Читать книгу Estudios sobre lo real en Lacan - Группа авторов - Страница 13
Lo real no admite el punto
ОглавлениеEl punto se define por la intersección de tres planos, ¿puede decirse que es real? La implicación de la cadena borromea, que no halla entre sus elementos constitutivos ningún punto en común, excluye ciertamente de lo real el punto como tal55.
En efecto, se puede ver lo que muestra la cadena borromea de tres nudos, en la que no hay ninguna intersección entre sus elementos constitutivos. Por definición de este tipo de enlace, sus redondeles se superponen unos a otros en cada entrecruzamiento, pero nunca se intersectan. Por lo tanto, no hay puntos en el sentido de la geometría rígida.
Y si se decide llamar punto a lo que resulta del acto de estirar los tres redondeles hasta la estrangulación, parecerá que se ha obtenido un punto euclídeo, como si de la intersección de tres planos se tratase, pero por más que tiremos de las cuerdas jamás se producirá la intersección de las mismas. En el espacio del parléser, no hay puntos dimensión cero —el punto euclídeo no dimensia, decía Lacan—. En todo caso, si se considera la triple articulación de un punto de goce, dicho punto tridimensia, puesto que los arcos que lo delimitan (RSI) no se intersectan. Es el punto blando de tres ditmansions del parléser, radicalmente diferente del punto rígido de cero dimensiones, propio del ser humano.
Al respecto, Lacan afirma:
[…] que una figuración de lo real sólo puede apoyarse en la hipótesis de que no haya ningún punto en común, ninguna ramificación, ninguna i griega (Y) en la escritura, implica ciertamente que lo real no admite el punto como tal56.
Ese real sin ley que no admite el punto puede intuirse como un maremágnum de marcas primordiales sobre aquello del cuerpo imposible de dominar, de discernir. Sólo cuando esas marcas se condensan como letra (Real), significante (Simbólico) e imagen (Imaginario) ya son unos —bajo ley fálico-semántica— condición de la creencia de «tener un cuerpo».
Ese Un cuerpo, al que resulta radicalmente extraño el Otro cuerpo, puede ser capturado por el more geometricus euclídeo para llevarlo a la rigidez de la representación en el espacio de tres dimensiones en que se sitúa y se mueve el ser humano: recta, plano, volumen. Fundado en el punto, ese espacio rechaza a ese Otro cuerpo, el del irremediable goce que a su vez, en sus imprevisibles irrupciones viene a decirle al ser humano que el espacio al que pertenece en tanto parléser, es un espacio blando que se escribe RSI (Σ es la cuarta dimensión del tiempo), y que esa escritura implica que «lo real no admite el punto», esa piedra fundamental sobre la que aquél ha construido su templo57.