Читать книгу Los miedos de Ethan - Darlis Stefany - Страница 10
Оглавление[no image in epub file] Capítulo dos [no image in epub file]
14 DE MARZO, 2014
—¡Llegaste a tiempo! —exclama Lola apenas entro sacudiendo mi cabeza de las pocas gotas de lluvia que conseguí al bajar del auto y correr al edificio—. Ven, apresúrate.
Camino hasta dejarme caer al lado de ella en el sofá. Fijo mi vista en la pantalla de su laptop. Es un livestream con Andrew. Lo que me llama la atención es que él luce un poco triste, incluso tiene unas ojeras apenas perceptibles.
Observo a Lola. Lola es una Fiver, una discreta. Ella sabe que conozco a los chicos, pero no me presiona para obtener presentaciones o se desespera ante el hecho de que los conozco. Únicamente sigue siendo Lola.
—Una vez respondidas sus preguntas, les diré la razón por la que hago esto —dice, frunce sus labios acomodando su guitarra acústica. Acomoda la gorra sobre su cabeza y suspira—. Esta canción es una primicia, quizá, del nuevo álbum. Es una canción especial. Una canción para un héroe.
»Hoy puede resultar un día triste, pero a este día triste debo darle alegría. El dueño de esta canción la llamó Mr. Smile[3] lo cual creo que es el nombre perfecto. Quiero que hoy todos sonriamos por el señor sonrisas. No es la versión final, pero espero les guste al menos la mitad de lo que le gustó a él. Para mi héroe.
Andrew sonríe y rasga de manera melódica e increíble las cuerdas de la guitarra antes de abrir sus labios y comenzar a cantar.
La típica vida llena de fantasías, sueños y promesas.
Creía tenerlo todo. Creí que mis problemas eran los más grandes.
Pero has aparecido tú, un rayito de luz que entre tanta oscuridad jamás para de brillar.
Ojos peculiares, amistad sincera, apoyo incondicional. Una persona difícil de olvidar.
¿Dices que soy tu héroe? Tú eres el mío, como una gran estrella, un gran infinito.
Mis deseos serán para mí. Pediré que siempre estés junto a mí.
Luchas cada día, sonríes no te detienes.
Si hay un mal día no lo demuestras. Sonríes a la vida nunca te detienes.
Cuando parece que caes, tú te levantas. No te diste por vencido, fuiste a la batalla.
Hay oscuridad, pero tú siempre serás luz. No importa si es aquí, no importa si es allá. A dónde quiera que vayas, llevas felicidad.
Cuando cierre mis ojos, cuando sonría, cuando deje fluir esta melodía. Pensaré en ti.
Oh, oh, solo pensaré en ti. Mi pequeño gran héroe. El señor sonrisas.
La vida nos envuelve. Como trae felicidad pretende llevársela.
Hay dificultades, muchas adversidades. Tu sonrisa es la mejor arma.
Tu sonrisa de valiente demuestra cuán fuerte eres.
Una gran batalla para un gran héroe. Una larga lucha para un héroe.
Eres grande. Más grande que mis sueños, más grandes que mis metas. Más grande que el amor.
¿Tienes tanta capacidad para amar? ¿Qué haré si te vas?
Oh, voy a vivir. Vivir pensando en ti, buenos recuerdos.
Luchas cada día, sonríes no te detienes.
Si hay un mal día no lo demuestras. Sonríes a la vida nunca te detienes.
Cuando parece que caes, tú te levantas. No te diste por vencido, fuiste a la batalla.
Hay oscuridad, pero tú siempre serás luz. No importa si es aquí, no importa si es allá. A dónde quiera que vayas, llevas felicidad.
Cuando cierre mis ojos, cuando sonría, cuando deje fluir esta melodía. Pensaré en ti.
Oh, oh, solo pensaré en ti. Mi pequeño gran héroe. El señor sonrisas.
Dije no querer un mañana si tú no estás.
Dije que me ponía en tu lugar.
Dije que si caías yo no me iba a levantar.
Sonreíste, tú sonreíste y dijiste que yo merecía felicidad.
