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2.5 La programación de OAX de 1930 a 1933
ОглавлениеDesde 1930, de acuerdo a lo anunciado por Joaquín de Azambuja, el horario de programación de OAX se amplío a tres tandas: mañana (11.00 a 13.00), tarde (17.00 a 19.00) y noche (21.00 a 23.00). Pese al cambio de administración y a la destitución de Antonio Garland en 1931, la oferta musical de OAX mantuvo su variedad genérica y se incrementó con el aporte de los discos de las casas Victor, Brandes, Brunswick, Odeón y Columbia, cuyos catálogos comprendían foxtrots, pasodobles, valses, rancheras, música clásica, etcétera. Gracias a ello, figuraban ya los nombres de Carlos Gardel, Tito Guízar, Libertad Lamarque y Marlene Dietrich entre los intérpretes anunciados en la programación. Asimismo, eran incluidos los temas musicales de las novedosas películas sonoras.11
No obstante, a inicios de 1931 hubo críticas al exceso de música popular grabada en la radio y a la desaparición de artistas nacionales de la programación, así como a la política de altoparlantes en plazas y calles de Lima que obligaba a los transeúntes a escuchar las melodías emitidas por OAX “mañana, tarde y noche”. En una nota de la revista Presente, dirigida por Carlos Raygada, tras formular los juicios mencionados, se hacía una exhortación “revolucionaria” (e irónica) al público a “disparar contra los altoparlantes de la Plaza San Martín, por considerarlos atentatorios de la paz urbana y del buen sentido de la cultura” (Presente 2, enero de 1931).
El panorama fue cambiando desde 1932. Entre las grabaciones ofrecidas ese año se observa, por ejemplo, alguna del tenor nacional Alejandro Granda (El Comercio, 8 de setiembre de 1932). La música popular peruana tuvo también cabida, aunque minoritaria, en 1932; así, se llegaron a irradiar yaravíes y huainos, entre estos últimos uno que llegaría a ser famosísimo: Adiós pueblo de Ayacucho de Estanislao Medina. En cuanto a los músicos costeños, se programaron canciones interpretadas por Sáez y los hermanos Azcue, y se presentó en vivo Carlos Saco, mientras que el dúo Salerno y Gamarra figuró como participante frecuente de las transmisiones.12 En el programa del jueves 5 de enero de 1933, publicado por El Comercio, se anunciaba a la jazz band Pacocha, integrada por Pedro A. Montalva, Enrique Santa Cruz, Francisco Hidalgo, G. Ortiz y Carlos Vásquez, que interpretaría las siguientes canciones: Paseando con Susana (foxtrot), El huerto de mi amada (vals), Yes, yes (foxtrot), Confieso que te amo (foxtrot), Rosa Luz (vals), Oh, hermosa (foxtrot), Abuelita (tango), Honolulu Moon (dueto de guitarras hawaianas), Pasión y odio (vals) y Pacocha (foxtrot) (El Comercio, 4 de enero de 1933). Es de destacar que, al parecer, esta fue la primera vez que se interpretaron en la radio composiciones de Felipe Pinglo, y que en varias de esas canciones (El huerto de mi amada, Abuelita, Pasión y odio), en el programa publicado por El Comercio Pedro A. Montalva figura como coautor.
Una de las primicias anunciadas por Joaquín de Azambuja en 1930, y que hoy puede sonar insólita, fue la retransmisión de películas sonoras desde determinadas salas cinematográficas. El miércoles 19 de noviembre de 1930 se anunció en La Prensa que desde el teatro Excelsior se emitirían las películas Vida nocturna y Orquesta típica mexicana, y se precisaba que en esta última actuaba una rondalla “ejecutando la popular canción ‘La paloma’ de Iradier” (La Prensa, 19 de noviembre de 1930). En realidad, se trataba de la retransmisión de escenas de ambas películas; no de las cintas completas. También se retransmitieron, desde el teatro Princesa, pasajes de los filmes sonoros Canción de cuna, El negro que tenía el alma blanca y El nuevo campeón. El viernes 16 de enero se anunció que se emitiría, esta vez sí íntegramente, de 21.30 a 23.30, la película Galas de la Paramount; también desde el teatro Princesa (La Noche, 15 de enero de 1931).
