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3.4.9 Programas deportivos

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Destacaron en esos años el espacio deportivo conducido por Gustavo Montoya en Goicochea, y las transmisiones desde el Estadio Nacional realizadas por Radio Miraflores en la voz del locutor Franklin Urteaga.

En enero de 1935 se realizó el Lima el Campeonato Sudamericano de Fútbol con la participación de cuatro países: Argentina, Chile, Perú y Uruguay. El evento coincidió con las celebraciones por el cuarto centenario de Lima. Campeonó Uruguay, Perú quedó tercero, y los partidos fueron transmitidos por OAX4A Radiodifusora Nacional y las estaciones de onda corta OA4B y OA4R de Gallo Porras y Santelló, respectivamente.

En febrero de 1936, sin embargo, se entabló una polémica sobre la transmisión en directo de los partidos de fútbol. Ocurrió a raíz de una temporada internacional que tuvo lugar en el Estadio Nacional y que fue cubierta por Radio Miraflores. El primer partido de la temporada, entre Universitario de Deportes y el equipo argentino Vélez Sarfield, fue transmitido por la emisora de la calle Manco Cápac, originando la protesta de los dirigentes de los equipos y los empresarios que habían organizado el espectáculo, quienes alegaban que la transmisión les acarreaba perjuicio económico pues disminuía la afluencia de público al estadio, beneficiándose, en cambio, la emisora privada con el dinero que obtenía de los anunciantes. El gerente de Radio Miraflores, Clemente Palma Schmalz, arguyó en una carta enviada al diario El Universal que la transmisión no había causado daño económico a los empresarios deportivos ya que asistió “público a satisfacción” al estadio, ni había significado grandes ingresos para la radio, sugiriendo que animaba a Miraflores no el lucro sino “el deber de cultura y de patriotismo de expandir en el país y fuera de él los progresos del sport peruano” (Cascabel 71, 15 de febrero de 1936). La polémica se extendió a los medios de prensa escrita: El Universal se puso del lado de los empresarios deportivos, y la revista Cascabel apoyó a Radio Miraflores.

A fines del mismo mes, el club argentino Gimnasia y Esgrima de Santa Fe, cuyo equipo de fútbol vino a jugar partidos a Lima, pidió al Comité Nacional de Deportes que no permitiera la transmisión a Radio Miraflores desde el Estadio Nacional. El Universal informó que había la idea de cobrar por los derechos de transmisión a la emisora y que “las utilidades fueran repartidas al prorrateo entre el C. N. D., la Federación y la empresa, perjudicadas con el menor ingreso a las tribunas” (El Universal, 27 de febrero de 1936). No sabemos si la propuesta mencionada por El Universal fue planteada a Radio Miraflores, pero finalmente el Comité Nacional de Deportes negó autorización a la emisora para que transmitiera los partidos de Gimnasia y Esgrima desde el Estadio Nacional. Sin embargo, Radio Miraflores llegó a transmitir el partido entre el club argentino y Alianza Lima, en marzo, desde una casa vecina al estadio. La revista Cascabel celebró el acontecimiento: “Cuando se tiene entusiasmo es fácil superar los obstáculos”, dijo. Y añadió: “Ahora los radioescuchas saben que los partidos de fútbol se transmitirán de todos modos” (Cascabel 75, 14 de marzo de 1936).

El debate continuó en abril, cuando el club Alianza Lima pidió al Comité Nacional de Deportes que no permitiera la transmisión de sus partidos. El diario La Crónica publicó una carta de la lectora Blanca de Herrán en clara defensa de las transmisiones. Decía la lectora que las transmisiones beneficiaban a los enfermos, a los médicos y enfermeros que hacían turnos en los hospitales, a los policías y militares que se encontraban en comisarías y cuarteles, y a los niños de los internados. Aseguraba que, de otro lado, no afectaban al verdadero aficionado, quien “no estando enfermo, empeña hasta la camisa por asistir al match” (La Crónica, 19 de abril de 1936).

A pesar del conflicto suscitado en aquellos primeros meses de 1936, nadie estaba en desacuerdo, en agosto del mismo año, con las retransmisiones que hiciera Radio Miraflores (con la voz del locutor Jorge Alvarado) de los partidos de fútbol que jugó la selección peruana en las Olimpíadas de Berlín. El mismo diario El Universal, que había objetado las retransmisiones del verano, elogió esta vez a la emisora (El Universal, 9 de agosto de 1936).

Las noticias diarias de las olimpíadas fueron captadas en Lima a través de Radio DUSA y de la radio de onda corta alemana D. J. A.- D. J. N. A. Por el mismo medio se escucharon entrevistas a dirigentes y deportistas peruanos realizadas en los estudios de la emisora berlinesa.

