Читать книгу Psicología para terapeutas - Cecilia Gallinger - Страница 21
La importancia de establecer una alianza terapéutica positiva
ОглавлениеEl psicólogo y docente Edward Bordin (1979) afirma que la alianza terapéutica depende esencialmente de tres componentes:
El vínculo positivo establecido con el paciente, es decir, la conexión entre consultante y terapeuta. Si bien el vínculo por sí solo no es suficiente para crear una alianza terapéutica, la base de esa alianza es que el consultante sea comprendido, respetado y aceptado por el terapeuta. Es lo que Carl Rogers llama “aceptación positiva incondicional”.
El grado de acuerdo de los objetivos a conseguir: en el inicio del proceso el terapeuta debe proponer y ayudar al consultante a definir claramente los objetivos que el consultante desea lograr con la terapia y llegar a un acuerdo, para que ambos, terapeuta y consultante, puedan dirigir sus esfuerzos hacia el mismo lugar. Se puede establecer aquí una jerarquía de objetivos, es decir, generales y específicos, y dentro de los específicos, a cuáles se atenderá en primer lugar, cuáles tienen mayor urgencia y cuáles pueden ser atendidos posteriormente.
La aceptación y el compromiso con las tareas necesarias para conseguir los objetivos terapéuticos planteados: el terapeuta debe dejar muy claro, explicándole al consultante, cuáles serán las técnicas que utilizará en las consultas y el consultante deberá estar de acuerdo con ellas y tener la posibilidad de rechazar las que no crea convenientes. Si el consultante tiene dudas respecto de la terapia, el inicio de la misma es un momento adecuado para esclarecerlas, para que pueda implicarse activamente, participar y comprometerse con su propio proceso.
Solo después de que la alianza terapéutica está constituida es posible continuar avanzando, pues el consultante ha logrado disminuir sus resistencias y comenzar a manifestar su esencia. Al respecto, una habilidad esencial que la Programación NeuroLingüística (PNL) ha destacado, es la de establecer Rapport con nuestros consultantes, es decir, la habilidad de crear las condiciones para generar sintonía con nuestros consultantes. Para esto, propiciar tanto la confianza como la comunicación son fundamentales, y en este sentido, la PNL plantea que es de gran importancia identificar el sistema representacional predominante en cada consultante, es decir, cuál es su principal canal de comunicación (visual, auditivo, kinestésico, olfativo o gustativo), y adaptar nuestra comunicación a la forma en la que el consultante se expresa, favoreciendo así una verdadera conexión y empatía.