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Tratamiento efectivo contra la costra láctea
ОглавлениеEl padecimiento de costra láctea suele preocupar bastante a los padres de estos niños. Su aparición no se debe a influencias externas, por una infección o algo parecido, como alguna gente cree. En realidad, la costra láctea se debe a una anormal hipersensibilidad del organismo infantil (lo que se llama una alergia trófica) o eventualmente a un estado carencial. Una vez suprimidas las causas que la han producido, la erupción cutánea desaparece sin más. Puede ocurrir también que el niño venga al mundo ya con esta hipersensibilidad en su organismo. Hay que procurar suprimir todas las causas posibles. Cuando el origen es un trastorno alimentario, hay que poner en orden la función intestinal mediante la toma de papilla de arroz integral, suero de mantequilla y otras medidas naturales.
A veces sucede que la responsable de la costra láctea del niño de pecho es la alimentación de su madre. Algunas madres no piensan que muchas sustancias que toman, incluidos bastantes medicamentos, pueden pasar a la leche materna y de ahí al niño. Así, por ejemplo, si una madre que padece estreñimiento toma el primer laxante que le viene a mano, este puede llegar a afectar al niño y producirle un trastorno intestinal con diarrea. Entonces se comienza a probar esto o aquello, se van haciendo pruebas al niño y, si no se obtienen resultados, se termina pasando a una alimentación artificial con la que parar la diarrea del niño. El problema es que a este niño se le priva entonces de tal valioso alimento, como es la leche materna. Si se hubiera indagado a fondo y se hubiera descubierto la verdadera causa, la solución hubiera sido bien fácil. Ninguna madre debería utilizar ningún laxante que contuviera áloe u otros remedios similares (irritantes del intestino grueso) durante el periodo de lactancia. En cambio, podemos disponer de preparados de semillas de lino, de zaragatona (Psyllium) u otros que también son inofensivos y se pueden tomar para combatir el estreñimiento durante la lactancia. Otros productos, como el fenobarbital, y otros muchos fármacos que contienen barbitúricos pasan a la leche materna. Lo mismo puede decirse de otros tranquilizantes, somníferos, compuestos de bromo, morfina, mercurio, quinina, ácido acetilsalicílico, muchos preparados antirreumáticos y yoduro potásico, además del alcohol y la nicotina, tan solo por citar los más importantes.
No es de extrañar, pues, que un niño cuya alimentación contenga estas sustancias pueda presentar trastornos de salud. No habría que olvidarlas cuando vemos un niño con costra láctea. Evita fumar; si tienes la mala costumbre de hacerlo, ¡evítalo por lo menos durante el periodo de la lactancia! Piensa en tu hijo, en su pequeño cuerpecito sufriendo por tu falta de consideración, tratando de eliminar la tóxica nicotina de su organismo.
La nicotina perjudica al niño ya durante el embarazo, lo que se puede comprobar escuchando los latidos del corazón del niño cada vez que su madre fuma un cigarrillo y como este puede llegar a latir ocho veces más por minuto. Si el padre participa en esta prueba, y ve los resultados, seguro que pedirá a su esposa que desista de fumar.
Algunos alimentos influyen también sobre la leche materna. A menudo he podido observar como la costra láctea desaparecía a los pocos días si la madre se abstenía de tomar proteína de huevo. Las madres deberían cuidar su alimentación durante el periodo de la lactancia y seguir las recomendaciones que se exponen en este libro. ¡Cuándo estés dando de mamar a tu hijo piensa que lo que comes es para ti y para él! Dale el pecho todo el tiempo que te sea posible. Solo en aquellos casos en los que, al cambiar la alimentación de la madre, la costra láctea siga inalterable, habremos de sustituir una toma por un biberón de leche de almendras o suero de mantequilla. Los niños afectados de esta dolencia suelen mejorar cuando se reduce la cantidad de grasa de sus comidas. Al suero de mantequilla se le pueden añadir unas gotas elaboradas a partir de Viola tricolor recién recolectadas.
Pasado el periodo de la lactancia pondremos atención a las siguientes recomendaciones: no hay que darles leche de vaca a estos niños, sino leche de almendra; hay que controlar también su peso, pues algunos pequeños no absorben del todo bien las proteínas de origen vegetal y pueden adelgazar. En estos casos, intentaremos compensar este déficit añadiendo harina de soja a su dieta. Si no diera resultado no nos quedaría más remedio que recurrir otra vez a la proteína láctea considerando, sin embargo, que estos niños suelen tolerar mejor la leche de cabra, y aún mejor la de oveja, que la de vaca. Los niños mayores que padecen una costra láctea muy pertinaz suelen mejorar al tomar germen de trigo. Siempre es preferible recurrir a remedios naturales que a productos químicos. En unos casos se consiguen buenos resultados al poco tiempo y en otros, en cambio, se requiere más paciencia. Una madre preocupada me pidió, una vez, que le ayudara a resolver la costra láctea que padecía su hijita. Además, me envió una muestra de orina para detectar posibles alteraciones. Se le dio leche de almendra y zumo de zanahoria algo diluido en caldo de verduras debido a una insuficiente actividad hepática. Así mismo, se solucionó un cierto déficit de calcio mediante un preparado biológico adecuado para estos casos. Conviene también estimular la actividad renal mediante una tisana suave con un poco de vara de oro (Solidago). Externamente, pondremos aceite de hipérico (toques), junto con aplicaciones de un preparado de calcio y ortiga en polvo. También podemos conseguir buenos resultados mediante baños con salvado.
Un año más tarde nos escribía la madre escuetamente: «Muchas gracias por habernos ayudado a eliminar la costra láctea de nuestra pequeña».
En otra carta, una enfermera nos decía: «Me encuentro sola en una casa de montaña con dos niños. El pequeño, que tiene ahora 15 meses, padeció de costra láctea el año pasado. Usted me envió un preparado de calcio y ortigas, Viola tricolor y suero láctico concentrado. Gracias a estos remedios, la enfermedad desapareció por completo al cabo de 14 días».
En este último caso se empleó también suero láctico concentrado algo diluido en los toques que se aplicaron sobre las lesiones. También se han conseguido buenos resultados mediante toques con extracto de equinácea recién recolectada. No resulta apropiado, en cambio, emplear agua o jabón para lavar a estos niños. Para limpiarlos es preferible emplear un aceite, a ser posible de hipérico. Con gran satisfacción vemos como podemos resolver muchos trastornos de una forma simple y sencilla, evitándole al niño posibles daños perdurables.