Читать книгу Los miedos de Ethan - Darlis Stefany - Страница 15

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[no image in epub file] Capítulo siete [no image in epub file]

Grace —dicen en mi oído, abro los ojos y me asusto cuando todo lo que veo son los ojos verdes de Chase. Está muy cerca.

—Me has asustado, replicado —susurro.

—Tuve un mal sueño, tengo miedo.

Restriego con una mano mis ojos antes de hacer un espacio en la cama y levantar la sábana, inmediatamente él se acuesta y me abraza.

—Solo fue una pesadilla. Puedes dormir, enano.

—¿No vas a irte?

—No. Voy a estar aquí mientras duermes.

—¿Promesa de hermanos?

—Promesa de hermanos, Chase.


Ayudé a Ethan a decirle a Samantha Kaplan que soy su novia. Me dio un pequeño beso, luego hubo otro beso que no fue tan pequeño. Nos fuimos tomados de la mano y ahora todos creen que somos novios. Que nos fuimos para revolcarnos como animales en celo.

Max está hablando, pero yo solo observo al protagonista del desastre. Ethan no me devuelve la mirada, no escucho nada de lo que dicen, pero noto que la mandíbula de Ethan se tensa antes de volver su vista hacia mí.

Algo parece no gustarle.

—No quiero. Sabes lo que pienso sobre ese tema, Max.

—Bueno, no soy yo quien se inventó una novia —es la respuesta de Max, luego se centra en mí—. ¿Qué opinas tú, Grace?

—Yo quiero irme a casa —murmuro, quitando el cabello de mi rostro—. No quiero pertenecer a nada de ese mundo de noticias. Me gusta mi vida como está, gracias.

Andrew se acerca y parece que me da una mirada de simpatía. No me gusta esa mirada como si se apiadara de mí.

—Una vez entras no puedes salir, Grace. Las Fivers no van solo a olvidar esto hoy, podría tomar muchísimo tiempo.

—No quiero ser odiada ni acosada.

—No tienen por qué odiarte, eres una buena chica. El idiota es Ethan —asegura Harry.

—Soy una Fiver tranquila. No quiero involucrarme en líos amorosos con ustedes.

—Grace —Max me habla con dulzura—, entiendo que esto es un mundo un tanto turbulento. Pero eres tú la chica que sale besando a Ethan y es de ti que hablan muchos de los testigos, me temo decir que estás involucrada.

»Esto podría ir de muy malas formas. Si no asumimos este asunto pueden tildarte de palabras no agradables y ofensivas.

—Como perra y puta —digo. Una de las razones por la que me agrada Juliet es porque ha sabido lidiar con toda la mierda que algunas lanzan hacia ella. Sabe lidiar con ser juzgada, no es mi caso. Cuanto más lejos me encuentre del foco, más cómoda me siento.

—Pero nosotros sabemos que no lo eres… ¿Cierto, niños?

—Cierto, papi Max —dice Dexter. Asiento con mi cabeza lentamente.

—Pero ellas no te conocen, aman a Ethan y no saben si pretendes lastimarlo. Van a juzgarte.

—Juliet puede darte una clase sobre ello —interrumpe Dexter.

—Si no hacemos la mejor jugada aquí, puedes ser tildada de cosas que no eres. Déjame hacerme cargo de esto. ¿De acuerdo? Puede resultar enloquecedor, pero no saldrás afectada. Lo prometo.

—Gracias, Max —susurro.

—Y con respecto a ti, Ethan. Hiciste un movimiento ahora te toca jugar. No me importa cuánto odies la cosa de fingir no vas a dejar que se coman a Grace por tu imprudencia. ¿O me equivoco?

—No dejaría que le pasara nada a la habladora. Grace, lo siento —dice finalmente hablándome—. ¿Quieres hacer eso? Si eso ayuda a que estés mejor, no importe que lo odie. Lo haré por ti.

—¿Qué cosa?

—¿En serio, Grace? Sé que a veces Max aburre, pero el hombre casi hace una exposición de lo que deben hacer —se queja Doug—. Alguien repítale de lo que expuso Max.

