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Оглавление1 Cf . R.G.M NISBET -M. RUDD , A Commentary on Horace, Odes, Book I , Oxford, Oxford Univ. Pr., 1970: xix; NISBET , en Orazio. Enciclopedia Oraziana I: 217 (véase Bibliografía). En lo sucesivo citaremos esa obra colectiva con la sigla EO .
2 Véase NISBET , EO I, loc. cit .
3 SUETONIO , Vida de Horacio 1. No sigo en este pasaje, a diferencia de otros, la traducción que ofrece el volumen colectivo Biografías Literarias Latinas , Madrid, Gredos, 1985, vol 85 de esta Biblioteca Clásica Gredos, pág. 97.
4 El poeta sí nos habla de su nodriza Pulia en Od . III 4, 10; cf. NISBET , EO I: 217.
5 Livio Andronico (c. 284-c. 204 a. C.), natural de Tarento, esclavo y luego liberto en Roma, fue el padre de la literatura latina inspirada en la griega. Entre sus obras estaba una traducción de la Odisea de Homero, escrita todavía en el primitivo verso saturnio.
6 Véase la traducción de la semblanza suetoniana de Orbilio en el ya citado volumen colectivo Biografías literarias latinas (n° 81 de esta B.C.G.), págs. 48 s.
7 «Fra Statilio e Orazio», Riv. Filol. Istr. Class . 101 (1973): 442-450.
8 Cf . B. KYTZLER , EO I: 316; puede verse su traducción por G. GALÁN en Antología Palatina II. vol 321 de esta B. C. G., n° 668.
9 Traducción de G. GALÁN , op.cit . en la nota precedente, n° 674.
10 Según G. MAURACH , Horaz. Werk und Leben , Heidelberg, C. Winter, 2001: 9, con bibliografía reciente, frente a FRAENKEL 1957: 9, que sitúa la llegada a finales de agosto.
11 The Roman Revolution , Oxford, Oxford. Univ. Pr., 1985 [=19562 ]: 171 ss.
12 Véase DELLA CORTE , EO I:231-237.
13 Sigo a M. MALAVOLTA , EO I: 241; FRAENKEL 1957: 11, data la batalla hacia mediados de noviembre.
14 Pero cf. Sát . II 36 ss. y FRAENKEL 1957: 15. n. 5.
15 Así opina, entre otros, G. D’ANNA EO I: 259; pero en contra, por ejemplo, FRAENKEL , 1957: 118 s.
16 W. CLAUSEN , Historia de la Literatura Clásica II (Univ. de Cambridge), Madrid, Gredos, 1982: 347, la retrasa hasta el 35 a. C., algo que nos parece excesivo.
17 Cf . J. L. VIDAL , Introducción general a VIRGILIO , Bucólicas, Geórgicas, Apéndice Virgiliano , n° 141 de esta B.C.G.: 47 s.
18 «Il ritorno di Virgilio a Ercolano», Stud. It. Fil. Class . 82 (1989): 3-6.
19 Es el nombre mítico de Tarento, cuya región era proverbial por su riqueza.
20 Cf . A. LA PENNA , EO I: 792 ss.
21 Así en Vida 4, según la conjetur4a hinnulo de Oudendorp, seguida por F. DELLA CORTE en BO I: 5; cf . FRAENKEL , 1957: 16; para otras, véase B.C.G. n° 81, pág. 97.
22 Cf . nuestra nota a ese pasaje, con bibliografía; NISBET , EO I: 219.
23 Véanse el excelente artículo de ST. QUILICI GIGLI , EO I: 253 ss., y la página web www.humnet.ucla.edu/horaces-villa , que da cuenta de las excavaciones en curso a cargo de la Universidad de California.
24 Cf . nuestras notas a Epod . 9, la nota previa al mismo de L. C. WATSON , A Commentary on Horace’s Epodes , Oxford, Oxford Univ. Pr., 2003: 310 ss., y NISBET , EO I: 220.
25 «Quattro epodi extravaganti», Maia N.S . 42 (1990): 101 ss.
26 A Commentary on Horace, Odes, Book I . Oxford, Oxford Univ. Pr., 1970.
27 A Commentary on Horace, Odes, Book II , Oxford, Oxford Univ. Pr., 1978.
28 Recogido por D’ANNA , EO I: 259.
29 Cf . la traducción póstuma de C. MACLEOD , 1986, Horace, The Epistles . Roma, Ed. Ateneo: XV.
30 Véase la introducción de F. NAVARRO ANTOLÍN a su edición de Epístolas y Arte poética , Madrid. C.S.I.C. (Alma Mater), 2002: XV ss., con bibliografía.
