Читать книгу La radio en el Perú - Emilio Bustamante - Страница 43
2.6 Avatares de los radioaficionados
ОглавлениеEn diciembre de 1930, Germán Gallo Porras emitió en onda corta el mensaje de Año Nuevo de Sánchez Cerro.
En enero de 1931 se fundó, por fin, el Radio Club Peruano. La primera junta directiva estuvo conformada por Germán Gallo Porras (presidente), Enrique Pérez Palacio (primer vicepresidente), Alfonso Cobián (segundo vicepresidente), Augusto Taimán (tesorero), Jorge Vargas Escalante (secretario), G. W. Wilson (pro secretario), Carlos Tudela, Alfredo Icaza, Harry Helden (fiscales); R. H. Cannock, R. Pflücker (vocales); Juan Seminario, Áureo Amorós y Alfonso Pereyra (consultores técnicos). Óscar Miró Quesada fue nombrado presidente honorario. La directiva se instaló en un local de la Calle de Estudios (Altos de la Biblioteca Nacional), que había sido cedido gracias a gestiones de Clemente Palma (Vargas y Gamio 1944: 103).
Quien mejor ha documentado estos primeros años de los radioaficionados es Jorge Vargas Escalante en su libro 40 años de radio en el Perú; sin embargo, no expone la razón de que transcurrieran varios años entre las reuniones preliminares y la constitución del Radio Club Peruano. En un artículo publicado en 1934 en el periódico aprista La Tribuna, se insinuaba que el retraso se debió a que Leguía, pese al impulso dado a la OAX, “persiguió a los especialistas de radio”, pues “el despotismo le teme siempre a la noticia”. Se aseguraba en la nota que Vargas Escalante y Gallo Porras habían sido detenidos “repetidas veces” durante el Oncenio “porque se sospechaba de que ellos lanzaban al exterior noticias de lo que ocurría en el Perú” (La Tribuna, 23 de enero de 1934).
El 19 de setiembre de 1931, la Junta presidida por Samanez Ocampo dispuso por decreto supremo que OAX entregara al Radio Club Peruano una de las tres estaciones de radio que tenía y que estaba al servicio de la Sociedad Agrícola La Esperanza, con el objeto de que pudiera ser utilizada “con fines de estudio y experimentación” (La Crónica, 9 de octubre de 1931). El Radio Club Peruano emitió su programación en banda de 230 metros a cargo de diferentes aficionados, la cual fue publicada desde agosto hasta el fin de aquel año en diarios de Lima; estaba compuesta en su mayor parte de temas musicales.
Durante el gobierno de Sánchez Cerro, sin embargo, volverían a surgir las dificultades para los radioaficionados. Según La Tribuna, al pionero Áureo Amorós se le confiscó su aparato de transmisión y “a la compañía Italo Peruana se le impuso una crecida multa por tener aparato difusor”, multa que habría pagado “su empleado, el señor Ezeta, quien además fue detenido” (La Tribuna, 23 de enero de 1934).