Es Ethan quien se pone de pie y pasa una mano por su cabello. Es la definición de alguien totalmente incómodo con la situación.

—Hazte a un lado, Max —le da un pequeño empujón y se agacha, ubica sus manos sobre mis piernas. Muerde su labio pareciendo pensativo—. Vamos a ser novios…

—Van a ser Grethan —escucho a Doug.

—No de verdad. Vamos a hacerlo hasta calmar las cosas y hacer una ruptura limpia. No puedo devolverte tu anonimato, pero trataré de devolverte tu tranquilidad y que las personas no se hagan ideas erróneas de ti. Voy a arreglar este desastre de prensa rosa.

—Quiero ahorcarte, Ethan —me quejo con las manos en mi cabeza—. No puedo hacer eso, yo… No me gusta la atención.

—En la fiesta eras el centro de atención. En la boda Karry y la Dilary eras el centro de atención.

—No de manera consciente y adrede. —Me inclino hasta su oreja para que solo él pueda escuchar—. No quiero que todos indaguen la cosa jodida que pasé. No quiero que lo vuelvan un circo.

—Lo siento, Grace, haré lo que sea posible para que no lo sepan. Por ahora es la única solución que puedo darte.

—No es solo tu culpa, yo decidí ayudarte —suspiro, busco con mi mirada a Max—. ¿Será poco tiempo, verdad?

—Mínimo dos meses, quizás.

—No voy a hacer la novia a la que le pones los cuernos —señalo a Ethan—. Eres un mujeriego lleno de fotos con modelos en internet. Por lo que evítate tus salidas o, en todo caso, las fotos. No seré la cornuda.

—A Ethan ya están poniéndole la correa —dice Doug bastante divertido—. Soñé tanto con este día.

Ethan se incorpora, poniéndose de pie y cruzando sus brazos. Frunce el ceño hacia mí. Cruzo mis brazos también.

—Tampoco seré el cornudo.

—Bien. Y no serás un empalagoso cursi.

—Grace, Ethan es lo opuesto al romance —asegura Harry.

—Tampoco seas un chicle meloso sobre mí —pide Ethan. Llevo una mano a mi pecho ofendida.

—¡No sería así! —me quejo—. No… No dejes que tus fans me ataquen. Soy Fiver, pero hay unas que dan miedo a veces.

—No va a pasar nada —me tranquiliza, Andrew pasando su brazo por mis hombros—. ¿Todo bien así, Max?

—¿Cómo hacemos esto oficial? —cuestiona Ethan aún con el ceño fruncido. Cambios de humor.

—Déjense ver juntos. Toma su mano, habla en claves sobre ella en Facebook. Sube fotos. No puede ser tan difícil tener una novia, Ethan. Usa tu encanto —es la respuesta de Max.

—Ethan ya no debe recordar cómo ser un novio.

—¡Cállate, rubia!

—Deberíamos tomar una foto de ustedes dándose un beso y subirla —sigue Doug muy divertido con la situación.

—Claro, porque tú obtuviste tu foto con Hilary apenas iniciaron su relación para subirla en Facebook… ¿No? —cuestiona Ethan.

—Eso ha sido un golpe bajo, perra —Voltea hacia Harry y Dexter—. No me tomaba fotos de ese tipo con su hermana.

—Obviemos ese tema —sugiere Harry palmeando demasiado fuerte el hombro de Doug.

—¿Puedo irme? Tengo cosas que hacer.

Cosas como nada. Como encerrarme en mi apartamento y meditar sobre cómo dos besos de actuación me han traído hasta esta situación. Max asiente con la cabeza y con una despedida de mi mano para todos, prácticamente corro hacia la salida.

Apenas pongo un pie fuera del lugar unos cuantos flashes me aturden. Oh, mierda. Ha empezado.

Me hago hacia atrás y mi espalda choca con lo que, al voltear, me doy cuenta es el pecho de Ethan. Él gruñe y toma mi mano.

—Vamos, novia, tiempo para lucirnos.

—Con esa cara de chupa limones, dudo que desbordes amor.