31 A esta imagen parece responder, por ejemplo, el aserto de Sainte-Beuve que cita L. DESCHAMPS , EO II, 85: «No creo que haya habido nunca un escritor más feliz que Horacio».
32 Téngase en cuenta, sin embargo, lo dicho más arriba sobre la ausencia de Horacio en el grupo de Virgilio y sus amigos al que Filodemo había dedicado alguno de sus opúsculos epicúreos.
33 En contra de la tesis de la «conversión», debida a Courbaud, están, entre otros, L. P. WILKINSON , Horace and his Lyric Poetry , Cambridge, Cambridge Univ. Pr., 1951: 27 s.; W. D. LEBEK , «Horaz und die Philosophie: die ‘Oden’, en H. TEMPORINI -W. HAASE (eds.), Aufstieg und Niedergang der römischen Welt (ANRW ), II.31.3 (1981), Berlín-Nueva York, W. De Gruyter: 2035; G. CASERTANO , EO II: 97.
34 Puede verse un inventario de las comparecencias de las diversas divinidades en poesía de Horacio y de los diversos papeles que él les atribuye en T. OKSALA , EO II: 286 ss.
35 Véase nuestra nota introductoria a la citada Oda I 34.
36 Además del ya citado WILKINSON , véase el artículo de V. CREMONA en EO II: 599 ss., con un censo de los poemas más relevantes a este respecto y bibliografía, entre la que cabe destacar A. LA PENNA , Orazio e l’ideologia del principato , Turín, 1963.
37 Véase nuestra nota al Virgilio mencionado en Od . IV 12, 13, que no parece ser el poeta.
38 Véase J.-Y. MALEUVRE , La mort de Virgile d’aprés Horace et Ovide . París, Touzot, 1992; y de entre las numerosas recensiones que se ganó, la de H. BARDON , Latomus 55, 3 (1996): 673 s.
39 SUET ., Vida 7; sigo la traducción del vol. 81 de esta B.C.G., pág. 98.
40 Creo que aquí carminum hubiera quedado mejor traducido por «odas», de acuerdo con lo que sobre esas denominaciones diremos al inicio de nuestra Introducción a las Odas .
41 Véase nuestra nota introductoria al Canto Secular .
42 La denominación procede del gramático del s. IV Arusiano Mesio, según H. I. MARROU , Historia de la educación en la Antigüedad , Buenos Aires. EUDEBA , 1965. pág. 341.
43 Véanse L. D. REYNOLDS -N. G. WILSON , Copistas y filólogos (trad. M. SÁNCHEZ MARIANA ), Madrid, Gredos: 37, 45 ss; E. PÖHLMANN , Einführung in die Überlieferungsgeschichte der antiken Literatur, Bd. I: Altertum , Darmstadt, Wissenschaftliche Buchgesellschaft, 1994:. 67 s.; St. BORZSÁK , EO III: 17.
44 Véase P. R. DÍAZ Y DÍAZ , Varro, Bassus, luba ceterique antiquiores , vol. VII de los Scriptores Latini de re métrica (dir. J. Luque), Granada, Univ. de Granada. 1990: XV ss.
45 Cf . NISBET -HUBBARD 1970: xlvii; P. L. SCHMIDT , Der kleine Pauly, s. u .; GAMBERALE , EO III: 26.
46 Aunque NISBET -HUBBARD 1970: loc. cit ., lo consideran posterior a Aulo Gelio.
47 Cf . NISBET -HUBBARD 1970: loc . cit . De uno y otro comentario puede verse una edición actualizada por M. SPURIO y L. PARETTI en EO III: 693 ss. Véase también M. J. CANTÓ LLORCA , «Los comentarios antiguos de Horacio», en R. CORTÉS TOVAR -J. C. FERNÁNDEZ CORTE (eds.), Bimilenario de Horacio , Salamanca, Univ. de Salamanca, 1994: 349-357; BORZSÁK , EO III: 17 ss.
48 Véanse la excelente introducción de L. RIVERO a su traducción de Prudencio en el vol. 240 de esta B.C.G.: 86 s., con bibliografía; y A. V. NAZZARO , EO III: 59 ss.
49 Sospecho que el autor quiere hablar del hemiepes , el «medio hexámetro» (o mejor «medio pentámetro») que comparece en los metros epódicos de Horacio. El pasaje corresponde a la Introducción a la Crónica de Eusebio, prœf .