Pediste mirar adelante, no regresar. Dijiste que todos merecíamos libertad.
Oh, oh, sí lo hago. Entonces lo haré por ti.
Estoy anonadada de la belleza magistral con la que Andrew canta la canción. Está llena de sentimientos, el quiebre de su voz suave y esa sonrisa pequeña cuando la canción termina.
—Espero les guste. Hoy es un día para los héroes. Hasta luego, Fiver —dicho eso la pantalla se vuelve negra.
Lola jadea.
—¡Mierda! Esa tiene que ser la mejor canción de la historia. —Lleva una mano a su boca—. Ese CD va a ser espectacular. ¿Qué cosa es esa del héroe?
—No lo sé —susurro aún conmocionada por la canción.
Andrew lucía un poco triste y alegre. Alegre de cantar una canción que da la impresión es muy importante para él y triste como si algo lo lastimara.
Andrew ha sido de los más dulces conmigo, de hecho, siempre que estamos cerca hablamos. Cuando él dice cosas como «esa es mi Grace» me siento maravillada. Es un hombre con un gran corazón y ver que algo lo lastima es perturbador, porque es la clase de hombre al que simplemente esperas ver feliz.
La clase de hombre que no le importa si eres una Fiver, te considera su amiga si lo llegas a conocer lo suficiente.
—Un día para los héroes —susurro caminando a la cocina—, BG.5 son parte de mis héroes.
Muy real. Son parte de la lista de héroes desde el momento en el que con sus canciones hace seis años me motivaron a continuar.
Día para los héroes.
17 DE MARZO, 2014
—¿Vas a llevarme al cine? —pregunta mientras peino su cabello rubio.
Pienso en que de hecho quedé en salir con Anthony. Finalmente, Anthony me ha pedido salir.
—Lo siento, peque, pero tengo una cita.
—¿Una cita? —Algo me dice que está frunciendo el ceño. Sonrío.
—Sí, cuando seas mayor vas a entenderlo.
—¿No puedes llevarme al cine con tu cita?
—Me temo que no, peque.
—¡Súper niño! —grita el pequeño rubio corriendo en un bóxer de pequeñas nubes.
—¡Eres un tonto!
—¡Y tú una tonta!
—Sin pelear —pido riendo.
Despierto y solo mantengo mi vista en el techo. No es una pesadilla, no suelo tener pesadillas hasta que se aproxime la fecha. Pero sí que tengo muchos sueños y los sueños a veces parecen doler más.
Los sueños son recuerdos felices de momentos que no van a repetirse.
Sacudo mi cabeza, es tan desagradable el sentimiento de nostalgia ante los recuerdos. Tal vez debí llevarlos al cine ese día, quizá todo hubiese salido diferente.
—¿Grace?
Me sobresalto y sonrío cuando me encuentro con la sonrisa incrédula de Naomi. Ella se acerca saludándome.
Conozco a Naomi gracias a Hilary, esposa de Doug y madre de su pequeño Jeff, digamos que más que cumplir el sueño de conocer a mi banda favorita en todo el mundo, ellos me han ayudado a hacer nuevas amistades.
—Creí que te había visto desde afuera.
—Siéntate.
La cafetería está bastante sola, me siento agotada, luego del sueño no pude volver a dormir. Naomi pide algún café, yo continúo jugando con el mío.
—¿Mala noche?
—¿Se nota mucho? —pregunto en una mueca.
—Tiene círculos púrpuras bajo tus ojos. —Es todo lo que dice recibiendo su café.
—Tuve problemas para dormir. —Cubro con mis manos mi rostro—. Me duele la cabeza.
—¿Quieres un analgésico?
—Ya tomé uno, pero gracias.
—Siempre a la orden —me da una sonrisa—. Voy de camino a visitar a Hilary. ¿Quieres venir?
—Supongo que puedo hacerlo, debo estar en la editorial a la una.
—No tengo auto —asegura dejando el dinero por su café.
—Yo tengo uno, sígueme.
Caminamos hasta mi auto aparcado y subo. Enciendo el auto y presiono mi frente del volante. Es todo psicológico, pero por un momento siento como si mi espalda ardiera de nuevo. La misma sensación de mi piel abriéndose y la sangre cubriéndome.
