Читать книгу Los miedos de Ethan - Darlis Stefany - Страница 11

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[no image in epub file] Capítulo tres [no image in epub file]

—Te ves tan bonita —susurra Cheryl con ojos soñadores viendo como termino de agregarme perfume, río.

—¿Cómo tus princesas?

—Casi como ellas. ¿Puedo ir contigo?

—Lo siento, peque, pero hoy no se puede.

Porque finalmente hoy estoy teniendo mi cita soñada con Anthony, el chico que ha estado robándome suspiros. No me lo puedo creer. Él realmente parece interesado en mí. Salgo de mis pensamientos cuando escucho un fuerte ruido en la planta baja, de inmediato bajo las escaleras porque hasta que mamá o Jorge no lleguen estoy sola cuidando a los mellizos. Cheryl me sigue.

Cuando llego a la planta baja, Chase luce enfadado mientras él y su bicicleta son un claro ejemplo de una caída épica, Cheryl se ríe y por supuesto que eso lo molesta. Contengo mi propia risa mientras lo ayudo a levantarse.

—Sabes que no puedes manejar la bici dentro de la casa, Jorge o mamá se molestarán.

—Eso es tan injusto.

Me río porque dudo que mi pequeño hermano tenga algún concepto amplio o acertado sobre la justicia. Despeino su cabello rubio y me sorprendo cuando me abraza.

—Llévame contigo al cine y no manejo nunca más la bici dentro de la casa.

—Sí, sí, llévanos. —Cheryl me abraza también, los envuelvo en mis brazos. Amo con locura a estos traviesos repetidos.

—Mis repetidos, hoy no puedo, pero prometo que mañana los llevo.

—¿Promesa? —preguntan al mismo tiempo en una de sus sincronizaciones perfectas de mellizos.

—Promesa.


20 DE MARZO, 2014


—Lamento llegar tarde. —Beso su mejilla y tomo asiento.

—Confieso que llegué solo cinco minutos antes —ríe Leo—, por lo que no hay problema.

Envío rápidamente un mensaje a Lola sobre algo referente al apartamento y centro mi atención en Leo. Él y yo rompemos el estereotipo de amigos destinados a enamorarse. Para dar fe de ello, Leo está a poco tiempo de casarse con una estupenda mujer y yo seré una de las damas de honor. Es uno de los poquísimos amigos que tengo de la escuela, uno que estuve antes y después del cambio.

Un amigo verdadero.

—Marly me dijo que has ido a la prueba del vestido con ella ayer. Así que dime que tomaste fotos y podré ver el vestido que luego voy a quitarle.

—Tan espléndida y apasionada como suena tu declaración no tomé ninguna foto. Y no voy a arruinar su momento. Debes esperar.

—No es tan genial que seas mi amiga si no puedes hacer esas cosas por mí.

—En mi conciencia yo me siento como una amiga muy genial. Extremadamente genial.

—Hace una semana me encontré con la profesora Paty. ¿La recuerdas? —Asiento con la cabeza en reconocimiento—. Ella comentó algo sobre mí casándome joven.

—Tienes 22 años. Eres joven. Pero es tu vida y si quieres casarte… ¿A quién demonios le importa la edad? Detesto que las personas hagan esas cosas de sentirse más sabios por tener más años de vida. Cada quien es dueño de su vida.

—Exacto, pareció como que me regañó. Tengo un trabajo estable, estoy recién graduado y tengo al amor de mi vida. ¿Por qué no iba yo a casarme?

—Porque eres idiota.

—Eres realmente estúpida, Grace.

—Y tú un imbécil.

Ambos reímos, Leo ordena por ambos la comida. Es una mala costumbre que tiene, siempre ordena por mí.

—¿Qué tal está Charlie?

—Lo dejé en el momento en el que me dijo que soy el sol que alumbra el sendero oscuro de su vida.

—Mala.

—Malo sería estar con alguien que no me gusta.

—Ahora vendrás sin cita para mi boda.

—¿Necesito una cita para poder entrar?

—Necesitas una para no verte miserable e insípida.

—Gracias, amigo.

Repentinamente parece serio mientras me observa. Sé que está notando mis ojeras y puedo intuir lo que va a decirme.

—Grace…

—Simplemente sabes que este mes es duro. No he podido dormir.

—Nena, necesitas descansar.