50 Recientemente publicado en esta B.C.G., vol. 359, en traducción de J. LUQUE y A. LÓPEZ EISMAN .
51 O, sin ir tan lejos, de nuestro colega A. SIERRA DE CÓZAR ; véase su contribución al vol. Humanitas, in honorem A. Fontán , Madrid, Gredos, 1992: 43.
52 Tomo la cita de E. STEMPLINGER, «Horatius», en PAULY -WISSOWA , Realencyclopedie der Altertumswissenschaft VIII 2, 1913: 2395.
53 Cf . T. PISCITELLI , EO III: 39 s., que se basa sobre todo en el clásico es-tudiode J. FONTAINE , Isidore de Seville et la culture classique dans l’Espagne wisigothique , París. Études Augustiniennes, 1959.
54 L. P. WILKINSON , Horace and his Lyric Poetry , Cambridge, Cambridge Univ. Pr., 19682 : 160. Parecida posición, como tantos otros en los tiempos en que escribía (1940), mantenía M. R. LIDA en su, por lo demás excelente, «Horacio en la literatura universal», recogido en La tradición clásica en España , Barcelona, Ariel, 1975: 259; más moderada, aunque en la misma línea, es la posición de Fr. BRUNHÖLZL Lexikon des Mittelalters , vol. V, Artemis, Munich-Zúrich, 1995: 124.
55 Véanse F. STELLA , EO III: 159 s.; C. O. BRINK , Horace on Poetry , vol. II, Cambridge, Cambridge, Univ. Pr., 1971: 4, 30.
56 Proemio a los Poetae Latini Aeui Carolini , t. III, Berlin, Monum.Germ. Hist .— Weidmann, 1964 [=1896]: 424, n. 3.
57 Einleitung in die lateinische Philologie des Mittelalters , Múnich, C.H. Beck, 1910: 113.
58 Así, entre otros, Fr. BRUNHÖLZL , op cit ., II, 1992: 315, frente a quienes lo datan en el siglo siguiente.
59 Geschichte der lateinischen Literatur des Mittelalters II, Munich, Fink, 1992. Véase también M.-B. QUINT , Untersuchungen zur mittelaterlichen Horaz-Rezeption , Frankfurt, P. Lang, 1988: 125 ss.
60 Cf . M. MANITIUS , Geschicte der lateinischen Literatur des Mittelalters II, Múnich, C.H. Beck, 1923: 689: Fr. BRUNHÖLZL , Geschichte der lateinischen Literatur des Mittelalters II, Múnich, Fink, 1992: 246.
61 Cf . el importante trabajo de K. FRIIS -JENSEN , «The Medieval Horace and his Lyrics», en W. LUDWIG (ed.), Horace. L’Oeuvre et les imitations. Un siècle d’interprétation , vol. XXXIX de los Entretiens sus l’Antiquité Classique , Vandoeuvres-Ginebra, Fondation Hardt, 1993: 257 ss.; reseña de estudios recientes en su momento acerca del Horacio medieval en 259 s.
62 Véase ante todo el excelente artículo de M. R. LIDA recogido en sus Estudios de Literatura Española y Comparada . Buenos Aires, EUDEBA , 1966: 1-13; además, las ediciones de R. M. THOMSON , Leiden, Brill, 1973 y de M. PÉREZ GONZÁLEZ , León, Univ. de León, 2001, que da cuenta de las aportaciones anteriores, incluidas las nuestras, y retrasa la cronología hasta los primeros años del s. XII. También merece leerse el artículo de G. ORLANDI en EO III: 240, aunque omite bibliografía importante.
63 L’ étude des auteurs classiques latins au Xie et XIIe siècles , vols. I-III, París, 1982-1989.
64 Horacio en España , t. I, Madrid, Pérez Dubrull, 1885, reedición en su Bibliografía Hispano-Latina Clásica VI, Santander, C.S.I.C., 1951: 40 s., por la que cito. No estará de más recordar que se trata de la más antigua referencia sobre la huella de Horacio en España que registra el gran humanista.
65 Véase T. GONZÁLEZ ROLÁN , «Horacio en el Medievo hispano», en D. ESTEFANÍA (ed.), Horacio, el poeta y el hombre , Madrid, Eds. Clásicas-Universidad de Santiago, 1994: 141-161, con bibliografía. Acerca de esta reminiscencia se muestra escéptico V. CRISTÓBAL en la Introducción a su Horacio. Epodos y Odas , Madrid, Alianza Ed., 20053 : 38 y n. 23; cf . su artículo «Pervivencia de autores latinos en la literatura española», Tempus 26 (2000): 35-41.
66 Como antes veíamos, la Vida (13), nos habla de unas elegías y de una carta en prosa que corrían bajo su nombre, pero que sin duda considera falsas.