—Este va a ser un día de mierda —murmuro enderezándome y comenzando a conducir—, por cierto, tú estás muy risueña. ¿Algún chico?
—Mierda, no. Nada de chicos para mí.
—Oh, eso suena a que no tendrás sexo nunca.
Ella ríe y estira los dedos de su mano. Me enseña su dedo anular.
—Hubo un tiempo en que lleve este dedo adornado. Ahora estoy divorciada ¡Y demonios! Nunca me he sentido más libre y feliz.
—Felicidades por tu divorcio —felicito riendo.
—¡Gracias!
—No te había visto desde la boda Dilary. Deberíamos intercambiar números, intentar ser las mejores amigas.
—Aún me queda un espacio para mejor amiga —comenta—, además de que no conozco a muchas rubias.
—Sabía que ser rubia tenía que ayudarme para conseguir algo en esta vida. Me ha conseguido una mejor amiga.
Bromeamos durante todo el camino hasta detenernos frente al edificio. Naomi le envía un rápido mensaje a Hilary y ambas bajamos del auto. Al salir del ascensor, apenas nos detenemos frente al apartamento y podemos escuchar el llanto infantil. Toco el timbre y Doug sin camisa y con una sonrisa nos abre.
—Oh, el destino trajo a mi puerta a dos bellas mujeres. —Besa mi mejilla y luego la de Naomi—. Pasen adelante. La fiesta de llanto está en pleno apogeo.
Cierra la puerta detrás de nosotras y siento culpa ante el hecho de que debo darle un buen vistazo aun cuando es un hombre casado. Me maravillo de sus tatuajes y de su cuerpo antes de ser respetuosa y dejar de babear.
—¿Qué sucede con Jeff? —pregunta Naomi sentándose en el sofá.
—Que está cabreado —es su respuesta—, por lo tanto, llora.
—¿Y por qué está cabreado?
—Interesante pregunta, se lo he preguntado. Pero ya ves, rayito aún no habla, Grace —me responde con una sonrisa divertida.
El llanto se calma y de una del pequeño pasillo emerge Hilary con su bebé rubio succionando un biberón. Me pregunto si interrumpimos algo, después de todo ella lleva un pequeño short y lo que parece la camisa de Doug. Además, su cabello va suelto y despeinado.
—¡Hola! —saluda con entusiasmo. Le devolvemos el saludo. Se sienta sobre las piernas de Doug mientras continúa dándole de comer al niño. Doug besa su hombro.
—¿Mala noche, Grace?
—Algo así —le respondo a Doug.
Aún me sorprende realmente poder hablar con Doug como si nada. Como amigos, soy una chica madura que no hace un espectáculo ante el hecho de conocerlos, al menos no un espectáculo en público.
—Así que tú que eres una Fiver —comienza Doug—, ¿qué te pareció la presentación de Andrew?
—Es preciosa y el sentimiento con la que él cantó. Maravilloso.
—Fue escrita para una persona especial —sonríe Hilary—, muy especial.
—Cuando Andrew y Ethan la canten en los conciertos, va a ser impresionante —asegura Doug—; cuando la presentemos será tan asombrosa como la persona que la inspiró.
Jeff termina de comer y Doug toma el biberón vacío. Hilary le hace una mueca que acaba por hacerlo dar un pequeño grito. Me sorprende lo rápido que crecen los bebés.
—¿Quién quiere sacar sus gases?
Inmediatamente alzo mi mano, adelantándome a Naomi. Hilary me extiende al pequeño rubio de ojos azules que me observa con curiosidad. Le doy una sonrisa y él sonríe de vuelta antes de patalear. Río encantada ubicando su cabeza contra mi hombro y palmeando suavemente su espalda.
Huele divino, huele a bebé.
—Me encanta el bebé Dilary. Hagan otro bebé.
—No —dicen ambos al mismo tiempo antes de reír.
—Con rayito está bien por ahora —asegura Doug abrazando a Hilary quien recuesta la cabeza de su cuello—, nos va bien con solo uno. Mejor así.