—Marzo no es un buen mes para mí. Una vez se vaya este mes, se irá… Todo eso.

—¿Y luego a esperar el marzo del próximo año para volver a esto?

—Suena como un reproche, Leo.

—No, suena como que me preocupo por tu salud. Debes avanzar.

—He avanzado.

—Una parte de ti ha avanzado. Otra se ha quedado años atrás.

—O fue enterrada con ellos.

—¿Qué vas a hacer los próximos días?

—No lo sé. —Sabemos que miento.

—¿Me necesitas?

—No, me gusta estar sola.

—Algunas cosas no tienes que pasarlas sola para demostrar que eres fuerte. Aceptar ayuda no significa ser débil, Grace.

—Lo sé —sonrío a medias—, solo que aún no ha llegado la persona que dejaré entrar a este mes de mi vida. Por favor, cambiemos de tema.


21 DE MARZO, 2014


—¡Feliz cumpleaños, Andrew! —grito por sobre la música, le doy un abrazo.

—¡Gracias! Ahora soy un hombre grande de 27 años.

—Un hombre viejo.

Él toma mi mano y me hace dar una vuelta.

—Te ves genial.

—¡Gracias!

Me sonríe y vuelve su atención Carol, una mujer con la que aún no sé si sale o no. Saludo a los chicos y chicas a medida que los voy localizando en la discoteca. Han alquilado toda una planta para Andrew.

Finjo indiferencia cuando me topo con unas cuantas estrellas. Incluso, cuando tropiezo con Derek Cooper y Breana Stone estrellas del famoso programa de InfoNews[4].

—¡Te encontré! —grita Katherine antes de saludarme. Ashton, su súper novio cantante famoso que sostiene su mano, también me saluda.

—Hay muchas personas.

—Es Andrew Wood, todos aman a Andrew Wood —ríe Katherine—; por cierto, estos son John y Becca.

—Un placer —aseguro estrechando sus manos.

Alguien toca mi hombro, me giro y se trata de Jeremy McQueen, quien como siempre luce y me muestra una gran sonrisa.

—Hola… ¿Quieres bailar?

Asiento con la cabeza e inmediatamente me arrastra hacia la pista de baile. Bailo con Jeremy durante largos minutos que resultan entretenidos y divertidos, incluso nos las arreglamos para conversar un poco y lo más importante es que es la clase de hombre que al bailar no intenta manosearte en el proceso.

Calificación perfecta para Jeremy en el baile.

Cuando nos cansamos vamos hacia la barra por algo de beber. Me hago una nota mental de no embriagarme, no quiero repetir lo de la despedida de soltera de Hilary. Le digo a Jeremy lo que quiero y él ordena, me siento con cuidado de que mi corto vestido no revele mi ropa interior. Este vestido fue idea de Lola y Lola suele ser defensora de «cuanto más corto, mejor».

—¿No sabes si Naomi vendrá? —me pregunta Jeremy. Me toma por sorpresa y debo reflejarla en mi rostro—. ¿Es raro que pregunte?

—No, solo que me tomó por sorpresa tu pregunta —respondo—; no va a venir. Naomi está en un evento de la galería.

—Oh, ya veo.

—¿No son ustedes amigos?

—Yo era su abogado. Ya está divorciada, ya no me necesita. Ya no sé de ella.

Creo que él frunce el ceño con disgusto, pero luego de un solo trago toma su bebida y vuelve a la pista a bailar con una linda morena de buenas curvas que podría ser una profesional de la danza.

Tomo de a poco mi bebida. Es algo bueno que el cumpleaños de Andrew sea día viernes. Hilary se sienta a mi lado.

—Un día como hoy yo me enteré que estaba embarazada y Doug vomitó.

—Lindo recuerdo. Tienes que ser la única mujer que se acuerda la fecha exacta en la que se enteró que estaba embarazada.

—Bueno, no me enteré ese día. Antes me hice quince pruebas caseras. Pero un día como hoy dejé que el doctor me convenciera de que Rayito venía en camino.

—¿Tú mamá está cuidando de Rayito?

—No, lo está cuidando Emma.

—Qué bien, porque siento como que estás un poco achispada.

—Yo también como que lo siento —asegura Doug que ni idea de cuando llegó. Al lado de él se encuentra Ethan—, vamos a bailar princesa.