67 Segunda edición en 1899-1925.
68 Por ejemplo, QUESTA , EO I: 329 ss.; BRUGNOLI -STOK , ibid .: 344 ss.
69 La 1a en 1939; la 5a y última en 1982.
70 The Literary Epistles of Horace, III: The ‘Ars Poetica ’, Cambridge, Cambridge Univ. Pr., 1971, fundamental para toda la tradición manuscrita de Horacio.
71 Pero véanse las dudas de Bischoff, en comunicación personal a QUESTA , EO I, 331 s.: sospechaba que podía ser posterior a la mitad del s. x y de origen francés.
72 En su recensión de la edición de Vollmer, en Class. Rev . 22 (1908), pág. 89 = Classical Papers II, Cambridge, 1972, pág. 722, citado por H. TRÄNKLE 1993: 12 (véase la nota siguiente)
73 H. TRÄNKLE , «Von Keller-Holder zu Shackleton Bailey. Prinzipien und Probleme der Horaz-Edition», en W. Ludwig (ed.), Horace. L’Oeuvre et les imitations ... Vandoeuvres-Ginebra, Fondation Hardt, 1993.
74 En L.D. REYNOLDS (ed.), Texts and Transmission , Oxford, Clarendon Press, 1983: 185.
75 Opiniones no tan optimistas pueden verse en TRÄNKLE 1993: 14 ss.
76 Seguiremos en lo esencial el artículo de R. ROCCA en EO I: 357 ss.
77 No vemos en el censo de R. ROCCA , EO I: 357 ss. una edición veneciana, impresa por Filippo di Pietro en 1478, que figura en los catálogos de la Biblioteca Nacional de Madrid.
78 Horatius ex recensione et cum emendationibus R. Bentleii , Cambridge. La 2a y 3a eds. aparecieron en Amsterdam en 1713 y 1728. Posteriormente fue reeditada en Leipzig (1764, 1826 y 1828) y en Berlín (1864); hay reimpresiones posteriores.
79 Véase también TRÄNKLE 1993: 5.
80 Para las posteriores reediciones, con actualizaciones de E. BURCK a los vols. I y III, véase nuestra Bibliografía.
81 Su nombre húngaro, Istvan, aparece lógicamente como Stephanus en la edición.
82 Véanse la recensión de NISBET en Gnomon 58 (1986): 61 ss; y el artículo de P. VENINI en EO III: 139.
83 DELZ , art. cit.: 496; véanse además las recensiones de NISBET , Class. Rev . 36 (1986): 227 ss.; RENEHAN , Classical Philology 83 (1988): 311 ss.; TRÄNKLE , 1993: 17 ss. BAILEY respondió a algunas de las críticas recibidas en «Horatian Aftermath», Philologus 134 (1990): 213 ss.
84 Véase el elogioso comentario de MENÉNDEZ PELAYO , 1885 I (= 1951 VI: 162), que también glosa los puntos en que los editores polemizan con las tesis de Bentley y otros filólogos posteriores. Sobre Arteaga, véase el prólogo de M. BATLLORI a su Obra completa castellana , Madrid, Espasa-Calpe, 1972; sobre la edición de Horacio trata en xxvi-xxix.
85 Tampoco tenemos noticia directa del contenido, genealogía y calidad de la edición publicada por el ilustrado asturiano don Carlos González de Posada, Catedrático en los Reales Estudios de San Isidro, que no hemos visto censada por MENÉNDEZ PELAYO , aunque no parece a priori que tenga mucho de original: Horatii Flacci poemata; cum commentariis Ioannis Minelli; praemisso Aldi Manutii De metri Horatianis tractatu ... impresa en Madrid, en 1776, por Miguel Escribano.
86 Entre esos traductores están, L. CANALI , P. BUFFALINI , y M. RAMOUS . En algunos casos ofrecen afortunadas versiones rítmicas de los metros horacianos: F. DELLA CORTE (Canto Secular ), E. MANDRUZZATO (Epístolas ) y (P. METASTASIO , ¡nada menos!, Arte Poética .
87 Huelga decir que hasta su fecha seguimos al ya citado M. MENÉNDEZ PELAYO , Horacio en España , I-II, Madrid, A. Pérez Dubrull, 1885, reeditado en el seno de su Bibliografía Hispano-Latina Clásica VI, Santander, C.S.I.C., 1951, así como los aditamentos reunidos por E. Sánchez Reyes en el vol. IV de esta última.
88 Cf. ibid . IV, 1951: 14 ss.
89 1885 I = 1951 VI: 137ss.; cf . 1951 IV: 124 ss.
