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Dinero y banca entre 1862 y 1880

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Después de la creación de la Nación Argentina, tanto el sistema monetario como el de intermediación financiera intentaron emular a los de Gran Bretaña y los Estados Unidos, un proceso lento y doloroso que no tendría éxito sino hasta el siglo siguiente.

En 1862, un grupo de comerciantes locales y extranjeros fundó el Banco de Londres, un ente privado que jugaría un papel importante años más tarde. También surgieron en las provincias bancos públicos y pequeños bancos privados.

Mitre tuvo que aceptar la nacionalización de las deudas tanto de la Confederación Argentina como del Estado de Buenos Aires. Había intentado crear una moneda y un banco nacionales, pero no pudo obtener la aprobación del Congreso debido a la oposición de Buenos Aires. Por lo tanto, decidió negociar las condiciones bajo las cuales el Banco de la Provincia de Buenos Aires conduciría la política monetaria de toda la nación. Finalmente, estableció una paridad de 20 a 1 entre el peso papel de los bancos y el peso fuerte.

Reflejando los sistemas monetarios exitosos prevalecientes en otros países, Mitre y sus asesores económicos intentaron hacer convertibles en oro (peso fuerte) los billetes del Banco de la Provincia de Buenos Aires. Al comienzo, sin embargo, en lugar de fortalecerse en relación al peso fuerte, el peso papel perdió valor. En 1864, la conversión, que había comenzado en una relación de 20 a 1 en 1862, había caído a 29 a 1. Se aplicó una contracción monetaria que significó altas tasas de interés para crear deflación y finalmente lograr la estabilidad monetaria que prevaleció durante la presidencia de Sarmiento.

Sin embargo, mientras la Argentina libraba la guerra contra Paraguay, se vio forzada a tomar 3,5 millones de pesos fuertes del Banco de la Provincia de Buenos Aires, lo cual desplazó el crédito al sector privado y, para suavizar la escasez monetaria, el gobierno argentino pidió a la Baring Brothers en 1865 que tramitara un préstamo del mercado de capitales londinense. Después de largas negociaciones, los fondos finalmente llegaron al Tesoro en 1868 y 1869.

El tipo de cambio se estabilizó en 25 pesos papel por peso fuerte y, en la práctica, el país cumplió su objetivo de adoptar el patrón oro. Entre 1868 y 1874 las provincias y el gobierno nacional pudieron obtener nuevos préstamos de Londres. Entre 1871 y 1872, el Tesoro Nacional recibió un préstamo para obras públicas que debía financiar la construcción de un nuevo puerto en Buenos Aires, el puerto de Rosario y el creciente sistema ferroviario. Como los pagos para tales proyectos de infraestructura tomarían algún tiempo, el Tesoro Nacional depositó el préstamo en el Banco de la Provincia de Buenos Aires y el banco los utilizó para conceder préstamos al sector privado. Entre 1868 y 1873, una significativa expansión del crédito interno contribuyó al clima de prosperidad que caracterizó la presidencia de Sarmiento.

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