Hilary toma su mano y se pierden en la pista de baile. Vuelvo mi atención a mi bebida y doy otro pequeño sorbo. Me siento un poco cansada, no he estado durmiendo bien. Mi cerebro está agotado de tantos sueños.

—¿Esta es la vez número cuál que te veo en vestido? Aunque este es un poco más corto. —Ethan se sienta a mi lado y pide una bebida.

Brevemente me pregunto dónde está la modelo de cabello castaño con la que vino. Una no rubia. Porque las rubias no somos dignas de Ethan al parecer.

—Y aún me faltan muchos vestidos por modelar. —Es todo lo que digo.

Si no sintiera mi cerebro tan cansado me preguntaría por qué Ethan está hablándome y por qué no está huyendo de mí.

—Vas más maquillada de lo que sueles hacerlo. Incluso en la boda Karry y en la boda Dilary usaste menos maquillaje.

—Trato de ocultar mis enormes ojeras.

Permanecemos en silencio con la fuerte música electrónica sonando por los parlantes. Ya vine y felicité al cumpleañero, he obtenido un trago y he bailado. Misión cumplida, puedo irme al apartamento e intentar descansar.

—Quiero hablar contigo —grita Ethan por sobre la música—. ¿Vienes conmigo afuera?

Me encojo de hombros, tomo el resto de mi bebida y me pongo de pie al igual que él. Lo sigo.


Por afuera Ethan se refería al área de fumadores que es una pequeña terraza. Ambos nos recostamos de la baranda mientras él da pequeñas caladas a su cigarrillo.

Hoy Ethan no huye. Dato interesante que quizás analice luego.

—¿Vamos a quedarnos en silencio mientras yo te observo fumar o vas a hablar de lo que quieres decirme?

—Normalmente, no sueles estar tan irritable.

—Lo siento, solo estoy un poco cansada e irritable. Y no intentes decir algo como «lo entiendo, estás en tus días» porque no estoy teniendo mi maldita menstruación. Únicamente estoy cansada e irritable. ¿Entendido?

—Entendido —dice con sus ojos muy abiertos pareciendo sorprendido mientras expulsa el humo por los orificios de su nariz, eso no debería lucir bien. Pero en Ethan luce bien.

—Lo siento de nuevo, parece que te he gritado.

—Me has gritado.

Suspiro y me ordeno relajarme. Permanecemos en el tenso silencio incómodo mientras Ethan termina su cigarrillo, cuando lo ha terminado, él toma un largo respiro y me ve de reojo.

—¿Dónde conociste a April?

De acuerdo, vamos a hablar de April.

—Pregúntale a ella, es tu mejor amiga. ¿No?

—Ya se lo he preguntado y ha respondido.

—Entonces, si ya lo sabes no entiendo qué podría yo responderte.

—Mira no sé cómo sacar el tema y contigo estando tan irritable no me lo pones fácil.

De nuevo permanecemos en silencio. Debo tener paciencia.

—La conocí en la clínica en la que estuve hospitalizada. Quizás no era el momento de hacer amigas, pero me sentí sola y ella estuvo ahí para hacerme sentir mejor.

—Ella dijo algo como eso —suspira—, sé que escuchaste algo de la discusión con mi madre. Fue una discusión suave en comparación con las usuales. Lamento si te incómodo.

—Es mi culpa por escuchar lo que no debo.

—No es que nos estuviéramos escondiendo tampoco. —Se encoge de hombros metiendo sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón. Pero luego parece que una idea cruza su cabeza y se quita su chaqueta de cuero pasándola por mis hombros. No sabía siquiera que tenía frío hasta que su chaqueta está cubriéndome.

—Gracias.

—No hay de qué —dice de manera hosca—; tú le dijiste algo a mi madre que ha estado rondando por mi cabeza.

—Solo dije la verdad. Pero no voy a hablarte de esa verdad porque tú y yo ni siquiera somos amigos.

—Auch, supongo que merezco eso.

—No sé qué pasa con tu familia, pero supongo que cada familia tiene sus propios problemas. Pero yo puedo asegurarte, Ethan, que no eres una decepción.

»Tú puedes salir a la calle y preguntarle a cualquiera qué opina de ti y la palabra decepcionante no es la respuesta que obtendrás.

—Ellos no me conocen realmente.

