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2.4 El homenaje a la fundación española del Cusco

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En agosto de 1933, OAX comenzó a emitir charlas de conocidos intelectuales en torno a la ciudad del Cusco, conmemorando el cuarto centenario de su fundación española. Participaron Luis E. Valcárcel, Carlos Ríos Pagaza, Anaximandro Vega y Emilio Harth Terré.

En octubre de aquel año, en el marco de la misma celebración, la emisora inició una serie de programas dedicados al Cusco, en los que, una vez por semana, una delegación de un departamento del país rendía homenaje a la ciudad imperial, previa presentación a cargo de un destacado intelectual cusqueño. La orientación de las conferencias y poemas era predominantemente indigenista; y entre los representantes de los departamentos figuraron varios miembros del Apra, evidencia de la breve tregua democrática que se vivió en los primeros meses del gobierno de Benavides, que para entonces había decretado ya una amnistía, permitiendo la libertad de varios presos políticos, incluido Haya de la Torre.

La primera delegación en usar los micrófonos de la radio, el 29 de setiembre, fue la iqueña, compuesta por Alberto Ureta, J. Alberto Ormeño, Lizardo Revoredo, Roger Luján Ripoll, Guillermo Morón Ayllón y Julio César Nieri. El 9 de octubre se presentaron los intelectuales puneños José Antonio Encinas, Emilio Romero y Alejandro Peralta, el parlamentario Francisco Pastor y el músico Virgilio Laghi, quien interpretó Pandilla aimara de Teodoro Valcárcel. La semana siguiente le tocó el turno a Cajamarca; participaron Horacio H. Urteaga, Mariano Iberico Rodríguez, Pedro Barrantes, Fidel Zárate, José Sabogal, Anaximandro Vega y el músico Alfonso de Silva. Siguió el homenaje de Loreto, representado por Genaro Herrera, Enrique Dávila Cárdenas, el poeta Miguel de Chuquipiondo y el guitarrista Miguel Ángel Casas.

En noviembre continuaron las transmisiones. La delegación de Apurímac estuvo integrada por Guillermo Pinto, Julio Velarde Valencia, Manuel Calle Luna y Arturo Bravo Pinto. El programa siguiente, dedicado por San Martín, incluyó canciones alusivas a Leticia: Viva Leticia, pasodoble de Carlos Cavero Egúsquiza, y A Leticia, muchachos, marcha de Manuel Clavero. En el homenaje de Ayacucho intervinieron el arpista Estanislao Medina, el conjunto musical dirigido por Justo P. Morales y los intelectuales Alberto Arca Parró y Enrique Galván. Por Ancash se presentaron Santiago Antúnez de Mayolo, Fermín Carrión Matos, Carlos Alberto Eyzaguirre, Ernesto Guzmán y el parlamentario Erasmo Roca; Rosa Roca leyó un poema de José Ruiz Huidobro y la orquesta La Rosa tocó “motivos autóctonos” (La Crónica, 22 de noviembre de 1933).

En el programa de La Libertad se presentó el jefe del Apra, Víctor Raúl Haya de la Torre. La emisión tuvo lugar el lunes 27 de noviembre, y fue presentada por Manuel Velasco Núñez, secretario general del Comité Pro IV Centenario del Cusco. La pianista Victoria Vargas de Sivirichi interpretó el himno del Cusco y hubo números musicales a cargo de un conjunto de artistas trujillanos dirigidos por Ernesto López Mindreau. Además de Haya, quien pronunció un “Homenaje al Cusco”, intervinieron Antenor Orrego, con el tema “Cusco, matriz de americanidad”; Alcides Spelucín, quien disertó sobre “Cusco y Trujillo”; y Ciro Alegría, quien declamó un “Poema al Cusco”, de su autoría (La Antorcha, 27 de noviembre de 1933).

En diciembre hubo dos programas de homenaje de Arequipa a la ciudad imperial. En el segundo hizo de anfitrión José Z. Portugal e intervinieron Enrique Cornejo Koster, Raquel Delgado de Castro y Rómulo Meneses; este último exigió la solución al problema del indio y el campesino cusqueño, enfocando el tema “desde el punto de vista de la ideología aprista” (La Crónica, 9 de diciembre de 1933). El mismo mes tuvo lugar el homenaje de Junín; presentó el cusqueño Antonio de la Torre, participaron Salvador Faura, Clodoaldo Espinoza Bravo y el poeta Julián Petrovik (Óscar Bolaños Díaz), cantó un coro de alumnas del colegio de la señorita Edelmira del Pando; las señoritas Josefina García y Goya Altamirano también interpretaron canciones, “con el acompañamiento de las guitarras de José Santander y Manuel Cornejo Valdivia” (La Crónica, 14 de diciembre de 1933). El 18 de diciembre, dentro del homenaje de Lambayeque, fue programada la charla “Hacia el Tahuantinsuyo”, a cargo del dirigente aprista Luis Heysen.

En el homenaje ofrecido por Lima, en enero de 1934, participaron José de la Riva Agüero, Óscar Miró Quesada, Rafael Larco Herrera, Jorge Guillermo Leguía, Angélica Palma y la Academia Nacional de Música Alzedo.

Los problemas surgieron en la decimotercera emisión de homenaje. Correspondía la fecha de entonces (8 de enero de 1934) a la delegación de Piura. Se anunció en los diarios que se presentarían Luis Antonio Eguiguren, Luis Humberto Delgado, Luciano Castillo y el poeta piurano José Santos Berríos. El anfitrión sería el cusqueño Clímaco Tamayo. Castillo, Eguiguren y Tamayo integraban entonces el Congreso Constituyente: Castillo era representante de Piura por el Partido Socialista; Eguiguren (de origen piurano) era parlamentario por Lima y líder del Partido Social Demócrata; Tamayo era congresista por Cusco. La transmisión fue suspendida, según se dijo inicialmente por “desperfecto de la máquina de la estación”; sin embargo, La Tribuna denunció que los discursos de los participantes en el homenaje habían sido censurados por Santiago Neguib, inspector general de radio, quien pidió que se los entregaran por escrito antes de la transmisión, y, luego de leerlos, ordenó cancelar el de Luciano Castillo y tarjó párrafos en los de Eguiguren, Tamayo y Delgado. Los oradores, según el diario aprista, protestaron y resolvieron, indignados, no tomar parte de la audición, debiendo suspenderse esta (La Tribuna, 13 de enero de 1934; La Tribuna, 17 de enero de 1934).

El Comité Pro IV Centenario del Cusco emitió un comunicado en el que culpó de la censura a la Jefatura General del Servicio Radiotelegráfico, pidió al gobierno una investigación al respecto y anunció que mientras ello no ocurriera, se suspenderían los homenajes departamentales al Cusco (La Tribuna, 13 de enero de 1934). Días después, Eguiguren, Castillo y Tamayo enviaron una carta al ministro de Gobierno y Policía, quejándose de la medida de censura en su calidad de representantes parlamentarios. Decían los congresistas en su misiva:

[...] el cargo legislativo nos obliga a dejar constancia ante Ud. de que esa censura es un atropello a la cultura y a la prerrogativa de la función de representante, al que no alcanza por expresa exclusión ni aún la ilegal ley de emergencia. No hay autoridad en la República que pueda poner veto a la expresión de un miembro del Congreso [...] (La Crónica, 17 de enero de 1934).

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