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Reflexiones de Kino

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Mientras se hacían preparativos para efectuar una nueva entrada, y estando en San Lucas, Sinaloa, Kino escribe al padre Provincial Bernardo Pardo un interesante informe en donde hace una serie de reflexiones y recomendaciones en base a la experiencia tenida con los guaicuras y coras de la bahía de La Paz, así como con los soldados. En primer lugar pide que manden que esta conquista se procure hacer con paz y amor y no con demasiado rigor de armas, pues con los rigores se huyen los indios y se retiran y desamparan en los montes, cuando con La Paz y agasajo y caridad cristiana acudirán muchísimas almas a hacer cuanto les enseñáremos y quisiéremos… veo en algo atrasada esta nuestra conquista, por esta falta de La Paz… (82)

Más adelante hace ver la falta de armonía que había entre los soldados, la que finalmente tuvo consecuencias adversas para la expedición: Lo que sí me parece será muy necesario, es el procurar que haiga paz, concordia, contento y gusto entre los señores españoles soldados y marineros con su cabeza, que aquí lo es el señor Almirante, y también entre ellos mismos, que por falta de estas cosas sucederá no se tenga tampoco paz con los indios, cosa hora en los principios parece ser muy necesaria. (83)

A pesar de este descalabro Kino no se desanima y le dice al padre Pardo: No obstante tengo buenas esperanzas se ha de proseguir con bien esta conquista y conversión de tantas almas, pues aunque no pasan de quinientos indios los que nos han venido a ver en diferentes ocasiones, pero son muchos más los que todavía no nos han venido a ver… confío que a mediado el mes que viene, y quizá más presto, pasaremos a proseguir con la conquista y conversión de las almas de la California. (84)

Y es que para entonces ya se tenían planes de hacer una nueva entrada, ahora en Cabo San Lucas:…los coras, que son más mansos y muy amigos de la nación española, son de un grandísimo número de gentío y almas. En el puerto de San Bernabé o Cabo San Lucas hay también mucha gente, en otras alturas de esta grandísima isla de las Californias y en otras islas menores que están en la costa y contracosta. Y en la tierra adentro hay una infinidad de almas que con el favor del cielo, confío se han de agregar en pocos años al gremio de nuestra Santa Madre Iglesia. (85)

En una carta enviada al padre Jesuita Francisco Castro, hace ver la riqueza perlífera de la bahía, y de cómo esta podría, en parte, ayudar a financiar el proyecto de evangelización; [Los guaicura] nos vienen a ver muy a menudo a este real de Nuestra Señora de Guadalupe, trayéndonos regalos de pitahayas, mescales, y una vez también unas perlitas, que ellos no las estiman mucho ni hacen mucho caso de ellas, ni se aplican a pescarlas, aunque verdaderamente las hay, y muchas y de buen oriente en toda esta bahía. Y se han sacado muchas de ellas que son más de doscientas las que han dado de limosna a la Virgen Santísima, y muchas más son las que tienen algunas personas. Y aunque es verdad que, quitadas unas pocas que han salido de muy buen porte, mayores que garbanzos, las demás son casi todas muy pequeñas; pero, si su Majestad, o el señor Virrey, o sus ministros, envían buzos que sepan bucear en cinco, seis, ocho y diez brazas de agua, no hay duda que se sacarán grandes rentas reales; que las que estos dos meses aquí han sacado han sido de las conchas que hay en la orilla del mar y en poco agua. (86)

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