Los días en que la selección peruana de fútbol se enfrentó a las de Finlandia y Austria, numeroso público se ubicó en los alrededores de los establecimientos que poseían receptores de radio y en las afueras de los diarios limeños para escuchar las incidencias de los partidos. El 6 de agosto, Perú derrotó 7 a 3 a Finlandia; y el 8 de agosto, venció 4 a 2 a Austria. Sin embargo, la FIFA anuló el partido con Austria, alegando que el campo de juego había sido invadido durante el match por aficionados peruanos, y dispuso que se jugara un nuevo encuentro sin público el 10 de agosto; el gobierno peruano decidió que el equipo no se presentara al nuevo partido y ordenó el retiro de toda la delegación de los juegos olímpicos.

Conocida la noticia de la anulación del partido por la FIFA, a través de la radio, el público se echó a las calles. El Comercio informó que “la calle Manco Cápac, donde funciona radio Miraflores, se vio muy animada y concurrida”, y “cada vez que el locutor deportivo de la estación lanzaba una nueva noticia, se sucedían las manifestaciones” (El Comercio, 11 de agosto de 1936).

César Miró recuerda, en una entrevista concedida para el libro OAX Crónica de la Radio en el Perú de Alonso Alegría, que a través de los micrófonos de Radio DUSA convocó a una multitud de aficionados frente al local de la emisora en la Plazuela San Agustín. El público solicitó la salida de Miró a los balcones del edificio, pero el locutor temió que, de acceder al pedido, el general Benavides lo interpretara como un gesto político. Todavía se vivía el clima electoral (los comicios serían en octubre), y la censura a La revista oral (conducida por Miró) a raíz de la presentación de Eguiguren era muy reciente (Alegría 1993: 61-62).

Pero DUSA no fue la única emisora que llamó a manifestaciones masivas. Según El Comercio, “conforme las numerosas invitaciones se propalaron por intermedio de las estaciones radiodifusoras”, fueron reuniéndose cientos de personas en la Plaza San Martín, iniciándose una marcha que culminó en la Plaza de Armas. El presidente Benavides se vio obligado a hablar al público; criticó a la FIFA por el fallo, pero exculpó al gobierno alemán (El Comercio, 11 de agosto de 1936).

El recibimiento brindado a la delegación olímpica en Lima, el 17 de setiembre de 1936, fue apoteósico. Las emisoras de Lima, Ica, Pisco, Cusco y Huancayo formaron una cadena con el nombre de Broadcasting Unidas del Perú, y cubrieron el desfile de los deportistas desde el Callao hasta el centro de la capital, así como los homenajes y discursos alusivos que se sucedieron en el trayecto. La transmisión comenzó a las 8.00 horas, “estimulando el interés del público con los primeros informes sobre la fiesta” y con “música ligera y alegre, genuinamente criolla”. A las 10.40, los olímpicos llegaron a la Plaza Dos de Mayo, precedidos por motociclistas municipales, y fueron aclamados por una ola humana que portaba banderas peruanas. Desde ese momento, según El Comercio, las radios “se concentraron a dar detalles del desfile que se iniciaba rumbo al Estadio Nacional” (El Comercio, 18 de setiembre de 1936). La delegación siguió luego a la Plaza San Martín. La transmisión duró hasta las 14.30 horas.

La hípica siguió ocupando espacios en la programación radial de esos años. OAX4A realizó con frecuencia retransmisiones desde el hipódromo de Santa Beatriz. El locutor era Benjamín Puente; el 23 de diciembre de 1934 debutó como narrador hípico el joven Augusto Ferrando (Alegría 1993: 54-55). Radio Goicochea, por su parte, inauguró un programa de pronósticos y entrevistas a preparadores de caballos en 1935.

El boxeo también recibió la atención de la radio. En junio de 1934, All American Cables instaló en el local del diario El Comercio una estación para recibir las noticias y descripción de la pelea entre Primo Carnera y Max Baer por el campeonato mundial de los pesos completos realizada en el Madison Square Garden de Nueva York. A través de un altoparlante, un locutor iba informando al público reunido en las afueras del local del diario de los despachos recibidos. Cuando el locutor anunció el triunfo de Baer por nocaut en el noveno asalto, “Una ovación estalló saludando al nuevo campeón. Luego los miles de oyentes se esparcieron animadamente por todos los sectores de la ciudad, llevando la noticia y sus comentarios” (El Comercio, 15 de junio de 1934). La pelea fue escuchada directamente por quienes poseían receptores de onda corta.

El viernes 13 de diciembre de 1935, DUSA transmitió en castellano la pelea por el campeonato mundial de la máxima categoría entre Paulino Uzcudum (el Leñador Vascongado) y Joe Louis. El diario El Universal instaló un altoparlante en su local para que el público que careciera de receptores la escuchara (El Universal, 14 de diciembre de 1935). Ganó Louis por nocaut técnico en el cuarto round.

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