Sorprendentemente eso lo hace sonreír. Detrás de él aparecen dos de sus guardaespaldas para escoltarnos. Ethan aprieta mi mano y susurra algo como «mantén la vista en el suelo» antes de hacernos caminar hasta mi auto. Las preguntas llueven, siento un poco de pánico, pero lo ignoro concentrándome en mis pasos.

Cuando llego hasta mi auto siento que he llegado hacia la meta. Tomo un respiro de alivio abriendo la puerta. Tiro de mi mano fuera de la de Ethan.

Estoy aturdida y molesta de haber terminado en esta situación. Es molesto contener emociones tan distintas. Me agotan.

—¿Cómo va a funcionar esto? —pregunto, aferrando mi mano a la puerta del auto.

—No lo sé. Fingimos salidas y felicidad.

Llegué a pensar en algún momento que él y yo habíamos entrado en una especie de amistad tras las pequeñas confesiones. ¡Por Dios! Lo dejé verme en mi etapa más vulnerable, le hablé de mis hermanitos. Pero él solo es hosco, como si la culpa de este problema fuera mía.

Que lo jodan.

—Escríbeme y vemos qué hacemos.

—Aclaremos algo desde este momento, Ethan. No soy una de tus conquistas tontas a las que les dices una palabrita tonta y las tienes en la palma de tu mano. No hago esto porque quiera. Soy Fiver y amo a cada uno de ustedes como fan, pero no sueño con casarme contigo o darte bebés. Amo mi vida privada, o la vida privada que tenía.

»Estoy renunciando a ella por ti. Si esto se jode a la que tildarán de culpable será a mí. Por lo que será mejor que tu actitud de mierda se vaya y colabores a que esta farsa funcione.

Permanece en silencio observando detrás de mí. Suspira teatralmente.

—Le diré a Hottie que me dé tu número, te escribo y planeamos todo… ¿Te parece? Y no es nada personal. Siempre he huido de esta mierda de fingir. No me gusta mentir, mucho menos mentirle a mis fans con un romance falso.

Quiero alegar que podría pedirme el número a mí, como justo ahora que estoy frente a él, pero supongo que es la señal de que no le importo ni un poco a este hombre.

»Siento que estoy decepcionando a parte de mis Fivers y a mí mismo con todo este circo que estamos hablando. No estoy cabreado contigo, lo estoy con las circunstancias.

—Ahora eso es un paso. Tampoco me gusta mentir, pero esto será poco tiempo… ¿Cómo nos llamó Doug?

—Grethan —ríe—, lo vio en las tendencias del Twitter.

—Increíble, ya hasta mi nombre se sabía. Bueno, hagamos que Grethan sea la cosa más parecida a una pareja real que alguien pueda ver. Si vas a mentirle a tus Fivers hagamos que al menos ellas sean felices con la pareja más ladrona de suspiros de toda la historia.

—Supongo que es lo mejor. —Se inclina y deja un beso en mi mentón—. Desde este ángulo seguro que parece que te beso.

—Todo un profesional.

—Conduce con cuidado, habladora. No dejes que los flashes te afecten. Mantén unas gafas de sol contigo y nunca caigas en la provocación de responder lo que te digan. El silencio es tu mejor arma.

—Estás asustándome, parece que me preparas para la guerra.

—Nunca nadie me dio esa advertencia cuando empecé en este mundo. Créeme, puede aturdirte y no quiero que mi novia termine aturdida.

—Noto que tu voz hace un sonido raro cuando dices novia. ¿Algún trauma?

—Creo que ya deberías ponerte en marcha.

Una manera sutil de desviar el tema. Subo a mi auto y él cierra la puerta detrás de mí. Seguramente damos la impresión de ser una dulce pareja incapaz de despedirse.

—Aún quiero ahorcarte.

—Haz la fila, yo también quiero ahorcarme. Solo no termines agradándome demasiado, por favor.

—¿Lo que se traduce?

—No cedas ante mí.


9 DE ABRIL, 2014


Explicarle a Lola mi reciente relación fue una locura, me interrumpía cada pocos segundos mientras Gina intentaba calmarla, luego estaba Leo siendo protector y queriendo cada detalle sobre por qué yo estaba en todas partes, Marly solo se preocupó por preguntar si Ethan iba a ser mi cita para la boda.

