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Segunda premisa: Tanto la ciencia como la revelación se deben leer en su contexto histórico

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Una segunda gran premisa interpretativa es que el conocimiento humano, en todos los campos, es incompleto pero en aumento. En términos de Elena de White: “Los conocimientos humanos, tanto en lo que se refiere a las cosas materiales como a las espirituales, son limitados e imperfectos” (CS 576; cf. 1 Cor. 8:2; 13:9-12) y “el conocimiento es progresivo” (ibíd. 736). La experiencia religiosa individual también es “progresiva” (CM 256; Ev 357; FO 87), como lo es la educación (COES 99; Ev 108). En asuntos de revelación, la nueva verdad amplifica la verdad antigua sin contradecirla,691 pero la comprensión humana de la revelación divina ciertamente está sujeta a corrección por mayor revelación. Por lo tanto, la ciencia y la revelación se deben leer en su contexto histórico.692

En la Biblia, la instrucción y la explicación estaban adaptadas al contexto de las personas a quienes iban dirigidas. Por ejemplo, en los reglamentos sobre la carne limpia y la carne impura en Levítico 11, la instrucción es clara: “Puedes comer cualquier animal rumiante y que tenga las pezuñas totalmente partidas. Sin embargo, no puedes comer los siguientes animales que tienen las pezuñas partidas o que rumian, pero no ambas cosas” (Lev. 11:3, 4, NTV). Aunque la instrucción es clara, la explicación que sigue está adaptada al uso práctico de la gente común: “La liebre rumia, pero no tiene pezuñas partidas, así que es impura” (vers. 6, NTV). El conocimiento en aumento ha demostrado que las liebres solo parece que rumian; no son rumiantes como el ganado, las ovejas y los ciervos.693 Pero la terminología de Levítico 11 era clara para las personas a quienes el mensaje fue dado; y cualquiera que lo lee hoy todavía puede tomar decisiones en armonía con la voluntad de Dios.

Los escritores bíblicos, generalmente, expresaban sus mensajes en lenguaje que tuviera sentido para el público original. Por ejemplo, la afirmación de que Dios “sobre la nada tiene suspendida la tierra” (Job 26:7, NVI) era fáctica al negar distintas teorías antiguas sobre en qué descansaba la Tierra, pero también era incompleta al no intentar sugerir una teoría de cómo funciona el universo físico. Otro ejemplo es Salmo 58:8 que compara al malvado con “caracoles que se disuelven y se hacen baba” (NTV). Esto describe poéticamente la apariencia del caracol, pero un caracol no se disuelve literalmente al moverse, sino que secreta una película mucosa sobre la cual viaja.

Un ejemplo similar es lo que sucedió en 1846, en Topsham, Maine. Allí, Elena de White tuvo una visión sobre los “cielos que se abren”. En la reunión estaba presente Joseph Bates, capitán de navío, navegante y astrónomo aficionado, que creía que Elena de White era una cristiana sincera, pero que sus visiones eran simplemente el producto de sufrir de mala salud por tanto tiempo. Esta visión cambió su opinión porque, mientras estaba en visión, ella describió varios planetas. Ni durante la visión ni en ningún momento posterior, ella identificó por nombre qué planetas había visto. Sin embargo, su descripción fue lo suficiente exacta como para que Bates identificara los planetas y expresara su asombro de que la cantidad de lunas que ella atribuía a cada planeta representaba exactamente los últimos descubrimientos de Lord John Rosse, un importante astrónomo británico de la época. Durante la visión, Elena de White dio información que ella no conocía previamente, pero que Bates reconoció que concordaba con el conocimiento más reciente en astronomía; a causa de esto, él se convirtió en creyente en el origen sobrenatural de las visiones de ella (Bio 1:113, 114). Respecto de la exactitud científica de la visión, el desarrollo de telescopios más poderosos condujo al descubrimiento de lunas adicionales para cada uno de esos planetas; pero, si la visión hubiese revelado detalles que la ciencia descubriría recién en el siglo XXI, Bates no podría haber reconocido su exactitud. Este es un ejemplo de información que, según parece, no habría podido lograr su propósito si hubiera sido demasiado avanzada para el conocimiento disponible en el momento en el que fue dada.

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