Читать книгу Enciclopedia de Elena G. de White - Denis Fortin - Страница 44

I. Los primeros años (1845-1865)

Оглавление

Durante las dos primeras décadas de la vivencia profética de Elena de White las referencias a su don profético son relativamente escasas y generalmente breves. Sin embargo, James White y Joseph Bates establecieron pautas para la comprensión del rol de las visiones en el movimiento. Las obras de oposición, generalmente, están limitadas a los adventistas sabatarios disidentes o a los creyentes de otras ramas del adventismo, como la Iglesia Cristiana del Advenimiento. Los materiales escritos por defensores del don profético de Elena de White son de naturaleza mayormente apologética. Una excepción son los relativamente frecuentes estudios bíblicos sobre la “perpetuidad de los dones espirituales” o la legitimidad de la manifestación moderna del don de profecía en la iglesia.

La primera referencia a Elena de White publicada se dio en el contexto del conflicto o la interacción con los milleritas extremistas. En marzo de 1845, se mencionó su nombre en el relato que un periodista hizo sobre el juicio de Israel Dammon en Dover, Maine.317 Elena Harmon (después White) fue mencionada tanto por testigos de la acusación como por los de la defensa. Se da poca información aparte de los eventos que rodearon la detención de Dammon en la casa de James Ayer. Durante esa noche, la observaron reclinada en el suelo, cabe suponer que en visión.318

Durante 1845, Elena Harmon se encontró con frecuencia objetando posiciones sostenidas por milleritas extremistas; en particular el mesmerismo y el punto de vista que espiritualiza la segunda venida de Jesús. Su principal oponente durante este período fue Joseph Turner. Aunque no se conserva una copia del documento que Turner escribió sobre las visiones de Elena Harmon, ella recordaba que, a fin del verano 1845 o principios del otoño, él hacía circular una declaración firmada contra ella. Turner estaba involucrado en el mesmerismo y, cuando Elena Harmon se opuso a él, Turner se puso en contra de ella.

La segunda referencia publicada que existe acerca de Elena de White es un artículo escrito por James White el 19 de agosto de 1845, y que apareció en el Day-Star del 6 de septiembre de 1845.319 James White habló sobre la primera visión del Clamor de Medianoche de Elena Harmon (diciembre de 1844) y, tomando su visión figurativa de los adventistas que se desviaban del camino, la aplicó a distintos fanáticos y a quienes habían rechazado el Clamor de Medianoche.

Por otra parte, la primera publicación de un material escrito por Elena de White (en ese momento, Harmon) son dos cartas que ella le envió a Enoch Jacobs, editor del Day-Star. Estas cartas presentan un relato de sus primeras visiones principales y fueron publicadas el 6 de abril de 1846, en una circular titulada To the Little Remnant Scattered Abroad.320 Un año después, en abril de 1847, Joseph Bates publicó A Vision, con una carta de Elena de White que describía una visión reciente.321 Tanto Bates como James White dejaban en claro que las visiones de Elena de White estaban subordinadas a la autoridad bíblica. Bates también quería enfatizar que el don de Elena de White no era un reemplazo o un sustituto de la Biblia, ni un agregado a ella. En sus comentarios, publicados originalmente en A Vision, James White escribió de la Biblia: “No publico la visión relatada arriba pensando en agregar o quitar de ‘la palabra profética más segura’. ¡Esa resistirá la prueba de hombres y la destrucción de los mundos! ‘Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios’. Amén”.322 James White volvió a publicar sus comentarios menos de dos meses después, en A Word to the “Little Flock”.323 Para demostrar la armonía entre la Biblia y las visiones de Elena de White, él agregó, a los dos artículos de ella, 84 referencias bíblicas y siete referencias apócrifas. James White afirmó explícitamente que los escritos de su esposa no eran un añadido a las Escrituras o una fuente de doctrina. También defendió a los profetas modernos: “La Biblia es una revelación perfecta y completa. Es nuestra única regla de fe y de práctica. Sin embargo, esto no es razón para que Dios no pueda mostrar el cumplimiento pasado, presente y futuro de su palabra en estos últimos días por medio de sueños y de visiones, según el testimonio de Pedro. Las visiones verdaderas se dan para conducirnos a Dios y a su palabra escrita; pero, las que son dadas para una nueva regla de fe y de práctica, separada de la Biblia, no pueden ser de Dios y deben ser rechazadas”.324

James White debatió si las visiones de Elena eran simple entusiasmo o “ensoñaciones”, o si eran el producto de una revelación especial.325 Bates dio una explicación de apoyo al don profético de Elena de White en su libro sobre el sello de Dios, durante enero de 1849, con citas de comentarios hechos por ella mientras estaba en visión.326 Estas primeras observaciones hechas por Joseph Bates y por James White establecieron una base para futuras explicaciones de las visiones de Elena de White. Ella misma compartía este punto de vista y, en la última página de su primer folleto publicado, escribió: “Estimado lector, le recomiendo la Palabra de Dios como regla de su fe y de su práctica. Seremos juzgados por esa Palabra. Dios, en esa Palabra, prometió dar visiones en los ‘últimos días’; no para dar una nueva regla de fe, sino para el consuelo de su pueblo y corregir a los que se desvían de la verdad bíblica”.327 Así, los tres principales fundadores de la Iglesia Adventista del Séptimo Día afirmaron el principio de Sola Scriptura, mientras retenían la creencia en la manifestación moderna del don profético.

Se debe mencionar una referencia adicional a Elena de White, de naturaleza poética. Durante 1845, Elena tuvo una visión de la Tierra Nueva, que contrarrestaba las opiniones espiritualizadoras de algunos Adventistas del Novio, quienes decían que Jesús ya había llegado y que los santos estaban viviendo espiritualmente en la Nueva Jerusalén. En su visión, ella describió en términos tangibles la hierba verde viva, las flores, las personas, las casas y el alimento de la Tierra Nueva. William H. Hyde, un compañero adolescente de Elena de White, observó la visión y compuso un poema basado en la descripción. Más delante, se le puso música a esta expresión poética de la visión de la Tierra Nueva, y se la publicó ampliamente como el himno “We Have Heard From the Bright, the Holy Land” [Escuchamos de la brillante Tierra Santa],328 que aún se encuentra en los himnarios adventistas hasta hoy.329

Con el rápido crecimiento del adventismo sabatario a principios de la década de 1850, James White se abstuvo de publicar material escrito por Elena de White o acerca del ministerio profético de ella en la Review and Herald regular. En 1851, una edición extra de circulación limitada de la Review and Herald explicó la razón: “No es nuestra intención que esta edición extra sea para la circulación general como el periódico regular, por causa del fuerte prejuicio que existe en muchas mentes contra una porción de sus contenidos. [...] como muchos tienen prejuicios contra las visiones, pensamos que es mejor, por el momento, no insertar nada de esa clase en el periódico regular. Por lo tanto, publicaremos las visiones sueltas para beneficio de los que creen que Dios puede cumplir su palabra y dar visiones ‘en los últimos días’ ”.330 Así, hasta el fin de 1855, James White generalmente evitó dar publicidad o defender a los mensajes de Elena de White por escrito. Sin embargo, su intento cuidadoso de presentar una base bíblica para la fe adventista no evitó la oposición.

Enciclopedia de Elena G. de White

Подняться наверх