El celular de Naomi suena y se aleja a la cocina para hablar.
—¿Irás al cumpleaños de los mellizos? —cuestiona Hilary.
—Fui invitada —digo con orgullo, April, mejor amiga de Ethan, y yo de hecho somos amigas ahora. Del mismo modo en el que lo fuimos aquel tiempo que estuve en la clínica—, conducir hasta Bolton un martes es lo que suena tedioso.
—Puedes venir con nosotros si quieres. ¿Verdad, Doug?
—Sí, puedes. Estamos llevando a Jeremy también porque es igual de perezoso que tú y no quiere conducir.
—No soy perezosa, solo no es divertido conducir yo sola una distancia tan larga —Jeff libera un gas—. Ah, ya botó un gas.
—Cuidado si libera uno por abajo —bromea Doug—. Princesa, por muy cómodo que sea cargarte y mimarte. Debo bañarme, tengo una entrevista en la radio en dos horas.
Hilary se pone de pie y él palmea su trasero antes de perderse por el pasillo. Hilary suspira con una gran sonrisa.
—Soy tu amiga, pero voy a decirte esto con sinceridad —anuncio—: tu esposo es malditamente caliente. Eres una suertuda. Te admiro por tenerlo.
—Gracias, mi esposo me enloquece.
—Tu esposo enloquece a cualquiera —aseguro—, de verdad que tú eres maravillosa. Tienes a Doug McQueen a tus pies. Bendita seas.
—Amén.
18 DE MARZO, 2014
—Jeremy, deja a Jeff dormir —pide por décima vez Hilary.
Jeremy resopla dejando al pequeño rubio dormir en su portabebés. Río, Jeremy es realmente divertido.
—¿No trabajas los martes? —me pregunta Jeremy, decidido a matar el tiempo.
—Mi jefa viene a este cumpleaños también, por lo que he obtenido el día libre.
—Eso es tener buena suerte —me observa pensativo—; mitad Dilary, ¿te has dado cuenta de algo?
—¿Qué?
—Estás rodeada de personas rubias. Pide un deseo.
Todos reímos en el auto, incluso, Doug que se mantiene tarareando alguna canción dándome la oportunidad de apreciar las pocas veces que canta. Doug conduce un poco más y quince minutos después se detiene frente a la casa de April. Bolton aquí estamos. Bajo del auto y estiro mis piernas, no fue un viaje eterno, pero sí que fue un viaje largo.
Tomo mis regalos, Jeremy toma a Jeff y nos acercamos a la casa dejando a Doug y Hilary atrás. April es quien abre la puerta y rápidamente la abrazo.
—¡Un año siendo una mami! —bromeo. Ella ríe regresándome el abrazo.
—Una hermosa mami —asegura Jeremy saludándola.
—Oh, mi bebé rubio —dice April tomando a Jeff de los brazos de Jeremy. A este punto, Jeff parece ser el bebé rubio de todos. Aun así, el bebé se mantiene durmiendo—; crece tan rápido.
Se hace a un lado dejándonos entrar, la música infantil resuena por la casa al igual que los gritos infantiles. Solo April podría hacer una fiesta de cumpleaños un día martes y aun así conseguir que los invitados vengan o, al menos, la mayoría.
—¿Dónde dejo los regalos? —pregunto. Ella señala una gran caja magníficamente decorada. Dejo los regalos y vuelvo—. ¿Dónde están los cumpleañeros?
—Síganme.
Vamos al pequeño jardín y hay al menos doce niños, entre ellos Dan, Halle y parece que Harry y Kae han traído a Adam, es decir, su sobrino. Al primero que encuentro es a Nathan sentado en las piernas de July, la abuela de April.
Él me extiende su pequeña mano y ríe cuando se la beso. Su cabello castaño claro está peinado de una manera divertida hacia arriba y sus ojos claros me miran risueños mientras llama a April «mamá», es precioso.
—Feliz cumpleaños, pequeño Nathan.
—Aún están flojos y no quieren caminar —me comenta April—. Abuela, ella es mi amiga Grace.
