Читать книгу Peregrinaje al Bicampeonato - Gustavo Villafranca Cobelli - Страница 9
LA RIVALIDAD CON CATÓLICA
ОглавлениеMi permanencia en El Salvador me mantuvo incomunicado con respecto a lo que se comentaba en los medios, sin embargo, esto no impidió que más tarde viera cada detalle de lo vivido. En un vhs de 6 horas, me habían grabado la previa, todo el partido ante Cobresal, los comentarios en los noticiarios, Zoom Deportivo, Más gol y Futgol. Asimismo, tenía los especiales de Don Balón y Minuto 90, más los suplementos deportivos de El Mercurio y La Tercera.
Luego de revisar todo el material del campeón 1994, mi rechazo hacia Universidad Católica se volvió más intenso, pues a los dichos de Pellegrini –que el campeonato estaba arreglado– se sumaban las palabras de Gorosito –quien disparó: “Yo salí campeón con Católica”–, además de la recusación al árbitro Carlos Robles por parte de los dirigentes del ex Club de Santa Rosa de Las Condes, como represalia a su conducción del clásico que se resolvió con gol de Salas. En ese contexto, desde Argentina llegaron los árbitros Javier Castrilli, Francisco Lamolina, Juan Bava y Ángel Sánchez para dirigir la Liguilla Pre Libertadores, que protagonizarían Católica, O’Higgins, Colo-Colo y Cobreloa.
El mini torneo era crucial, pues quien lo ganara acompañaría a la “U” en el difícil grupo con los colombianos Millonarios y Atlético Nacional. Tras una primera fecha en que Colo-Colo y O’Higgins igualaron 2 × 2 y Católica goleó 4 × 0 a Cobreloa, decidí acompañar a un amigo hincha del Cacique para el duelo de la segunda jornada ante la UC.
Ese 23 de diciembre de 1994, por primera y única vez, me ubiqué en el sector norte del Estadio Nacional estando Colo-Colo en cancha. Tras el preliminar, en que Cobreloa derrotó holgadamente a O’Higgins, me preparé para vivir la entrada de albos y cruzados a la cancha; tenía sentimientos encontrados. Ya me había tocado vivir partidos entre ambos rivales en un par de oportunidades y con empates: en 1987 –con goles de Osvaldo “Arica” Hurtado y Jaime Pizarro– y 1990 –a dos goles, con polémica mano de Rubén Martínez para el empate albo sobre la hora, en reunión doble a estadio lleno, donde los azules sufrieron las burlas de los rivales tras perder 1 x 2 con Cobresal, en el preliminar. Por entonces, fui testigo de esos partidos desde otras ubicaciones del estadio, que pese a estar pobladas de colocolinos, tenían un significado muy distinto al enigmático sector norte.
A pesar de que 41.785 personas estaban en el estadio, sentí una pasividad enorme por parte de los hinchas del Cacique. La Garra Blanca no era más que una centena de muchachos con escaso colorido e incapacidad de contagiar al resto de sus seguidores, mientras el equipo en cancha mostraba muy poco. Vi el partido en silencio y casi sin interés, aunque mis palpitaciones subían cada vez que Alberto Acosta fingía faltas o Gorosito reclamaba a los árbitros, lo que me incitaba a gritarles una gran cantidad de improperios. Finalmente, la Católica se impuso 2 × 1 con un golazo extraordinario de Raimundo Tupper, que fue más lindo aún gracias al vuelo fotográfico del Rambo Ramírez. Con ello, la UC obtuvo su cuarto subcampeonato en los últimos 6 años.