Читать книгу Medios, redes sociales, cine, control social y penal - Carlos Ariel Bautista González - Страница 21
Conclusiones
ОглавлениеLa calibración de la herramienta ha estado llena de dificultades derivadas de la divergencia en los criterios de evaluación, especialmente en términos del análisis del discurso. Adicionalmente, las categorías planteadas requieren de una parametrización más detallada y un protocolo de diligenciamiento, que logre un proceso estandarizado e independiente de su usuario. En esto se percibe el alto grado de procesamiento necesario para cada unidad de análisis (noticia) en términos de tiempo, si se quisiera abarcar un volumen extenso de producción. Por el contrario, las categorías más descriptivas permiten cuantificar frecuencias en una línea de tiempo asociada a un medio particular; esto ha permitido reconocer recurrencias a partir del análisis de la categoría “Titular”. Entonces, se reconoce que la orientación establecida para separar las dimensiones de análisis puede ser funcional; pero no en términos de separación de lo cuantitativo y lo cualitativo, sino respecto a los contenidos particulares, que exigen un análisis más específico de los contenidos y la aplicación de otros métodos.
La caracterización cualitativa puede ofrecer un plano inicial para la constitución de una red semántica en la cual se puede evaluar su evolución. Adicionalmente, se reconoce la necesidad de plantear líneas de tiempo más amplias y robustecer la particularización de acuerdo con el fenómeno criminal que se está evaluando, más allá de lo casuístico. Otra necesidad por resolver sería la construcción de indicadores que permitan categorizar los resultados de este procesamiento de una manera más intuitiva y de fácil comunicación.
La evaluación primaria de la herramienta muestra la potencialidad (y también la dificultad) para el tratamiento integral de corte empírico de un fenómeno complejo, aun si se reconoce que solo se ha abordado un segmento del campo de la criminología mediática, dejando todavía de lado la posibilidad de inferir correlaciones con la influencia sobre públicos. Por esto mismo se precisa nutrir la orientación para el rediseño de la herramienta y su puesta en operación de acuerdo con objetivos más amplios. Un punto de conexión sería entonces la medición de las emociones o sentimientos y la traducción de estos en comportamientos masivos o individuales, en términos virtuales o incluso materiales.
Por último, aún queda abierta la posibilidad de cotejar la producción discursiva de otros actores relevantes al campo y la circulación de la información por otros canales distintos a los medios de comunicación masivos, en el sentido clásico de un emisor central. Evaluar estos modelos en el marco de procesos globales constituye otro reto adicional para el campo. Es prudente recordar las reacciones sociales que se configuran en el largo plazo, por lo cual es necesario realizar observaciones de tal magnitud. Escalar estas metodologías exige esfuerzos particulares y conjuntos entre áreas del conocimiento y sus profesionales, que deben enlazarse para producir resultados robustos y con aplicabilidad para la configuración de un campo y sus métodos. Esto exigiría el afianzamiento de una red de conocimiento con quienes trabajan el campo –o de alguna manera aportan con sus desarrollos–, para lograr una evaluación de producción, contemplar posibilidades y objetivos conjuntos. Esto es posible mediante un diálogo fluido.