—No sé si pueda decir que te conozco realmente, sobre todo teniendo en cuenta que siempre pareces estar huyendo de mí. Pero yo puedo decir que siento aquí —señalo mi corazón—, que en ti no hay ni una sola pizca de decepción. Al menos a mí no me decepcionas.

—Eso es dulce. —Mantiene su vista al frente, pero. Creo que sonríe—. Es mi culpa que no me conozcas realmente bien. Parece que les agradas a todos.

—Menos a ti —lo interrumpo. Voltea a verme.

—Me agradas, Grace, solo no quiero que me agrades demasiado. Tienes demasiado encanto y esa jodida sonrisa deslumbrante. Conozco las cosas de las que debo huir, tú luces como algo de lo que debo huir.

—Gracias por el cumplido —digo con ironía.

—La cosa jodida es que una parte de mí a veces quiere que me conozcas.

—No soy una Fiver loca, si es eso lo que te asusta.

—Ya me he dado cuenta de que no lo eres —sonríe—, siendo justos, tú tampoco me conoces.

—No nos conocemos.

Permanecemos en silencio. Intentar hablar con Ethan es obtener muchos silencios, eso no te lo dice Wikipedia en toda la biografía que tiene de él.

—Iba a morir. Cuando estuve en la clínica yo iba a morir. —Las palabras salen solas—. Mi espalda estaba abierta, el dolor y desangrarme pudo haberme matado. —Suspiro—. Yo ni siquiera quería luchar…

Creo que él da un paso más cerca de mí. Ambos mantenemos la vista al frente.

—Mamá quería que fuera abogado. El día que decidí unirme a BG.5 dijo que sí salía no regresara a casa. Tardó un año y medio en dejarme entrar de nuevo para visitarlos —murmura.

Volteo a verlo, él me devuelve la mirada.

—¿Eso significa que ya nos conocemos, Ethan?

—Creo que ese es el proceso de conocernos… ¿No?

—Me pregunto si la próxima vez que me veas vas a huir.

—Prometo intentar no hacerlo.

Asiento con la cabeza bastante satisfecha, al menos ahora voy a agradarle.

—Ahora creo que deberíamos volver adentro. Me voy a casa.

Estoy tan agotada, incluso decir eso en voz alta quito algo de fuerza.


23 DE MARZO, 2014


—¿Vas a estar con ella ese día? —pregunta la voz de la tía Olivia a través del teléfono. Miro la pared púrpura de mi oficina.

—No. No creo que lo haga.

—Grace, ustedes necesitan sostenerse…

—Puedo sostenerme sola.

—Quizás tú puedes, pero no tu mamá.

—Ella va a estar con la abuela, estará bien.

—Te necesita —suena como un reproche.

—Tía, lidió con esto de la forma en la que puedo. A ella le duele, a mí también me duele. Ella solo escuchó, fue un tercero. Yo lo viví. Yo estuve ahí. Yo lo sentí… ¿De acuerdo? Lidio con esto de la mejor manera que puedo y no necesito reproches. Sé que me estás viendo como una hija de mierda, pero siempre es más fácil juzgar que comprender.

—Lo siento, no quise que pareciera que te juzgo. Sé que sufriste…

—No, no lo sabes porque no eres yo. No fuiste tú.

La línea se mantiene en silencio, por un momento estoy creyendo que la llamada ha finalizado, pero ella suspira.

—Quiero que nuestra pequeña familia sea la de antes, Grace.

—No creo que eso suceda tía. Lo siento.

—Yo también lo siento, cariño —suspira de nuevo—. ¿Vas a estar bien? Puedes venir a visitarme si eso te hace sentir mejor, no estoy lejos de tu apartamento.

—Voy a estar bien. No me traten como una muñeca frágil.

—Sé que eres fuerte. Te amo, cielo, cuídate.

—También te amo, tía.

Finalizamos la llamada y recuesto mi frente del escritorio. Por la manera en la que hablo con mi familia por teléfono cualquiera podría creer que vivimos a largas distancias, pero lo cierto es que solo quince o veinte minutos de distancias nos separan físicamente.

¿Emocionalmente? Una larga distancia nos separa.


24 DE MARZO, 2014


—Grace, da la impresión de que arrojaste sombra morada alrededor de tus ojos —dice Kae apenas me deja entrar a su casa. Trato de sonreír— tus ojeras no dejan de crecer.

—Estoy bien.