Parece lo obvio que tu novio sea la cita para una boda, excepto que él no es mi novio y, no, no pretendo llevarlo a algo tan íntimo y especial como ver a mi mejor amigo casarse. Teniendo en cuenta que Ethan es antilazos, apuesto que tampoco quisiera ir.

La parte más fácil es saber que cuando April me llamó, ella sabía todo. Sabía de la farsa. Ethan parece no tener ningún secreto con ella. Fue un poco incómodo, desde que me reencontré con ella y la vi convivir con Ethan, sentí como que ellos podían estar destinados.

Incluso mi lado Fiver deseó que ella fuera la mujer correcta para atraparlo y sacarlo del mercado de zorras de las que suele rodearse. En pocas palabras, no pude evitar disculparme con April como si de alguna manera no consciente con una relación falsa yo le quitara a Ethan.

Ella lo encontró divertido, yo lo encontré incómodo.

—¿Se encuentra Grace en algún lugar de este planeta? —pregunta papá.

Sonrío apenada y él me devuelve la sonrisa. Durante los últimos años observar su sonrisa ha sido difícil, me trae recuerdos.

—¿Has visto últimamente los periódicos, papá?

—No. He estado ocupado en la fábrica, cariño… ¿Por qué?

Porque salgo en todas las portadas de primera plana besando a un hombre famoso con el que ahora finjo tener una relación. En su lugar sonrío y niego con mi cabeza.

—¿Por qué llevas gafas de sol? No sueles usarlas con frecuencia.

—Es la moda, papá. Estoy uniéndome a las tendencias.

—Ustedes los jóvenes y sus cosas —ríe, tomando de su jugo—. ¿Qué tal está Leonardo?

—Un poco estresado con los últimos preparativos de la boda y deseoso de amenazar a Ethan sobre las diversas formas en la que puede castrarlo si no hace las cosas bien.

Siento culpa de mentirle a Leo. No se siente correcto.

—Estuve hablando con tu mamá sobre esta cirugía que…

—¿Para eso pediste que nos viéramos?

—No. Lo hice porque aun cuando vivimos a veinte minutos el uno del otro, parece que eres buena escabulléndote cuando puedes. ¿Te escondes?

—No. Me gusta tener mi espacio.

—Casi tres semanas sin verte y una semana desde que hablamos por teléfono. Desaparecida durante marzo.

—Papá, sabes que…

—Lo sé. Sé que es un mal tiempo para ti, pero también es mal tiempo para mí porque si tú sufres a mí me duele. Eres mi hija y tu sufrimiento es sufrimiento para mí.

—Lo siento. A veces solo me pierdo en mi misma.

—Está bien, no ha sido fácil. Entonces, hablé con tu madre y…

—No quiero más cirugías. No la necesito. Casi podría no notarse.

—Suenas como si no lo creyeras.

—¿Te da asco mi cicatriz?

—Por supuesto que no. Para nosotros casi ni se nota, Grace. Es apenas líneas rosas. Pero pareciera que a ti sí.

Hago un mohín y juego con mi taza de café. Mi relación con papá se volvió un poco frágil después de la tragedia. Desde que tengo memoria ha estado divorciado de mamá y eso nunca me afectó. Especialmente porque se llevaban bien y sabían dividir mi tiempo entre los dos. Aún es una relación fuerte, a mis 22 años soy reservada a diferencia de lo expresiva que pude a llegar a ser a los 16, eso ha sido una pequeña traba entre nosotros. Pero mi relación destruida es con mamá.

—¿Ella te dijo algo más?

—No, Grace, no lo hizo —Suspira—. Cada vez que nos vemos haces esa pregunta. ¿Qué se supone debe decirme Holly?

Se supone que mamá debe decirle cosas. No me decido si quiero que lo haga o no. Papá parece tan puro en la ignorancia de ciertos detalles. Llevo seis años haciendo esa misma pregunta, con la intriga de si ansío que él lo sepa o prefiero que se mantenga a oscuras de algo que podría afectarlo.

