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CÓMO AHORRAR

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El que está satisfecho con su parte es rico.

LAO-TSE

A la mañana siguiente, camino del despacho, me sentía listo para dar a Quique una primera lección sobre finanzas, por lo que nada más verlo en el vestíbulo me dirigí a él y comencé a explicarle los beneficios y la necesidad de ahorrar.

Pero, señor Tusquets, ¿me está diciendo que uno tiene que vivir a pan y agua para tener dinero cuando sea mayor?

Ante todo trátame de tú, Quique, y mira, no es cuestión de malvivir ahora para sobrevivir luego, ¡menuda vida llevaríamos! No, se puede vivir decentemente y ahorrar, solo hay que saber establecer prioridades. La idea es separar solo un poco del dinero que ganas cada mes, ponerlo a trabajar y, así, tener la posibilidad de disponer de mayor cantidad en el futuro para cuando te sea preciso retirarlo.

Vi su expresión pensativa y supe que tenía que dejarle reflexionar en lo que acababa de explicarle, por lo que cogí los diarios que, como todos los días, él me tendía y me dirigí al ascensor.

Tú ahora quédate con esta idea, más tarde continuamos.

Y es que, como le había contado a Quique, para ahorrar no es necesario que nos privemos de todas esas cosas que hacen que la vida sea mejor.

El ahorro no es una cuestión de cantidad, sino de actitud.

Ahorrar no es tan difícil si sabemos establecer dos aspectos básicos:

• Cuánto dinero separaremos cada mes.

• Y, más importante aún, qué debemos hacer con esos ahorros hasta el día que los necesitemos.

Mientras me dirigía a mi despacho iba ordenando estas ideas en mi cabeza para compartirlas más tarde con Quique y dejarle muy claros los conceptos de las siguientes claves fundamentales para el ahorro.

Enriquéceme despacio, que tengo prisa

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