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El positivismo y el lenguaje de la investigación
ОглавлениеIndependientemente estemos o no de acuerdo con sus principios, no hay duda que existe consenso en que el positivismo es una doctrina que apunta hacia aspectos muy concretos y específicos dentro de la investigación científica, con reminiscencias de tres concepciones dentro de la historia de la ciencia: la baconiana (Roger Bacon), quien postula el desarrollo de la inducción científica y el método experimental, la galileana (Galileo Galilei) quien matematiza la observación y la experiencia, planteando la necesidad de interrogar la naturaleza del método experimental, y la cartesiana (René Descartes), quien desarrolla a partir de la duda, el examen de los problemas mediante el uso sistemático del análisis y la síntesis.
El término positivismo fue adoptado por primera vez por Saint Simon para designar el método exacto de las ciencias y su extensión. Pero su fama y difusión se debe al filósofo francés Augusto Comte (1978), quien en su obra el Curso de Filosofía Positiva fijó los principios básicos del positivismo:
♦ La ciencia es el único conocimiento posible y el método de la ciencia es el único válido, por lo tanto, recurrir a causas o principios no accesibles al método de la ciencia, no originará conocimientos y la metafísica que precisamente recurre a tal método, carecerá de todo valor.
♦ El método de la ciencia es puramente descriptivo, en el sentido de que describe los hechos y muestra sus relaciones constantes, que se expresan mediante las leyes y permiten la previsión de los hechos mismos o en el sentido que muestra la génesis evolutiva de los más complejos partiendo de los más simples.
♦ El método de la ciencia, que es el único válido, se extiende a todos los campos de la indagación, de la actividad humana y la vida humana en su conjunto, ya sea particular o asociada, debe ser guiada por dicho método.
Auguste Comte es el artífice del Positivismo, una escuela y un método que con los años se convertiría en el fundamento epistemológico no sólo de algunas posturas que actualmente identificamos con el estudio de la ciencias naturales, sino una concepción investigativa dominante y determinante en el ámbito científico, y que hoy día se le moteja con el nombre de ciencia oficial o positiva. Pero con los años la postura positivista se diversificó y se amplió en la medida de las exigencias y el desarrollo del campo científico y tecnológico, y dio nacimiento a las corrientes neo-positivistas, entre las cuales se destacan el positivismo lógico, positivismo ideológico, el positivismo metodológico o conceptual, positivismo analítico, positivismo sociológico, positivismo realista, etc. El positivismo lógico se constituye en una de las corrientes predominantes de filosofía de la ciencia, la cual surgió durante el primer tercio del siglo XX, como resultado del trabajo realizado por un grupo de científicos y filósofos que constituyeron el célebre Círculo de Viena. Aunque oficialmente no perteneció a este grupo, al destacado filósofo alemán Karl Popper se le reconoce como un positivista lógico, pero con características muy propias. Popper afirma que la ciencia no avanza confirmando teorías solo observando, sino demostrando que contradicen la experiencia. Esto es, según él, a grandes rasgos, el falsacionismo. Popper critica severamente el inductivismo y lo desbanca de la filosofía de la ciencia moderna mediante la lógica y las tesis del falibilismo. Es más, demuestra que el justificacionismo científico es incorrecto debido a que los enunciados observables (empíricos) no pueden ser probados, sino que simplemente pueden ser aceptados o rechazados atendiendo a las teorías experimentales, instrumentos y criterios racionales comúnmente aceptados en el momento.
El positivismo como concepción de la sociedad va a percibir el orden social y natural, sobre la base de los siguientes principios:
♦ La sociedad está regida por leyes naturales, independientes de la voluntad humana, invariables y que manifiestan una armonía natural en la vida social.
♦ Los fenómenos sociales se deben observar y explicar causalmente (con independencia de los juicios de valor ideológicos, de los prejuicios y preconceptos) lográndose así la neutralidad y objetividad que posee las ciencias de la naturaleza.
♦ El naturalismo positivista asegura la asimilación epistemológica de la sociedad a la naturaleza, la unidad metodológica de todos los campos científicos, la ciencia unificada.
Algunos críticos de los investigadores que han adoptado los métodos cualitativos como regla principal de su trabajo, consideran que esta tendencia carece de un soporte filosófico único que fundamente teóricamente sus formas de trabajo, ya que el denominado método fenomenológico, cuya figura más destacada fue E. Husserl, no reúne todos los componentes que permitan caracterizar o reconocer sus posturas metodológicas. De ahí que se hayan utilizado los planteamientos de autores muy diferentes para darle soporte al paradigma cualitativo, todos los cuales tienen en común la oposición decidida que asumen frente al positivismo y al neopositivismo, entre los cuales se destacan Weber, Dilthey, Derrida, Schutz, Gadamer, Morin, Bachelard, Bourdieu y numerosos otros. Independientemente de las discrepancias que podamos tener o no frente al positivismo, no hay duda que la mayoría de los autores le reconocen a esta postura unidad y coherencia, de las cuales carecen las corrientes cualitativas, permitiéndole convertirse en el paradigma dominante de la ciencia moderna. Quienes trabajan en las ciencias sociales y humanas, han tenido serios problemas para elaborar una concepción única que reúna todas las variantes que posee un supuesto paradigma que se nutre de fuentes filosóficas y epistemológicas muy diferentes.