Ya conozco a la abuela de April, de hecho, parece que la conozco cada vez que la veo puesto que sufre de Alzheimer, su enfermera está sentada a su lado. Le sonrío de manera cálida, tiene que ser confuso perderte en los recuerdos difusos de tu propia mente. Ser prisionero de ella.
—Un placer conocerla, señora July.
—Lo mismo digo, ¿April, de quién es este hermoso niño?
April suspira y le entrega Jeff a Hilary que ya nos ha alcanzado, luego toma a Nathan.
—Él es Nathan, abuela, tu hermoso bisnieto —le responde con dulzura.
—Oh, cierto. Nathan. Qué precioso.
Saludo a los pocos que conozco. Soy feliz cuando Andrew y Harry me saludan. Dan me abraza y Halle lo imita abrazándome también. Con mi mirada busco a la cumpleañera y la localizo el castillo inflable con el tío Ethan.
Camino hasta ellos. Ethan está riendo al igual que Zoey.
—¿De nuevo? —pregunta y en respuesta ella grita.
Él la sube de nuevo al tobogán inflable y la ayuda a resbalar. Ella grita, yo río y Ethan nota mi presencia.
—Vine a felicitar a la pequeña cumpleañera.
—Otra felicitación para Zoey —dice cargándola.
Zoey no es tan maravillosamente sociable como Nathan, cada vez que la veo es como ganármela de nuevo. Ella se aferra al cuello de Ethan, pero me sonríe mostrándome sus pequeños dientes. Beso su mejilla.
—Feliz primer año, Zoey.
—Pensé que no vendrías.
—Eso suena a como que esperabas que no vinieras. —Me cruzo de brazos.
—No sonó bien. —Sacude su cabeza—. Ignora lo que dije.
—Sí, mejor lo ignoro.
Un incómodo silencio se forma. No sé si son ideas mías, pero Ethan parece que siempre se corta ante mi presencia, lo incomodo. No me siento bien sabiendo que causo esa reacción en él, no es como si pretendo violarlo o que me prometa amor eterno. Solo quiero llevarme bien con él como lo hago con el resto.
Pero para él soy como la peste, apenas me acerco parece que quiere huir. Claro que tiene sus momentos agradables como nuestra portada para el libro, pero son esporádicos. Siempre tiene esta tensión a mi alrededor.
El silencio incómodo podría enloquecerme. Ruedo mis ojos.
—Volveré con el resto.
—Sí, mejor. Zoey y yo nos quedamos aquí.
Me giro y camino de regreso. Creo que Ethan realmente detesta estar a mí alrededor. Trato de no decepcionarme. ¿A quién engaño? Por supuesto que me decepciona que uno de mis ídolos deteste mi presencia.
—Bah, si él no fuera tan caliente y tan buen músico no me molestaría tanto —murmuro caminando hacia los hijos y sobrino de Kae.
Los niños siempre estarán dispuestos a jugar conmigo.
Estoy cubierta de tierra y con grama por todas partes. Dejo de reír mientras me mantengo acostada sobre el pasto.
—¿Necesitas ayuda? —pregunta lo que sin duda reconozco como la voz de Andrew. Dejo de reír tratando de recuperar la respiración.
—Estoy bien, únicamente necesito recuperar la energía. ¿A dónde fueron los niños?
—Fueron a algún juego que está haciendo una recreadora infantil. Tú estabas robando su trabajo.
Río de nuevo y él se sienta a mi lado. Respiro hondo. Estoy hecha un desastre, es bueno no haberme maquillado.
—Eres buena con los niños. Parece que te gustan y tú les gustas a ellos.
—Porque soy encantadora.
—Mucho tiempo con Kaethennis. ¿Verdad?
—Atrapada. —Me incorporo sentándome. Él ríe y trato de limpiar todo el desastre que soy—; los niños siempre me sacan sonrisas.
Andrew mira a algún punto y luego ríe saludando con la mano, sigo su mirada y es Ethan. Alejo la mirada rápidamente.
—Creo que Ethan no es feliz de que viniera.
—¿Qué te hace pensar eso?
—Ethan me trata como a un virus mortal. Huye.
—Uhm… ¿Por qué será eso?
