Читать книгу La voz sola - Ana María Martínez Sagi - Страница 58

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TEMOR

En país crucificado

dejé mi corazón muerto.

Un desolado paisaje

de nostalgias y de espectros

me lo ha poblado de sombra

de soledad y de duelo.

Tumba de sueños vividos

de indestructibles recuerdos.

Hondo abismo

lago acerbo

de agua densa envenenada

sin luz bajo el hosco cielo.

¡Que no despierte tu voz

la demencia de los ecos!

¡Que no derriben tus manos

las murallas del silencio

las fronteras invisibles

y los castillos desiertos!

Guarda la piedra en tus manos.

No quieras remover légamo

imágenes sepultadas

y reflejos de reflejos.

Déjalo así:

solo y quieto.

Pozo de alucinación.

Luna de paisaje ciego.

La voz sola

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