Читать книгу Una obediencia larga en la misma dirección - Eugene Peterson - Страница 13
La luz que ilumina las encrucijadas
ОглавлениеEn este salmo, la palabra SEÑOR aparece sólo dos veces. Es, no obstante, la clave para el resto del salmo. Dios, una vez que lo admitimos en nuestra conciencia, llena todo el horizonte. Dios, revelado en su obra creativa y redentora, expone todas las mentiras. En el momento en que pronunciamos la palabra SEÑOR, la imponente falsedad del mundo queda al descubierto: vemos la verdad. La verdad acerca de mí es que Dios me ha creado y me ama. La verdad acerca de aquellos que están sentados junto a mí es que Dios los ha creado y los ama, y cada uno de ellos es, por consiguiente, mi semejante. La verdad acerca del mundo es que Dios gobierna y suministra todo lo necesario. La verdad sobre lo que está mal en el mundo es que yo y la persona que está sentada junto a mí hemos pecado al impedir que Dios esté con nosotros, sobre nosotros y dentro de nosotros. La verdad sobre lo que se encuentra en el centro de nuestras vidas y de nuestra historia es que Jesucristo fue clavado en la cruz por nuestros pecados y resucitado de la tumba para nuestra salvación, y que nosotros podemos participar en la vida nueva cuando creemos en él, aceptamos su misericordia, respondemos a su amor y prestamos atención a sus mandamientos.
John Baillie escribió: «Estoy seguro de que la parte del camino que más requiere iluminación es el punto donde se bifurca.»10 El SEÑOR del salmista es un haz de luz que ilumina dicha bifurcación. El Salmo 120 es la decisión de tomar un camino y no el otro. Es el momento crucial que marca la transición desde la nostalgia que sueña en una mejor vida a la peregrinación escabrosa del discipulado de fe, desde el quejarse sobre lo mal que anda todo a la búsqueda de todo lo bueno.
Se dice y se canta esta decisión en todos los continentes y en todos los idiomas. Esta decisión se ha llevado a cabo en toda clase de vida, durante todos los siglos de la extensa historia de la humanidad. La decisión es calladamente (y a veces no tan calladamente) anunciada desde miles de púlpitos cristianos por todo el mundo cada domingo en la mañana. La decisión es testimoniada por millones de personas en hogares, fábricas, escuelas, negocios, oficinas y campos cada día de cada semana. La gente que toma la decisión y se deleita en ella es la llamada cristiana.