—¿Por qué siento que estás usando un tono burlón? —cuestiono.
—No sé qué va a ser de mí con tantos amigos ciegos. Todos ustedes son ciegos y atrasados para notar las cosas. En serio, es frustrante ser amigo de todos ustedes siendo tan idiotas y ciegos.
—¿Soy tu amiga?
Él ríe y peina mi cabello quitando pequeñas gramas de él. Sonrío.
—Claro, eres mi amiga Fiver Grace.
—Tú eres en ese caso mi amigo ídolo Andrew. ¿Eh?
—Parece justo. —Parece complacido de haber arreglado mi cabello—. Y solo para que lo sepas, no creo que Ethan huya lo suficientemente rápido.
—¿Lo cual quiere decir…?
—Yo realmente pensé que ustedes serían más rápidos que los demás. Pero supongo que solo me toca observar de nuevo como todo avanza con lentitud. —Suspira pareciendo resignado. Me encojo de hombros.
—Oye, Dexter no vino.
—Dexter está en Estados Unidos acompañando a Juliet en una campaña publicitaria de la que ella está a cargo. Pero no le digas a nadie, no quiere que se arme un alboroto y arruinen el trabajo de Juliet.
—Secreto guardado.
Me concentro en ver a los niños jugando. Una niña quiere jugar con Adam, pero Halle toma la mano de Adam y la de Dan llevándolos lejos. Halle es un poco posesiva quizás.
—Oh, mierda. Esto se va a volver un poco intenso —susurra Andrew antes de ponerse de pie.
Lo veo irse hacia Ethan que parece abraza a lo que mi mente de Fiver reconoce como su abuela Victoria y recibe un beso en la mejilla de lo que parece su madre. La señora Jones, Cecilia Jones. Él luce tenso y no tan feliz como cuando jugaba con Zoey, al menos no cuando está bajo la atención de su madre.
Decido que debo ir al baño, pero me detengo escuchando lo que parece una discusión.
—¿Hasta cuándo vas a jugar, Ethan Abrahams?
—No sabía que esto era un juego, madre.
—No trates de ser insolente. Está bien, ya has demostrado un hecho. Puedes hacer dinero jugando al cantante con tus amigos, pero eso no es todo lo que debe ser tu vida.
Se escucha un suspiro, quizá viene de Ethan. Me siento un poco mal de escuchar a escondidas, pero no puedo evitarlo.
—Ya no entiendo por qué me sorprende tu falta de compresión. Tampoco me sorprende que tú te quedes en silencio, papá. ¿Ethan el abogado? No va a suceder.
—Ethan…
—Mamá, este es el cumpleaños de Nathan y Zoey. No vine a Bolton a escuchar lo que tantas veces me has dicho ya. Hoy no quiero discutir. Por favor.
—Es tan decepcionante lo que has hecho de tu vida, Ethan. Rompes mi corazón.
No me lo ha dicho a mí y eso ha dolido. No importa que lo haya dicho en voz dulce, esas son palabras que un hijo nunca debe escuchar. Decido que realmente debo orinar, por lo que salgo de mi escondite sorprendiéndolos.
Camino a paso apresurado hacia el baño, pero me detengo antes de entrar.
—Señora Jones, lo que usted llama decepcionante fue lo que un día con una sola canción me motivo a soportar mis últimas cirugías y seguir adelante con mi vida.
»Lo que usted llama decepcionante es la razón por la que ahora soy como soy. La razón por la que decidí volver a vivir. Para usted es decepcionante, pero para mí… Es como un héroe.
Dicho eso, hago mi entrada al baño y respiro hondo. Ahora que en cierta forma he hecho mi intento de abrir los ojos de Cecilia Jones, puedo orinar tranquila. No puedo creer que ella considere a Ethan decepcionante. Es su madre, ella debería estar llena de orgullo, el mismo orgullo que sentimos las Fivers por Ethan.
Él es asombroso, él más de lo que cualquiera esperaría y la mirada que tenía con sus padres me dio la impresión de que él no lo sabe. No sabe cuánto vale y lo mucho que ha hecho por personas como yo con tan solo una canción.
[3] Señor sonrisas.