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La génesis

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«Arbusta es esa mirada que está faltando porque, cuando hay alguien que te mira, te habilita a desarrollar tu potencial para conectar de una manera diferente un sistema que no funciona. Es necesario poder acercar, unir y recombinar dimensiones que no se miran. Desde Njambre y, en este caso, desde Arbusta, nos sentimos cómodos creando condiciones en cualquier espacio. Tenemos la capacidad para entender dónde está el potencial de cada uno y la destreza para juntarlo. La empatía te permite ser intérprete. Y la posibilidad de construir contextos favorables depende en gran medida de la capacidad de interpretar realidades diversas que, en general, están desconectadas», reflexiona con contundencia el trío fundador.

Njambre no explica a Arbusta pero contextualiza su origen, dado que nace en el seno de este espacio creado para desarrollar empresas y acompañar organizaciones que buscan la transformación social o ambiental a partir de un abordaje de mercado.

«Provocamos oportunidades que crean poder». Así se presenta el espacio que, entre otras iniciativas y emprendimientos, anidó en sus comienzos a Arbusta y la acompañó hasta que tuvo vuelo propio. «Los formatos, el cómo nos definimos y de qué manera lo hacemos, fue modificándose a lo largo de nuestro camino, así como fuimos cambiando nosotros mismos. Una sola cosa nunca cambió: creemos profundamente en el poder de transformación de estos modelos y nuestra intención es que existan en el mundo más y mejores empresas de impacto. ¿Cómo lo hacemos? Eso irá cambiando para ajustarse a las necesidades del mundo», cuenta Milagro Pereyra Iraola3.

Creada en 2012, Njambre se propuso generar sinergia a partir de ensamblar innovación con emprendimiento e impactos positivos en lo social y/o ambiental. La mirada de la posibilidad, los escenarios de abundancia, la innovación y la tecnología son los pilares en los que se asienta su trabajo. Para eso, vislumbra la oportunidad en personas, organizaciones y recursos que habitualmente no son mirados y, a partir de ahí, diseña o promueve modelos en los que el impacto no sea un medio ni un fin, sino parte del ADN del negocio.

Njambre se mueve a partir de la convicción de que es posible crear modelos de organizaciones que permiten el acceso a condiciones que mejoren la calidad de vida de las personas a las que involucra, habilitando en ellas libertad y autosoberanía. Además, entiende que, para innovar, es necesario combinar saberes, experiencias y trabajo colaborativo, y encuentra en los modelos de negocios la mejor forma de escalar una solución.

Hay mucha reflexión puesta en Njambre para construir nuevos enfoques, reformular viejos conceptos y generar una narrativa que reflejara una identidad. Mucho de todo ello está desarrollado en los documentos del curso online «Cómo emprender con impacto» una sistematización de contenidos generada desde Njambre a partir de un trabajo de reflexión sobre sus prácticas.

Allí se aportan ideas sobre cómo abordar el impacto social, algo que empresas como Arbusta ponen en el corazón de su negocio: «Para resolver problemas sociales, que son complejos, la estrategia lineal tradicional predictiva de insumo // producto // resultados no sirve. El cambio social es complejo, impredecible, multifacético e idiosincrático. Sus procesos no son lineales; al contrario, son dinámicos y, muchas veces, intuitivos. Son el resultado de la interacción de múltiples factores independientes que se influencian unos a otros, de manera significativa y permanentemente».

El talento emergente requiere de una estrategia que acompañe el emerger y, en Njambre, la explican de la siguiente manera: «La estrategia emergente genera constantemente soluciones que evolucionan y que responden a situaciones determinadas en tal lugar y en tal momento, y con tales participantes. El término “emergente” significa que la organización está aprendiendo lo que funciona en la práctica. Las situaciones complejas no son predecibles pero sí muestran patrones de momentum. Si les prestamos atención, podemos identificar que, cuando la energía dentro del sistema está moviéndose en una dirección, son los “atractores”. Esos atractores pueden ser personas, ideas, eventos, que pueden llevar al sistema hacia o lejos de la meta de una organización».

Y, en relación con la mejora del sistema, se señalan algunos elementos importantes: «El sistema en su conjunto tiene que tener un propósito evolutivo, tener una visión compartida (...), grado de alineamiento y confianza entre actores, gestión del conocimiento, resiliencia de los participantes, (...) estructuras flexibles que permitan al equipo ser innovador, comprender su realidad para aflorar innovaciones y mejoras en cualquier nivel de la organización/sistema. Por lo tanto, no armar planes estructurados, evaluar los aprendizajes y la capacidad de poner en palabras un tema, no únicamente la solución, desarrollar en el staff el pensamiento lateral, (...) crear un contexto y una cultura en la cual el aprendizaje, la reflexión y la evolución funcionan. Deben invitar constantemente (...) a discutir sobre posibles soluciones y desafíos para ser personas cada vez más plenas».

Volviendo a Njambre, en estos ocho años fue tomando diferentes formatos: aceleradora, company builder, ahora es una empresa de la industria del conocimiento que busca transferir sus aprendizajes y experiencias a otros —emprendedores, empresas, organizaciones y gobiernos que quieren empezar a tener otra mirada sobre la generación de valor, transacciones ganar-ganar, impacto positivo y sentido— a nivel regional y global. «Y, a partir de estas experiencias, pensamos el próximo modelo que queremos emprender para seguir cambiando las reglas del juego de una industria generando transformaciones profundas en el futuro que queremos construir», sueña Milagro.

La potencia del talento no mirado

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