Читать книгу Otra historia de la ópera - Fernando Sáez Aldana - Страница 56
LA MUERTE LLAMA DOS VECES Eurídice
ОглавлениеEn la mitología griega, la ninfa Eurídice es la esposa de Orfeo, el cantante hijo de Apolo que calmaba a los animales y sosegaba a los humanos con su lira. Huyendo de otro pretendiente, Eurídice pisa una serpiente venenosa cuya mordedura le produce la muerte. Hondamente apenado, Orfeo desciende al inframundo y con su emotivo canto logra que Hades devuelva a su amada a la vida, a condición de que camine delante de ella y no le dirija la mirada hasta que la luz del sol cubra su cuerpo. Pero el impaciente Orfeo no soporta la espera, se vuelve para mirar a su amada y ésta desaparece para siempre.
Escena de Orfeo y Eurídice, de Ch. W. Gluck.
Un final triste que el compositor Cristoph Willibald Gluck, con ayuda del libretista Raniero de Calzabigi —compañero de correrías, como da Ponte, del polifacético libertino Giacomo Casanova— se encargó de rectificar en su versión operística del mito. Otros compositores, como Jacopo Peri (Euridice, 1600), Giulio Caccini (L’Euridice, 1602) y Claudio Monteverdi (Orfeo, 1607) habían tratado el mito en los albores de un período barroco operístico que justamente se considera finiquitado por la versión de Gluck.
Orfeo y Eurídice fue una ópera revolucionaria con la que Gluck inició una profunda reforma del género al abandonar las viejas convenciones de la ópera seria (recitativo secco7, aria da capo8, etc.) y los excesos vocales de los divos y castrati barrocos, que enlentecían y encorsetaban la acción, a favor de un estilo más ágil y dotado de mayor fuerza dramática. También impuso la obertura y otorgó protagonismo al coro.
En la ópera de Gluck, cuando Eurídice muere por segunda vez debido a la impaciencia de Orfeo, éste decide suicidarse para reunirse con ella pero Cupido, deus ex machina9, les consigue una segunda oportunidad y Eurídice regresa por segunda vez del reino de los muertos para quedarse definitivamente en el de los vivos con su Orfeo. Una convención de la ópera seria, el lieto fine (final feliz) que, para satisfacción del público, Gluck no logró sacudirse. Esta Eurídice clásica es el único personaje de ópera que no sólo está muerta cuando se alza el telón y viva cuando cae sino que por el medio muere otra vez y resucita dos.
Pero hay una versión actualizada del personaje en la que muere de una vez por todas. Se trata de la ópera de cámara Las desgracias de Orfeo, de Darius Milhaud, estrenada en 1926, en la que intervienen Orfeo (barítono), Eurídice (soprano) y tres coros: de artesanos, de gitanos y de fieras. En el libreto, de Armand Lunel, Orfeo es un boticario que se enamora de la gitana Eurídice. Los amantes huyen al bosque, donde confraternizan con un oso, un lobo, un jabalí y un zorro, pero ante la impotencia del boticario Eurídice muere de una extraña enfermedad y Orfeo acaba asesinado por los gitanos.