Читать книгу Defiéndete de los ataques verbales - Barbara Berckhan - Страница 19
Aplicar los primeros auxilios tras un ataque
Оглавление• Respira hondo. Inspira y expira lentamente
Los ataques repentinos son un sobresalto que nos cortan la respiración. Es una reacción automática, pero nuestro cerebro necesita oxígeno para poder pensar claramente y nuestra voz necesita aire para no sonar de forma ahogada. Por lo tanto, llena tus pulmones de oxígeno. Antes de responder al agresor, hace falta tener el suficiente oxígeno. Inmediatamente después del ataque, inspira y expira hondo.
• Guarda la distancia
Reserva un espacio a tu alrededor. Sin él no puedes pensar con claridad. Retrocede uno o dos pasos. Corre la silla hacia atrás o hacia un lado. Si el ataque te coge sentado, una opción es levantarse.
• Ten sangre fría. No te sometas a presión
¿Deseas sorprender al agresor con una respuesta rápida, ingeniosa o impactante? Olvídate. No pretendas lo imposible. Únicamente conseguirías someterte a una fuerte presión, lo que sería contraproducente. Rebaja tus pretensiones.
• Tómate el tiempo necesario
El agresor necesita saber si su ataque ha tenido éxito y espera la reacción. Por lo tanto, tienes tiempo. Manténlo en ascuas y recapacita con tranquilidad. Tras reflexionar un rato, comunícale que contestarás a su comentario al día siguiente. O a la semana siguiente, el miércoles, hacia las dos del mediodía.
• Escoge la opción más fácil
Normalmente, los ataques suelen ser simplones, vulgares y descorteses, sin ningún resquicio de inteligencia o agudeza. ¿Para qué molestarse en encontrar una respuesta ingeniosa? ¿Para qué malgastar nuestro potencial de inteligencia y nuestros sentimientos? Elige la opción más fácil. En los próximos capítulos encontrarás muchas respuestas que te ahorrarán energía. Escoge lo más cómodo.
La primera reacción después de ser blanco de una burla es inspirar, que es justo lo que hay que hacer. Es necesario tener oxígeno, espacio y no estar bajo presión. Lo demás se produce por sí solo. Procura pensar con calma. A nadie le importa cuánto tiempo necesitas emplear para tomar una decisión. Es prioritario que vuelvas a centrarte y así podrás actuar serena y concentradamente. Sólo recuperarás el equilibrio interior cuando consigas reducir el estrés.