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DEL CAMINO

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Cada hombre es un misterio. Sí, está constituido por un cuerpo que le hace identificable, pero también está integrado por recuerdos, emociones, pasiones, sueños, lecturas, olores, deseos, paisajes, etc. Una persona está compuesta de lo que es y, por decirlo de forma orteguiana, por sus circunstancias, que configuran su manera de vivir y de ver el mundo. Por eso es tan difícil abordar el problema de la identidad personal (por ejemplo Descartes pensaba que nuestro yo vivía en una glándula del cerebro). Si esto es así entonces conocer a una persona no sólo es una tarea difícil, sino cercana a lo imposible.

Un elemento importantísimo de cuantos llevamos en la mochila del yo son los recuerdos. Hay recuerdos cercanos y lejanos, borrosos y nítidos, compartidos e individuales, recreados y vividos, semiolvidados y a punto de cruzar la niebla del olvido. Cuando somos pequeños los recuerdos nos vienen dados por las experiencias que vivimos y padecemos. Cuando somos mayores ya podemos ser más dueños de nuestros recuerdos, incluso contribuir con la memoria. ¿En qué sentido? Pues es posible hacer cosas que nos gustaría recordar el día de mañana. Por eso decía Rulfo que vivir consiste en construir futuros recuerdos.

Así, en este libro se habla del primer tipo de recuerdos, de vivencias del autor de cuando sólo tenía unos pocos años, y, en menor medida, de algunas experiencias acumuladas en tiempos de adolescencia y juventud. ¿Qué tipo de recuerdos se abordan en este volumen? Algunos relacionados sobre todo con personas (los abuelos, los familiares, los amigos de la infancia), los sitios (casas, tiendas, la Talavera de aquella época tan diferente de la de ahora), los animales, las costumbres, los juegos, las películas, los primeros cigarrillos, el río, los libros (el autor elige La isla del tesoro como su primer tesoro literario), algunas anécdotas, etc. Cada recuerdo es un desplegable que tenemos bien doblado en nuestra memoria con un conjunto de circunstancias alrededor. Y el autor expande aquí algunos fragmentos de estas vivencias con un elegante estilo literario.

Este es un libro, en primer lugar, de corte personal, en cuanto su autor refleja lo que ha vivido en un concreto período de tiempo. En segundo lugar, aspira a tener un vuelo que va más allá de su vida, en cuanto muchos lectores podrán sentirse identificados con estas experiencias, en las que podemos reflejarnos todos. En tercer lugar, es un libro histórico porque se refiere a personas, sucesos y sitios que estaban vigentes en el pasado y que, en algunos casos, ya han desaparecido, de modo que este libro contribuye a la recuperación de la memoria, con el fin de que muchas de las cosas que aquí se apuntan no caigan en las garras anónimas del olvido. Y, en cuarto lugar, es un libro literario, en cuanto el autor, que tiene ya publicados ocho libros de poesía, recrea y pule las historias con una visión que va más allá de la descripción fría que podría hacer un historiador.

El autor, en efecto, es un excelente poeta que cuenta ya con algunas publicaciones. En este libro, que recoge textos que antes aparecieron en su blog Verbo y penumbra, no sólo es destacable la forma, sino también el fondo, porque en cada página se destila el vino de la autenticidad, pues debajo de las palabras hay sangre, se escucha el pálpito, está la vida corriendo, en pleno bulle-bulle. Esto hace que muchas de las historias que se cuentan resulten emocionantes y nos ayuden a reconocer algo fundamental en el ser humano: gran parte de lo que somos se lo debemos a los afectos que nos han conformado y aún nos mantienen, que nos ayudan a alimentar el corazón.

Para terminar, quisiera destacar que en los últimos poemarios de Antonio del Camino se refleja un compromiso más intenso con el mundo de las relaciones personales y las experiencias cotidianas (con un especial énfasis en el amor, “que es como decir Carmen”). Es la misma línea en la que se profundiza ahora en Fragmentos de inventario. Y a mí me parece que este es el mejor camino que puede elegir Antonio para su andadura literaria. Este es un libro del camino. De su camino. Del camino de Antonio del Camino.

Santiago Sastre

Académico numerario de la Real Academia

de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo

Fragmentos de inventario

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