Читать книгу La radio en el Perú - Emilio Bustamante - Страница 38
2.1.8 Insurrección aprista y suspensión de licencias de radiotelefonía
ОглавлениеLos siguientes meses del gobierno de Sánchez Cerro fueron aún más violentos. El 6 de mayo, Haya de la Torre fue apresado. Al día siguiente un motín de marineros contra el régimen culminó con el fusilamiento de ocho de ellos. El 7 de julio tuvo lugar la sublevación aprista en Trujillo. Fueron asesinados militares y policías que habían sido tomados prisioneros por los alzados. La insurrección fue sangrientamente reprimida por las Fuerzas Armadas, que tomaron el control de la ciudad el 11 de julio luego de combates y bombardeos, calculándose los muertos apristas en centenares, muchos de ellos víctimas de ejecuciones extrajudiciales.
El mismo 11 de julio el gobierno emitió una resolución suprema suspendiendo todas las licencias de radio concedidas a estaciones privadas, con excepción de la OAX, la que, sin embargo, quedaba sujeta al control del Ministerio de Gobierno. La norma advertía que las estaciones que no cumplieran con lo dispuesto y funcionasen clandestinamente recibirían las sanciones establecidas en la Ley de Emergencia, que eran de multa, ocupación y suspensión del servicio (La Crónica, 13 de julio de 1932).
Al cumplirse el 22 de agosto de 1932 el segundo aniversario del alzamiento de Sánchez Cerro en Arequipa, el Presidente, ascendido ya a general, hizo uso de la OAX para dirigirse al país. Lo presentó el director de la estación, Guillermo Lazarte, con encendidos elogios, que ejemplifican la obsecuencia de la emisora al régimen:
Por dos razones poderosas la dirección de la estación OAX siente verdadera satisfacción al dirigirse a sus oyentes: celebra el país, en esta fecha, el acontecimiento nacional que hace dos años llenara de júbilo patriótico el corazón de todos los peruanos: el derrocamiento de una tiranía que durante once años dejó sentir su insolente impudicia y que un valeroso ciudadano se encargó de arrancar de raíz, dándonos una segunda libertad. Esa, una razón; la otra, el anunciar que dentro de breves instantes va a dirigirse al país, a través del espacio aquel patriota: el General Luis M. Sánchez Cerro, Presidente Constitucional de la República: Trasmite OAX. Lima, Perú (La Crónica, 23 de agosto de 1932).
A través de los micrófonos, Sánchez Cerro fustigó al Apra, a la que llamó “secta internacional que predica la carnicería de las guerras civiles”. En el plano de la economía, notificó que los productos peruanos comenzaban a experimentar mejoras en los mercados, y que otorgaría facilidades y garantías a “una legión de buscadores de oro” que habían llegado al país “atraídos por el alto precio de este metal”. No obstante, llamó a una colecta nacional para aliviar las penurias del fisco. Asimismo, prometió la irrigación de La Joya, y anunció la continuación de las obras públicas. Nada hacía prever la guerra exterior que se avecinaba, en la que también le cupo un papel a la radio.