—Si no te lo ha dicho es porque no es importante.

—Si preguntas por ello es porque para ti es importante.

—¿Sigues saliendo con Claire? —cambio de tema.

—Quiero que nos pongamos serios sobre ello.

—Sí, porque aunque estés guapo no te haces más joven, papá.

—Cincuenta años aún es ser joven.

—Si eso te hace sentir tranquilo con tus pensamientos. —bromeo y efectivamente él ríe.

—Me gusta verte de este modo. No te escondas, mi Grace, los brazos de tu papá siempre estarán abiertos para darte el abrazo que desees.

—Gracias, papá, puedo correr pero nunca a la dirección contraria de los mejores abrazos.

Estiro mi mano y aprieto la suya. Cuando me sonríe alrededor de sus ojos grises como los míos se hacen arrugas. Es su sonrisa feliz.

La sonrisa que quiero que mantenga. Mamá no le ha dicho nada.


—Hola. —Me sobresalto ante la voz de Anthony.

—Hola, tú.

—Entonces… ¿Tú y yo…?

—Tendrás que completar la oración o me daré la vuelta y me iré.

—Eso es bastante radical. —Sonríe y pasa una mano por su cabello—. Me preguntaba si estabas libre este viernes, podríamos ver una película.

—He escuchado sobre tus ideas de ver una película.

Frunce el ceño y su sonrisa se va. Lo observo divertida, no recuerdo muy bien por cuánto tiempo Anthony me ha gustado. Pero me gusta muchísimo.

—Esos son rumores, si quieres podemos hacer algo diferente. Solo quiero tener una oportunidad de tener una cita contigo, Grace.

—¿Qué quieres exactamente?

—Me gustas. Te vi dibujar y me gusta verte sonriendo. —Toma un mechón de mi cabello—. Quiero una cita contigo.

—¿Qué pasa si digo que el viernes debo cuidar a mis hermanos?

—Podemos cuidarlos juntos.

Sonrío y acomodo la correa de la mochila en mi hombro, estoy segura de que Jorge ya ha llegado por mí. Me alzo y dejo un beso en la mejilla de Anthony.

—Estoy libre, una película en el cine suena bien.

—Genial.


14 DE ABRIL, 2014


Dejo caer unas ilustraciones en el escritorio de Joe, él se sobresalta seguro que el hombre le tiene miedo a su jefa. A Kaethennis. Cuando nota que se trata de mí sonríe divertido.

—Ahora, dime, por qué llevas días viéndome cómo si yo fuera algo muy divertido.

—¿Estás a la defensiva?

—Joe…

—De acuerdo. Solo me gusta ver a la nueva chica BG.5.

Cubro con mis manos mi rostro y luego resoplo. Joe ríe, es de los pocos con los que hablo en el trabajo, es divertido y loco, su novia tiene que tener una gran paciencia para lidiar con un niño grande como él.

—No te veía saliendo con algún famoso, Grace. Primero la jefa, su hermanita y, ahora, tú.

—Cállate —río—. Además, Ethan es encantador. Simplemente nos complementamos.

Nos complementamos tanto que ayer con un mensaje «este es mi número», es que supe de su vida y agendé su teléfono. Así de fuerte es nuestro amor.

Lo cierto es que no lo he visto desde todo el asunto de la reunión, no es que ninguno de nosotros se haya interesado por saber del otro, de algún modo lo poco que logramos avanzar durante marzo se ha ido al carajo ante el lío en el que nos hemos envuelto.

—Estuve investigando en internet para poder hacer chistes de ti, ya sabes, este tipo Ethan es el más reservado de ellos. El resto llega haciendo escándalo o hablando, pero él es más callado —sacude su cabeza—, en fin. Tú eres rubia.

—¿En serio? Yo estaba jurando que era pelirroja. He vivido una mentira toda mi vida.

—En Google Imágenes hay muchas fotos de él con modelos, todas ellas morenas o castañas.

—Entiendo. Y yo no soy modelo ni morena. Pero soy encantadora.

—No lo dudo —ríe—. Cuidado, Grace, parece que es el BG.5 inestable, él que no tiene relaciones serias.