90 Cf . el artículo de G. MAZZOCCHI , EO III: 147, que considera excesiva la «acrimonia» con que la criticó Andrés Bello. MENÉNDEZ PELAYO , 1885 I = 1951 VI: 265, menciona otras dos traducciones que no está claro que llegaran a aparecer.
91 R. ROCCA , en EO I: 369, le atribuye una a M. GIMENO GUARDIOLA , Barcelona, [Yunque], 1940; pero en realidad se trata de una breve antología bilingüe del poeta. Es la única que cita aparte de la de RIBER , que reseñamos más abajo.
92 La edición está datada en algunas fuentes en 1901. El traductor no puede ser otro que Tomás Meabe, malogrado poeta bilbaíno (1879-1915). Devoto militante nacionalista vasco en sus orígenes, se dedicó por orden de sus superiores a un intenso estudio de las doctrinas contrarias al mismo, a consecuencia de lo cual acabó en no menos devoto pionero del socialismo español. Al parecer, malvivió en el exilio de colaboraciones periodísticas y de traducciones. No hemos podido contrastar ésta que se le atribuye de Horacio, pero no pondríamos la mano en el fuego por ninguna de las publicadas en aquel tiempo para España por la casa Garnier, recordando lo que en Luces de Bohemia de VALLE -INCLÁN (ed. ZAMORA VICENTE , Madrid, Espasa-Calpe, Clásicos Castellanos, 1973, pág. 83) cuenta don Latino de Híspalis de que en sus tiempos parisinos traducía libros para esa editorial, y lo que no mucho antes (ibid . pág 48) su compañero Max Estrella afirmaba: «me acanallé perpetrando traducciones y haciendo versos».
93 El traductor, natural de Zaragoza, fue catedrático de Retórica y Poética en el Instituto de Castellón desde 1881 y prolífico traductor de clásicos latinos. Dan noticia de él las Bibliotecas antigua y nueva de escritores aragoneses de Latassa aumentadas y refundidas por don M. GÓMEZ URIEL (Zaragoza, Impr. de C. Ariño, 3 vols., 1884-1886), disponible ahora en la página web http://155.219.60.15/latassa/S/LatassaS2479html . La traducción, en prosa, nos parece bastante buena.
94 Versión en prosa, digna de estima, pese a singularidades como las de llamar «Versos» a las Odas y «Charlas» a las Sátiras . Reproduce en latín, sin traducirlos, los versos obscenos.
95 Es, como cabía esperar, una digna versión.
96 Reeditada en otras colecciones. Puede considerarse como una buena traducción.
97 Obra póstuma del gran helenista, es una versión muy meritoria por su estudiada imitación rítmica de los metros originales, aunque con las libertades —o servidumbres— propias de esa clase de traducciones.
98 Reproduce el texto latino de SHACKLETON BAILEY , pero con bastantes divergencias que se advierten previamente. La traducción, en «verso blanco» nos parece francamente buena, y muy bien documentado su amplio aparato de notas.
99 Recogemos aquí solamente la que estimamos de interés para el conjunto de la obra de Horacio. En las respectivas introducciones parciales a las obras daremos cuenta de las pertinentes exclusiva o principalmente a cada una de ellas. Tampoco daremos noticia de la bibliografía citada en nuestra Introducción general que haya quedado debidamente explicitada en ella, salvo que se trate de obras fundamentales.
100 Naturalmente, para datos más actuales remitimos a los Beilage trimestrales de bibliografía clásica que publica la revista Gnomon y a los anuales de L’Année Philologique .
101 H. TEMPORINI -H. HAASE (eds.), Aufstieg und Niedergang der römischen Welt . Berlín-Nueva York, W. De Gruyter.
102 Para las más antiguas y para más detalles sobre las citadas véanse supra. págs. 99 ss.
103 Es la 3a ed., revisada por el segundo. La primera databa de 1837-38. Hay una 4a ed. Revisada por W. HIRSCHFELDER y W. MEWES , Berlín, 1886 (reimpr. Hildesheim-Nueva York, Olms, 1973).
104 Hay una 2a ed. de 1899-1925.
105 Sobre esta edición comentada, que sigue siendo imprescindible, véase supra pág 109.
106 Recordamos al lector que la pervivencia de Horacio a partir del Renacimiento la trataremos en las introducciones parciales a cada obra, por lo que también será en ellas donde recogeremos la bibliografía correspondiente.
107 Esta «Edición Nacional» recoge obras muy anteriores, como su Horacio en España (1885), pero también notas y textos inéditos.