Читать книгу El vínculo primordial - Daniel Taroppio - Страница 35

5. EL UNIVERSO ES INTERACTIVO

Оглавление

La teoría cuántica, que actúa como soporte teórico de la física homónima, nos ha puesto en evidencia que la característica fundamental de la actividad atómica, y por lo tanto de la materia misma, es la probabilidad.

Las cosas que a nivel macroscópico son, a nivel microscópico se convierten en probabilidades de ser, pero no de ser cosas sino configuraciones, interconexiones. Esto se debe a que las partículas subatómicas no tienen una existencia en sí sino una tendencia a existir. ¿Cómo se explica esto? Se explica por el hecho de que estas partículas no existen como cosas aisladas, sino únicamente como interconexiones con otras, como configuraciones. Estas partículas, por lo tanto, no son cosas, sino interconexiones entre cosas, que a su vez, no son cosas sino interconexiones entre cosas y así ad infinitum. Al mismo tiempo, la física moderna sostiene que todo lo que existe ha emergido del Big Bang y se despliega en un equilibrio dinámico entre la materia y la energía oscuras, es decir, entre fuerzas de contracción-atracción y expansión-rechazo. Parafraseando esta afirmación, nosotros diríamos que todo lo que existe ha emergido de la Fuente Primordial, expandiéndose mediante el poder del Movimiento Diferenciador, y reconectándose mediante la atracción de la Trama Integradora.

Una cualidad fundamental del Universo es entonces la existencia de partes que se alejan las unas de las otras y, al mismo tiempo, procuran reconectarse entre sí. Es decir que un elemento básico del Universo es el juego entre la atracción y la repulsión, o sea, la interacción. A esta eterna danza entre la toma de distancia y el acercamiento, presente con mayor o menor consciencia en todos los planos de la creación, la denomino Interacción Primordial. Ya sea que se trate de dos fotones produciendo luz, de dos partículas subatómicas atrayéndose y rechazándose en una danza infinita de fusión y fisión, de las polaridades de un imán o del encuentro entre dos amantes, siempre podremos percibir la omnipresencia de la interacción universal, que sólo cambia de aspecto y de niveles de complejidad, pero que es siempre una y la misma.

En su artículo “Reflexiones sobre el zen y la física moderna”, el investigador del CERN y Doctor en Física Vincent Vuillemin, al que ya hemos nombrado, presenta el siguiente experimento:

“Comencemos esta vez por el acercamiento del zen concerniente a la interdependencia. Esta interdependencia se concibe como inmediata y global. Esto se traduce, por ejemplo, en la siguiente frase: una persona que practica zen modifica al Universo entero. Comprender esta frase haciendo intervenir una interacción que se propaga, en primer lugar, dentro de nuestro entorno cercano, y luego cada vez más lejos, está claramente justificado. Sin embargo, la frase también contiene una noción de inmediato y universal sin hacer intervenir ninguna interacción que se propaga poco a poco, como si nuestro Universo entero fuera uno, unido y completamente interdependiente38. A priori esto parece estar en contradicción con el hecho de que en nuestro mundo ninguna interacción puede propagarse a más velocidad que la luz (ver Apéndice 3: Teorema de Bell). A esta tasa de velocidad serían necesarios millones de años para que la influencia de una persona que practica zazen se propagara hasta las fronteras de nuestro Universo39. Sin embargo, en física un nuevo fenómeno acaba de ser completamente verificado y establecido en los últimos meses, y prueba que un sistema unido en sus condiciones iniciales permanece unido (aunque sus elementos aparentemente sean separados en el espacio tradicionalmente concebido)40 y que el cambio de un elemento modifica inmediatamente a los demás sin que haya tiempo para que ninguna señal se propague de un elemento a otro.

Se emiten dos partículas de luz provenientes de la desintegración de un átomo. Esas dos partículas de luz son enviadas en direcciones opuestas a través de kilómetros de distancia de fibra óptica. A pesar de estar separadas por kilómetros de distancia, su estado permanece unido, es decir que una modificación del estado de una de las partículas es inmediatamente observable en la otra sin que haya habido tiempo para que una señal se propague, a la velocidad de la luz, de una a otra. El fenómeno es inmediato, no existe separación espacial, el espacio es discontinuo. Es otro nivel de realidad. Por el momento, ningún formalismo matemático permite pasar de un nivel de realidad a otro, pasar de las leyes del mundo cuántico a las del mundo macroscópico. Este experimento demuestra lo que presentían los maestros zen cuando hablaban de la interdependencia entre todos los seres, en el amplio sentido de nuestro Universo, de interdependencia inmediata, sin ninguna separación espacial. Por lo tanto, en nuestro Universo se encuentran fenómenos que han permanecido durante mucho tiempo desconocidos para el mundo científico y que se aproximan a lo expresado desde el principio en el budismo”.