En los meses de junio y julio de 1931, OAX retransmitió un ciclo de charlas y conciertos desde la Universidad de San Marcos, organizado por el Departamento de Extensión Cultural encabezado por Luis Alberto Sánchez y César Barrio. Víctor Andrés Belaunde habló sobre “Filosofía de la serenidad”, Uriel García sobre “El feudalismo peruano”, el general Luis E. Galván hizo “Una interpretación de las ideas filosóficas de la educación”, Emilio Gutiérrez de Quintanilla se ocupó de las “Causas de la anarquía en el Perú”, Mariano Iberico disertó sobre “La filosofía de Ragel”, Antonio Ugarte tocó el tema de los bancos y Alberto Ureta expuso sobre George Duhamel. Es a este ciclo al que se refirió elogiosamente La Tribuna para argumentar en contra de un posible cierre de OAX por motivos económicos. Según el órgano del Partido Aprista, diariamente había “más de tres mil personas, además de las quinientas que acuden al salón de la Universidad, que escuchan las conferencias y conciertos de ese departamento” (La Tribuna, 15 de junio de 1931). La nota no precisaba cómo se hizo ese cálculo de tres mil oyentes.
OAX continuó brindando servicios informativos básicos durante aquellos años sobre cotizaciones, farmacias de turno y lotería. Incluyó horas dedicadas a la mujer, a los oyentes católicos y a los agricultores, así como clases de inglés. Hizo, además, destacadas transmisiones conjuntas con la estación de onda corta OA4B de Germán Gallo Porras, y homenajeó a diferentes naciones en La hora internacional; en diciembre de 1933, por ejemplo, se presentaron, en la emisión dedicada a España, el cónsul de ese país, Antonio Pinilla, y su esposa, la señora María Isabel Sánchez Concha (El Comercio, 1 de diciembre de 1933). También participó OAX en una campaña de combate a la tuberculosis durante los años 1932 y 1933, interviniendo en ella, entre otros especialistas, los doctores Max Arias Schreiber, Leonidas Klinge y Amadeo Soto.
La Tribuna cuestionó, no obstante, la programación de OAX bajo la gestión de Lazarte, como lo había hecho antes respecto a la de Azambuja. En enero de 1934 acusó a OAX de ser una sucursal de discos y repetir los mismos temas musicales en todos los horarios; criticó la Hora femenina (donde decía “no se escucha ninguna cosa real”), la Hora católica (“que se limita a transcripciones de discursos retóricos, con la única excusa de algunos coros interesantes”), la cátedra de periodismo (“a cargo de un señor que recién empieza a hacer periodismo, y en la peor forma posible”), y aseguró que la sociedad Neguib-Lazarte “sólo trata de llenar horas de cualquier forma, sin criterio selectivo y sin hacer gasto”. Demandaba La Tribuna una “reforma constructiva” de OAX que no solo fuera de programación, sino “financiera y técnica” (La Tribuna, 25 de enero de 1934).
La revista Suplemento, dirigida por José Faura, también objetó la administración de Lazarte, a comienzos de 1934. En un diálogo humorístico titulado “Los chismes del Jirón de La Unión”, se decía que la programación de OAX era “puro aviso y puro disco”; y se discutía la potencia y el alcance nacional de la emisora: “cuando se trasmitió el discurso presidencial de año nuevo [sic], para que fuera escuchado en todo el Perú, la trasmisión no llegó ni a Pisco por el sur, ni a Huacho por el norte”. Añadía que la compañía concesionaria le había “sacado el jugo a la pobre institución, comprando avisos y más avisos, sin gastar un solo centavo en reparaciones, ni en artistas, ni en nada” (Suplemento, 15 de marzo de 1934).