—¿Qué hablan de la banda de mi esposo? —pregunta Kaethennis. Joe y yo nos sobresaltamos, junto a ella está Juliet.

—Ajá, Joe. Habla de BG.5 en presencia de una esposa y dos novias —lo reto divertida. evuelvo su cabello—; revisa esto y me dices si le das el visto bueno. No me convence mucho la rosada, pero seguro es porque lo rosa no es lo mío.

—De acuerdo.

Él vuelve a concentrarse en su laptop, Kaethennis lo mira sin entender, ella no sabe que lo intimida. Ella le dice algo a Juliet y ambas comienzan a caminar.

—Grace, ven —pide Kaethennis antes de entrar a su oficina.

Una vez las alcanzo cierro la puerta tras de mí.

—¿Cómo te está yendo? —pregunta Juliet.

—¿A qué te refieres?

—Ella se refiere a todo el asunto de Grethan —ríe Kae—, quiere saber si estás enloqueciendo ante el hecho de tener a muchas personas escribiéndote, unas amándote. Otras odiándote. Ver tu nombre en tendencia…

—¿Dexter te dijo que…?

—¿Que no es real? Sí, y espero no te moleste que lo haya hecho, ni siquiera le pregunté pero él encuentra increíblemente divertido tu situación.

—Sí, él y Doug como que lo encuentran muy divertido —digo—. No he estado revisando lo que dicen de mí. Entro en mis cuentas veo que soy tendencia y me voy. No me gusta estar expuesta y me temo que si leo comentarios no agradables sea un torbellino de insultos y luego una fiesta de lágrimas.

»Conozco a las Fivers, yo soy una de ellas. Pero sé que hay algunas bastantes intensas que así ellos salgan con una santa no van a quererla. Hace mucho hablé de tu situación, Juliet, no esperaba encontrarme en ella ahora y prefiero no atormentarme. Si lo pienso o reviso mucho voy a enloquecer.

Las personas vivimos dando consejos, pero es muy difícil tomarlos para nosotros. Hace no mucho tiempo estaba diciendo como era genial que Juliet ignorara los malos comentarios, pero yo estoy evitando mis redes sociales para no encontrar ninguno.

En otro tiempo mandaría a todos a la mierda, pero, en mí, desde lo ocurrido hace seis años, hay una vena frágil, siempre me molesta exponerme demasiado a las personas. Odio la idea de ser juzgada sin que me conozcan. Era terrible la mirada que recibía en la clínica por todos los que conocían mi historia, incluso hubo periódicos que quisieron hablar conmigo para relatar esa historia tan horrible.

Estar en esta cosa con Ethan me pone frente al foco y lo odio, pero detesto también la idea de no hacer lo correcto y ayudarlo. Porque es un idiota que me trata como a una enfermedad, pero también es el hombre con la voz increíble y talento que me motivó a seguir.

Y ese hombre de las canciones está en él, quizás muchas cosas lo han hecho esconderlo, pero están ahí y tengo esta pequeña esperanza de llegar a ver un vistazo de él así sea una vez.

—En su mayoría ellas son buenas —asegura Juliet—. Es normal que a veces tengan reacciones exageradas. Debes aprender que en este tipo de situaciones aceptas los buenos comentarios y trabajas en que los malos no te afecten.

—Exacto, recuerda que yo era la madre soltera y joven que atrapó a uno de ellos. Al principio es difícil, luego se calma.

—Sí, y esto solo será por poco tiempo, máximo dos meses —aseguro. Kaethennis sonríe con simpatía.

—Claro. Dos meses, seguro.

—No me gusta ese tono, Kae.

—Solo me pregunto cómo lograrás que solo sean dos meses.

—Apuesto a que serán más de dos meses —asegura Juliet.

—Juls, has pasado mucho tiempo con Dexter —ríe Kae—. Ya se te pegaron sus apuestas.

—¡Culpable!

—Máximo dos meses —repito.

No más tiempo y eso si aguanto aunque sea dos semanas. Al paso que vamos mi novio falso también es invisible.

Los miedos de Ethan

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