Читать книгу La voz sola - Ana María Martínez Sagi - Страница 46

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LO IMBORRABLE

Fue de verdad el deseo.

La ofrenda generosa

de mi cuerpo a tu cuerpo.

Verdad también el cielo

con sus golfos azules sus gavillas de fuego.

Verdad los altos bosques de los mástiles quietos

los pinos navegantes los campos marineros.

Verdad aquel minuto fúlgido alado eterno.

Trazo rojo en el mar. Gota de luz al viento.

La voz sola

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