Entro y saludo a todos, me siento halagada de ser parte de esta comida familiar organizada por Kaethennis y Harry.

Todos son amables y no mencionan mis ojeras, supongo que luzco lo suficiente cansada para no ser objeto de bromas. Aun con mi cansancio me tomo el tiempo de jugar con Dan, Halle y Adam; incluso cargo a Jeff.

Converso lo idóneo con la señora Hannah y acepto los cumplidos que Carter Jefferson me da. Converso con Juliet, novia de Dexter, por primera vez y le digo a Hilary que todo está bien. Hago las cosas correctas que debo hacer para que todos sepan que todo va normal.

Cuando comemos alabo la habilidad de Kae para cocinar, incluso si eso hace que su ego crezca. Río de las bromas de Doug y las de Dexter. Solo cuando siento que es demasiado me disculpo para ir al baño y respiro hondo tras cerrar la puerta detrás de mí.

Quizás debí quedarme en casa.

Marzo nunca es un buen mes para mí. Apenas el mes de marzo pisa el calendario, los sueños vienen y las pocas horas de sueño se hacen presentes sobre todo cuando pisa la semana de las fechas correspondientes al 20 de ese mes.

Tomo papel y lo humedezco presionándolo de mis párpados. Se siente frío y me da un poco de alivio. ¡Cristo! Incluso yo admito que esas son unas ojeras realmente grandes, además, de que luzco pálida.

Tomo mi celular y escribo lo que tiene que ser el mensaje más largo que he enviado en un tiempo:


«Lamento que todo sea diferente.

Lamento alejarme y no ser capaz de verte del mismo modo. Yo realmente lamento si te lastimo, pero no puedo.

Siento que no puedo simplemente fingir que dentro de mí algo siempre no va a cuestionarse. ¿Por qué mentiste? ¿Por qué esperaste que todo explotara? He tratado realmente de no sentirlo de ese modo, de ponerme en tu lugar, pero es tan difícil.

Me duele, porque siento que no solo fue dejar a Chase y Cheryl atrás. Se siente como haber dejado parte de la Grace que viste crecer, se siente como haberte dejado a ti también.

Lamento que en lo que es un día oscuro para nosotras yo no pueda ser capaz de estar a tu lado para darnos fuerzas.

Soy una hija de mierda en este momento mamá. Lo siento por eso, pero solo puedo pensar que tampoco fuiste la mejor madre y detesto pensar de ese modo. Me hace sentir egoísta.

Un mensaje no debería ser el medio a través del cual te digo esto, pero estoy tan aturdida, tan agotada que cualquier medio para decirte un poco sobre cómo me siento parece una buena idea.

Yo puedo decir todo esto mamá. Pero no lamento seguir amándote.

Te amo y lamento lastimarte».


Antes de que pueda arrepentirme envío el mensaje por WhatsApp. No me hace sentir mejor, pero es un paso.

Su respuesta llega cinco minutos después:

«También lo siento.

Te amo».

Tomo varias respiraciones antes de salir del baño. Me sobresalto cuando me encuentro con Ethan.

—¿Estabas esperando?

Me observa con fijeza antes de sacudir su cabeza.

—Cuando le dije a mamá que nunca iba a ser un jodido abogado dijo que estaba sintiendo que su hijo estaba muriendo. —Es todo lo que dice.

Lo miro con sorpresa y un poco aturdida de su revelación. Él me da una sonrisa triste.

—Recuerda, conocernos mejor.

—Oh…

Él espera pacientemente. Caigo en la cuenta de que espera que yo diga algo a cambio.

—Tuve hermanos mellizos y murieron. Murieron el mismo día en el que yo casi lo hago.

Permanecemos en silencio, él parece procesar mis palabras.

—¿Es eso conocernos mejor, Grace?

—Supongo que seguimos en el proceso.

Lo extraño es que le estoy diciendo cosas que no le he dicho a nadie y sus declaraciones parecen igual de personales. Eso es conocerse mucho. Eso es conocerse en niveles muy personales y creo que él lo sabe porque en silencio se aleja. Creo que quizás de nuevo está huyendo como si yo fuera la peste. Eso no es genial.

Él está huyendo, pero a su vez me ha dejado una parte de sí mismo con lo que suenan como secretos.

[4] Personajes y programa ficticio perteneciente a la saga InfoNews de la misma autora.

Los miedos de Ethan

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