Este experimento evidencia con una claridad extraordinaria el alcance de lo que aquí denominamos la Interacción Primordial, y refuerza nuestra hipótesis básica que sostiene que es posible encontrar principios fundamentales que podamos ir descubriendo en todos los planos del Universo, desde las galaxias más lejanas hasta nuestra vida cotidiana.

En síntesis, la física y la biología modernas están comenzando a insinuarnos una descripción del Universo caracterizada por el comportamiento de la energía más que de la materia sólida; de las interacciones, las tramas y las conexiones más que de los hechos y cosas aislados; de los flujos y reflujos de información más que de leyes inmutables, y de las dimensiones sutiles de la realidad más que de las densas. Pero, en función de las advertencias que hicimos al comienzo de este capítulo, debemos cuidarnos de no caer en la tentación de volver a considerar que la física y la biología habrán de brindarnos comprobaciones de las realidades espirituales del Universo.

Todas estas observaciones que hemos extraído de ambas disciplinas son ciertamente fascinantes y sumamente inspiradoras para cualquier mente abierta. Sin embargo, tanto la física como la biología sólo nos informan de las realidades materiales y externas. Esto implica que, si a todos estos datos nos permitimos integrarlos con las observaciones provenientes de la exploración interior, nuestro campo de investigación y nuestras posibilidades de descubrimiento se ensancharán y enriquecerán enormemente. Sin embargo, debemos mantener siempre presente que sólo constituyen metáforas inspiradoras. Recordemos siempre que estas teorías podrán ser refutadas en un futuro más o menos próximo, y seguramente lo serán. Pero nada de ello afectará a la experiencia directa, fruto de la exploración interior. Surgirán nuevas metáforas con las que intentaremos expresar mejor nuestras intuiciones, pero la experiencia misma de unidad seguirá estando más allá de todas las palabras y los conceptos, invitándonos siempre al eterno asombro, al sagrado arrobamiento.

30 Bohm, David, La totalidad y el orden implicado, Ed. Kairós.

Sheldrake, Rupert, Una nueva ciencia de la vida. La hipótesis de la causación formativa, Ed. Kairós.

Vuillemin, Vincent, “La interdependencia, variables e interacciones no locales”, y otros artículos, https://www.cern.com; https://www.deshimaru-zen.com

31 Vlatko Vedral, Decoding Reality, the universe as quantum information, Oxford Univeristy Press, 2010.

32 Creo oportuno volver a recordar (tal como intento explicarlo en las notas finales III y X) que esta noción de pautas originales no hace referencia a patrones dados a priori que terminen proponiendo un esencialismo ni un determinismo.

33 Reconozco que la falta de pruebas de la inexistencia no es prueba de la existencia. Sin embargo, esta falta de pruebas debería al menos llevarnos a ser muy cautos a la hora de negar todo aquello que no puede ser demostrado, al menos por ahora, en el plano sensoriomotriz o material. Es decir, deberíamos ser muy cuidadosos de no caer en el positivismo burdo, lo cual en definitiva, como ya hemos visto, termina constituyendo una metafísica negativa, es decir, una negación sin fundamentos empíricos.

34 Considero innecesario extenderme en la aclaración de que esta información o “protomemoria” no puede ser comparada con la que puede contener y procesar un cerebro animal o humano.

35 Recordemos que, al alejarse de la metafísica y la filosofía, la psicología dejó de ser definida como el estudio del alma (psique) y pasó a ser considerada el estudio del comportamiento (lo que constituyó simultáneamente un gran avance y una gran pérdida). Si los átomos y sus subpartículas “se comportan”, es decir, tienen conductas, ¿podríamos hablar de una “psicología cuántica”?

36 Como ya lo he adelantado acerca de las teorías físicas, no voy a introducirme en un tratamiento profundo de cada una de ellas ni de su evolución, similitudes y diferencias, puesto que todo ello excede el objetivo específico de este libro y porque, además, como lo hemos señalado, la mayoría terminará siendo refutada en poco tiempo, más no así muchas de sus intuiciones inspiradoras, que son las que nos interesan aquí.

37 Existen muchas otras versiones acerca de por qué el nombre de teoría M, en las cuales se especula que se trata de la M de magia, misterio, matriz o incluso Madre de todas las cuerdas.

38 ¿Podríamos vincular esta noción con lo que aquí denomino la Trama Integradora?

39 En el Tantra, se atribuye a cada chakra un elemento de la naturaleza, entre los cuales se cuentan siete en lugar de cuatro. Los tres elementos de los chakras superiores, más allá de la tierra, el agua, el fuego y el aire, son el espacio o el sonido (para el chakra laríngeo), la luz (para el chakra frontal) y, por último, el pensamiento (para el chakra coronario). En esta tradición milenaria ya se concebía un elemento más rápido que la luz, el cual, de hecho, más que rápido era considerado instantáneo y universal.

40 La aclaración es mía.

El vínculo primordial

Подняться наверх