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3. El formato “testimonio”

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Un segundo conjunto de libros influyentes de la pluma de Elena de White son los nueve tomos de *Testimonios para la iglesia. Esta serie, compuesta por casi 5.000 páginas, tiene un propósito significativamente diferente que los libros de la serie del Gran Conflicto. Mientras que esta serie de cinco tomos traza la lucha entre el bien y el mal a lo largo de la historia, la serie de Testimonios para la iglesia está formada por cartas, artículos, sermones, registros de visiones e instrucciones respecto de los asuntos cotidianos de la vida. A su vez, mientras los cinco libros sobre el Gran Conflicto están preparados para ser leídos tanto por adventistas como por un público general no adventista, los nueve tomos de Testimonios para la iglesia tienen como destinatarios específicos a los miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

El génesis de Testimonios se ubica en 1855, cuando surgió, entre los líderes adventistas, la cuestión de cómo hacer circular mejor una de las visiones de Elena de White. Después de cierto debate, votaron que se debía publicar en forma de folleto y distribuir al cuerpo completo de los creyentes.

Así nació el primer Testimonio para la iglesia de Elena de White; un documento de 16 páginas. Este método de dar a conocer las visiones y el consejo de Elena de White fue tan exitoso que, en 1856, apareció un segundo Testimonio de 16 páginas. Para 1864, ella había producido diez folletos numerados consecutivamente. Estos no solo contenían consejos generales para la iglesia en su conjunto, sino también consejos precisos para personas específicas, ya que Elena de White se dio cuenta de que la instrucción dada a una persona podía ayudar a otros que se encontraran en circunstancias similares.

Como lo expresó Elena de White: “Al reprender los males de uno, [Dios] quiere corregir a muchos. [...] Presenta claramente los errores de algunos, para que otros sean amonestados y rehuyan esos errores” (TI 5:619). “Me fue ordenado que presentara principios generales [...] y, al mismo tiempo, especificara los peligros, los errores y los pecados de algunas perso­nas, a fin de que todos pudiesen ser amonestados, reprendidos y aconsejados. Vi que todos deben escudriñar detenidamente su corazón y su vida, para ver si no han cometido los mismos errores por los cuales otros fueron corregidos [...]. Si así sucede, deben sentir que las reprensiones y el consejo fueron dados especialmente para ellos, y deben darles una aplicación tan práctica como si estuviese dirigidos específicamente a ellos” (ibíd., 620).

Elena de White desarrolló la práctica de borrar los nombres personales de sus testimonios publicados para proteger la privacidad de las personas a quienes habían estado destinados. Así, un estudiante de los Testimonios publicados lee acerca del Hermano A o de la Hermana C.

Con el paso del tiempo, los primeros folletos de Testimonios se agotaron. Pero, como todavía había demanda, ella hizo imprimir, en 1864, los diez primeros como la última sección del tomo 4 de Spiritual Gifts. En 1871 y 1879, se volvieron a editar en tomos encuadernados otras colecciones actualizadas de los primeros Testimonios. Finalmente, en el Congreso de la Asociación General de 1883, se votó publicar todos los Testimonios impresos hasta ese momento (treinta en total) en cuatro tomos de 700 u 800 páginas cada uno. Como resultado, los tomos 1 al 4 de Testimonios para la iglesia salieron de la imprenta en 1885. Estas 2.619 páginas, una nueva publicación (con cierta edición) del contenido completo de los Testimonios 1 al 30, proveyeron a la iglesia la colección completa de testimonios publicados hasta 1881, más cien páginas de una nota autobiográfica de Elena de White, ubicadas al principio del tomo 1.

Estos cuatros libros han sido la norma desde ese momento. La paginación se mantuvo igual, y la tabla de contenidos de cada tomo todavía tiene los números originales de cada Testimonio y la fecha inicial de publicación de cada uno.

Sin embargo, la obra de Elena de White estaba lejos de haber concluido: en 1889, apareció el quinto tomo de Testimonios para la iglesia. Incluía los Testimonios 31 al 33. Después en 1900, ella publicó el Testimonio Nº 34, de casi 500 páginas, como el tomo 6. Para entonces, las cosas habían cambiado mucho en el adventismo. El movimiento tambaleante de la década de 1850 había alcanzado la adultez temprana y tenía no solo más miembros, sino también una cantidad siempre en aumento de instituciones. Asimismo, ya existía un gran número de consejos de Elena de White sobre distintos temas, publicados en los cinco primeros tomos de Testimonios y en otros formatos.

Ese cambio de circunstancias generó, a su vez, un gran cambio en la forma que adoptaron los tomos 6 al 9. Por un lado, Elena de White no sentía la necesidad de reproducir consejos que ya aparecían en tomos anteriores. Además, dado el gran volumen de sus escritos durante estos años, se debía tener mucho más cuidado al seleccionar el material apropiado. Y por último, los tomos eran editados con más detenimiento y se los ordenaba de tal manera que la tabla de contenidos de cada uno de los tomo 6 al 9 reflejara una conformación más temática que cronológica. La serie Testimonios para la iglesia se cerró en 1909 con la publicación del tomo 9.

