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3.1.2 El asalto a Radio Sucre

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La noche del 7 de enero de 1936, un destacamento armado integrado por jóvenes apristas tomó Radio Sucre para transmitir un mensaje de saludo por el aniversario de la Federación Aprista Juvenil (FAJ).

El asalto se produjo a las 22.50 horas. Los jóvenes eran alrededor de dieciocho, y llegaron en tres autos que estacionaron frente al edifico de la emisora. Diez o doce de los asaltantes ingresaron al inmueble, casi todos con los rostros cubiertos por pañuelos blancos. Los demás permanecieron en los autos y en la puerta de entrada. En el interior se encontraba el técnico de la estación, Raúl Rodríguez; el pianista Goyzueta Pardo, que ejecutaba un tema bailable; la señorita Armanda Vélez, cuya presentación había sido anunciada; personal de la radio y otras pocas personas. Los asaltantes reunieron a todos en el patio de la estación, amenazándolos con armas de fuego y emitieron un mensaje en el que, según el diario El Universal, saludaron a los militantes apristas y expresaron su solidaridad con “los compañeros presos en Satipo” (Villanueva y Throndike 2004: 75-77). Después huyeron en los autos con dirección a San Isidro.

La Crónica y El Comercio informaron que el mensaje no llegó a ser emitido debido a la reacción del personal de la radio y los vecinos (La Crónica, 8 de enero de 1936; El Comercio, 8 de enero de 1936); pero ambos diarios se rectificaron después, señalando que el mensaje se emitió “en parte”. La Crónica añadió que, ante la reacción de los empleados, “el que tenía en sus manos el mensaje procedió a comerse el papel con tal de no dejar huella alguna sobre el citado documento” (La Crónica, 21 de enero de 1936).

Según El Comercio, la policía sospechaba de los empleados de la emisora, pues los asaltantes habían procedido “con perfecto conocimiento del terreno en que actuaban”, y habían manejado sin titubear los aparatos, como si los conocieran. Concluía la información señalando que “de las investigaciones practicadas se desprende que casi en su totalidad los empleados de la estación pertenecen a partidos políticos de izquierda” (El Comercio, 9 de enero de 1936).

El 15 de enero, La Crónica informó que, según el atestado policial, se encontraban comprometidos “los hermanos Arbulú”, señalándose a uno de ellos como el cabecilla del operativo (La Crónica, 15 de enero de 1936). El 21 de mismo mes, La Crónica dio cuenta de que cuatro jóvenes se hallaban detenidos, habiéndose liberado a dos menores, pese a su “activa participación en el asunto”. Los detenidos apellidaban Zevallos, Consiglieri, Morales y Tantaleán (La Crónica, 21 de enero de 1936).

Muchos años después, el líder aprista Armando Villanueva del Campo, uno de los jóvenes que tomó Radio Sucre, rememoraría este suceso:

La “Operación Radio Sucre” estuvo bien planificada. El aún escolar Biagio Arbulú Galliani, más tarde graduado con honores en la Universidad de Ingeniería y profesional de prestigio nacional, fue quien, vecino de la Radio, levantó los planos que sirvieron para el asalto. Acompañó en este encargo el hermano menor de los Arbulú Galliani, Guillermo, más tarde General de División y comandante general del Ejército. De este episodio sobrevivimos Fortunato Jara Rondón, que fue uno de los choferes cuyo auto utilizamos (los otros fueron los compañeros Laura y Montoya, ya fallecidos), Víctor Tantaleán Vanini, Alfredo Morales y yo. Mi hermano Pedro trabajaba en El Universal como traductor de cables y me contó la consternación que había habido en el diario al recibirse la noticia (Villanueva y Throndike 2004: 77).

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