomendaciones que la prensa hacía en la dirección opuesta. Cosa que ya se había visto el mismo año en los plebiscitos de Brexit en el Reino Unido y de la paz en Colombia, así como en otros procesos electorales que desconcertaron a los analistas y a los periodistas. Estos casos plantean que quizás sea tiempo de dar por finalizada la idea de que los medios hacen una ciudadanía informada y mejores ciudadanos hacen una mejor democracia, que se sigue repitiendo a pesar de las evidencias que demuestran lo contrario. Ese lugar común al que se aferran periodistas y medios para postular su valía en la democracia ha sido repetidamente desacreditado en los últimos años. Y no solamente por los resultados paradójicos de procesos en que fueron electas las opciones que la prensa se había encargado de señalar como inconvenientes. Latinoamérica tiene pendiente una autocrítica de los procesos que dio en llamar de democratización de la comunicación y que supuestamente venían a ampliar la información pública a partir del financiamiento estatal de nuevos medios nacidos para iluminar a las masas populares. Las dos primeras décadas del siglo XXI se cierran con develaciones de un sistema político y económico atravesado por corrupción e inequidades que no fueron informadas adecuadamente por el supuesto pluralismo mediático que traía la supuesta revolución. ¿Será que el periodismo que fortalece la democracia, como una vitamina, también es una metáfora para revisar?
La metáfora biológica del siglo XIX era la evolución, a tono con las teorías de Darwin y el positivismo que entusiasmaba con el sueño del progreso técnico a las nacientes instituciones, dentro de las que estaba la prensa moderna. La biotecnología del siglo XXI habla de la mutación, con todas las fantasías de manipulación genética y creación de especies de laboratorio. Con el mismo recelo se mira al periodismo mutante, como si fuera un engendro y no una versión adaptada a las circunstancias cambiantes que le toca vivir. Así es que a los periodismos fuera de las redacciones se los recela como si fueran virus que amenazan las conquistas sindicales del siglo pasado.
Las variantes del periodismo mutante se desarrollan principalmente a la luz de las pantallas, y son resistidas por quienes creían que el mejor periodismo crecía a la sombra de los pasillos del poder, aquel que aportó la mayoría de las historias que al cine le gusta canonizar. Como si el periodismo fuera, en esencia, pedestre, y recorrer despachos y cafeterías diera mejores investigaciones que analizar documentos y datos desde la computadora. Pero ocurre en toda mutación que los especímenes mutantes resultan monstruosos para la especie dominante. Son los seres anfibios de los que habló Alessandro Baricco, esos que están desarrollando resistencias para sobrevivir en el nuevo medio. O en los nuevos medios. El periodismo mutante no es la desviación: es la variante que mejor resiste las metáforas del pasado para pensar nuevos modelos en los que inspirarse.