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Epistemologías nuevas
ОглавлениеCuando iniciamos la reflexión teológica y ética desde la vida misma, y no desde “las verdades de la tradición”, nos enfrentamos con muchos obstáculos inherentes a nuestra manera de conocer el mundo. Los marcos teóricos de nuestro conocimiento también se han hecho bajo parámetros universalistas y exclusivistas. Por eso, sobre todo teólogas ecofeministas han apuntado a la necesidad de desarrollar una epistemología nueva.
La teología ecofeminista, con teólogas como Rosemary Radford Ruether, Ana Primavesi, Ivone Gebara entre otras, se desarrolla desde el análisis que el dualismo jerárquico entre naturaleza y cultura, y entre cuerpo y espíritu de la cosmología moderna no sólo ha sido nefasta para la naturaleza, sino también ha fortalecido las discriminaciones de género, ya que las mujeres generalmente son más asociadas con la naturaleza y su cuerpo, y hombres con la cultura y el espíritu o la mente. Estas teólogas muestran los vínculos complejos entre la cosmovisión antropocéntrica –centrado en el ser humano– y androcéntrica –centrado en “el varón”–.
En su libro Intuiciones ecofeministas, la teóloga brasileña Ivone Gebara, indica que en las epistemologías tradicionales las mujeres y la ecología eran ausentes como elementos constitutivos del conocimiento explicitado:
Necesitamos construir poco a poco nuevos modos de conocer que se relacionan íntimamente con las nuevas cosmologías y cosmovisiones, y con las antropologías más unitarias. Necesitamos superar las divisiones dualistas y jerárquicas de nuestra forma de conocimiento y acentuar la conexión e interdependencia entre ellas16.
Para Gebara la cuestión epistemológica está directamente relacionada con la ética, con nuestra posición ante los otros seres vivos, y con nuestra afirmación como ser humano con relación a un mundo de valores. Nuestra epistemología se muestra esencialista, buscando una esencia constitutiva de cada cosa, respondiendo a una voluntad de una realidad superior a nosotras/os mismas/os. Consecutivamente, reposa en verdades eternas, que corresponden a las esencias; ¿se recuerdan del espíritu de Platón?
En el discurso diario dicha epistemología funciona con dualismos jerárquicos para dar significado a la realidad, reproduciendo la jerarquización de la propia sociedad en el ámbito del saber. Así conocemos la realidad polarizando entre naturaleza/cultura, cuerpo/espíritu, racional/sentimental, inteligente/estúpido, masculino/femenino, blanco/negro, centro/periferia, cielo/tierra, bien/mal. Juzgamos la realidad a través de estos conceptos, que muchas veces nos impiden ver la vida misma, que se muestra mucho menos blanco y negro, y mucho más diversa.
Gebara propone la búsqueda de una epistemología nueva, valorando el conocimiento como proceso más que como algo lineal, como contextual en vez de universal, como holístico en vez de fragmentado en dualismos. Pide una valoración especial de la afectividad y la inclusividad en el conocimiento, dando lugar a diferentes saberes17.
Boaventura de Sousa, que también abarca el tema de la epistemología en su libro O fórum social mundial, habla de una “ecología de saberes”, como la superación de la monocultura del conocimiento científico. Escribe que toda ignorancia es ignorante de un cierto conocimiento, y todo conocimiento es la superación de una ignorancia particular. Por eso tenemos que dar una igualdad de oportunidades a saberes de distintos contextos y culturas para encontrar los valores y prácticas que necesitamos para un mundo más justo, democrático y en armonía con la naturaleza18.
La idea de una “ecología de saberes” también se puede aplicar a las tradiciones religiosas. Todos sabemos algo de Dios desde nuestro contexto y tradición, pero no tenemos la última respuesta. Esa actitud nos hace más humildes acerca de nuestro conocimiento de Dios o del Misterio de Vida que nos sustenta, porque al final es muy poco lo que entendemos de esta vida de la que formamos parte.