Los nueve tomos de Testimonios han sido invaluables para la iglesia. Mientras la mayoría de las personas tiende a usarlos como obras de referencia, leerlo cronológicamente, de principio a fin, también resulta beneficioso. Tales lectores podrán no solo entrever el flujo del consejo de Elena de White a través del tiempo, sino también captar el sabor de la historia adventista tal como se fue desarrollando a lo largo de sus primeras seis décadas. Al estudiar los Testimonios, a esos lectores les puede resultar valioso tener a mano, para referencia y contextualización, un libro de historia de la Iglesia Adventista y los seis tomos de la biografía de Elena de White por Arthur White. Otras fuentes útiles de información sobre datos históricos son la Seventh-day Adventist Encyclopedia y esta Enciclopedia de Elena G. de White.

Con el tiempo, los adventistas alrededor del mundo también desearon tener los Testimonios para la iglesia en su propio idioma, pero el costo de traducir y publicar todo el material era prohibitivo. Como resultado, se hicieron varios intentos de resumir los nueve tomos sin perder ninguna de las líneas esenciales del contenido.

Uno de los primeros resúmenes fue *Selections From the Testimonies, de tres tomos, publicado en 1936 en formato económico para satisfacer, en gran medida, las necesidades de los adventistas norteamericanos durante los años de la Gran Depresión. Un resumen con propósito más amplio resultó en los tres tomos de *Joyas de los testimonios, publicados en 1949. Se esperaba que Joyas de los testimonios se convirtiera en la base para las traducciones a idiomas extranjeros de los Testimonios, como también que proveería una colección más abreviada para los que querían leerlos en inglés.

Los tres tomos de Joyas de los testimonios contienen, aproximadamente, un tercio del contenido de los nueve tomos de Testimonios para la iglesia, presentando los consejos esenciales para la iglesia mundial sin la repetición de asuntos que es inevitable en una colección publicada en un período de 55 años. Los artículos están organizados según su orden cronológico natural. Además de las selecciones de Testimonios para la iglesia, “También se han incluido algunos artículos importantes que tienen carácter de testimonio y tratan temas vitales que no están tratados en los Testimonios, pero aparecen en algunos otros lugares de las ediciones en inglés de los libros de la Sra. E. G. de White que no existen en otros idiomas” (JT 1:10).

Un proyecto de resumen similar resultó en *Consejos para la iglesia (1991). A diferencia de Joyas de los testimonios, este tomo no se limita mayormente a un resumen de los Testimonios. Más bien, Consejos para la iglesia busca presentar, en un tomo, un resumen del corpus completo de consejos de Elena de White, que pueda ser traducido de manera económica a los idiomas hablados en lugares donde los creyentes son pocos y los fondos son escasos. Este libro apunta a presentar el núcleo esencial de los escritos de Elena de White.

Otra línea de desarrollo en la tradición de los Testimonios es la serie *Mensajes selectos, compuesta de tres tomos. Los dos primeros libros se publicaron en 1958 y contienen enseñanzas generales sobre muchos temas que son de interés e importancia eternos. El material se extrajo de manuscritos inéditos como también así de artículos de periódicos y folletos descatalogados. Los tomos 1 y 2 de Mensajes selectos fueron las primeras obras de testimonios de la pluma de Elena de White que se publicaron desde 1909, cuando salió el tomo 9 de Testimonios para la iglesia.

En 1980, se publicó un tercer libro de Mensajes selectos. Habían surgido, en la iglesia, ciertas necesidades que llevaron a la preparación del nuevo tomo, que tiene el mismo formato que los dos primeros.

Al igual que los Testimonios, y en contraste con el formato de compilación temática, los tomos de Mensajes selectos presentan la mayoría de las selecciones, en general, con casi todo su contexto literario intacto para que el lector tenga acceso a cada documento en forma completa, o su mayor parte, en vez de a una colección de citas cortas de distintas fuentes. Los tres libros de Mensajes selectos han demostrado ser algunas de las obras más útiles y valiosas de Elena de White que se hayan publicado desde su muerte.

Además de los nueve tomos de Testimonios para la iglesia, se publicaron, a lo largo del extenso ministerio de Elena de White, muchas otras obras con la palabra “testimonio” en el título. Muchas eran folletos, como Testimony for the Battle Creek Church (1882). Algunos de estos folletos independientes al final llegaron a alguna de las colecciones de sus escritos. Dos colecciones de folletos independientes, tipo testimonio, escritos por Elena de White, merecen mención especial. Uno es *Special Testimonies, Series B, que consiste en 19 folletos (con un total de 750 páginas) publicados entre 1903 y 1913 para satisfacer situaciones especiales de carácter local o circunstancial. Gran parte del material en Series B que tiene interés y valor permanente fue incorporado en tomos como Testimonios para la iglesia, *Consejos sobre la salud, *Consejos sobre mayordomía cristiana y Mensajes selectos.

Series B había sido precedida por Special Testimonies to Ministers and Workers, que llegó a ser conocida como Series A después de la publicación de Series B. Compuesta originalmente por once folletos publicados entre 1892 y 1897, en 1905 se le agregó un doceavo. Gran parte del material de Series A se publicó nuevamente en 1923, en Testimonios para los ministros (ver “Libros de consejos: El ministerio” [I.A.7.a]).

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