Читать книгу Retos de las migraciones de menores, jóvenes y otras personas vulnerables en la UE y España. Respuestas jurídicas desde la perspectiva de género - Javier Durán Ruiz Francisco - Страница 26

V. CONCLUSIONES Y DISCUSIÓN

Оглавление

El mayor número conocido hasta la fecha de niñas, niños y adolescentes no acompañados solicitantes de asilo en la Unión Europea se registró en 2015 y a partir de entonces esta cifra ha ido descendiendo año a año. Suecia fue el principal país europeo receptor de solicitudes en dicho año, Alemania en 2016 e Italia en 2017. En 2018 y 2019 es notable el descenso de solicitudes de asilo de menores de 18 años no acompañados/as en estos dos últimos países, a la vez que se produce un discreto aumento de solicitudes en Reino Unido y Grecia. En 2019, Afganistán, Siria, Paquistán son los principales países de origen de estos niños y niñas no acompañados solicitantes de asilo en la Unión Europea33.

En España, el número más elevado de llegadas de niños y niñas no acompañados por vía marítima de las dos últimas décadas se produce en 2018. En los últimos años, el número de llegadas de niños y niñas no acompañados es mayor que el acompañados/as de familiares o personas adultas responsables de su cuidado. A 31 de diciembre de 2019 se encontraban en los servicios de protección de menores del país 12.471 personas menores de 18 años migrantes no acompañadas, lo que supone un descenso respecto al año anterior y una ruptura de la tendencia creciente que se venía observando desde 2015. Andalucía es la comunidad autónoma con mayor número de niños y niñas migrantes no acompañados acogidos, seguida de Cataluña, Melilla y País Vasco. Respecto al asilo o la protección internacional de niños y niñas no acompañados, sorprende el muy bajo número de solicitudes en España, si bien ha crecido algo en los últimos años hasta alcanzar las 98 en 2019; el 28% de las mismas son de niños y niñas no acompañados procedentes de Siria. En 2020, como era de esperar dadas las políticas de cierre de fronteras asociadas al control sanitario de la pandemia de COVID-19, solicitaron protección internacional en España un 29% menos de niños, niñas y adolescentes que el año anterior y un 25% menos de personas de todas las edades34.

Andalucía ha sido la principal puerta de entrada al país de los niños y niñas migrantes no acompañados a lo largo de las dos últimas décadas, es por ello que también en 2018 registra el número más elevado de nuevos ingresos de menores migrantes en el Sistema de Protección (7.783) y una tendencia descendente en los dos años siguientes. En 2020 la cifra de nuevos ingresos de personas menores de 18 años no acompañadas en el SPM no supera el millar y se asemeja a las registradas en el primer lustro de la década de 2010. Cádiz es la provincia que tradicionalmente recibe mayor número de llegadas de estos niños y niñas migrantes. Marruecos es sin duda el país de origen mayoritario, seguido en 2019 de Guinea, Costa de Marfil y Mali. En cuanto a las bajas de migrantes del Sistema de Protección de Menores andaluz, desde 2014 se observa una tendencia creciente en la proporción de abandonos voluntarios hasta 2018, año en el 3 de cada 4 bajas son por este motivo. En 2019 y 2020 desciende el porcentaje de este tipo de abandonos. Las diferencias de género en los motivos de las bajas son notables, la proporción de bajas por reunificación familiar en España es 28 puntos porcentuales mayor entre las chicas y la de abandonos voluntarios 25 puntos más elevada entre los chicos (SIME, 2021).

Las tendencias en las políticas migratorias europeas en el Mediterráneo como las inversiones en control fronterizo, la externalización de fronteras y su militarización, las trabas a la intervención de ONG en salvamento marítimo, el fortalecimiento de Frontex, etc., inevitablemente afectan a la movilidad de las personas migrantes y esto se ve reflejado en cambios en las cifras de niños y niñas no acompañados. Tanto en la curva de llegadas por vía marítima a España como en la de nuevos ingresos en el SPM de Andalucía se observan descensos en periodos de refuerzo de las políticas de control fronterizo en el Estrecho y en el norte de Marruecos (2003-2004, 2019-2020) o durante los ciclos de recesión económica (2008–2015). En el caso de Andalucía, los años de menor movimiento (en los que el número de nuevos ingresos en el SPM de migrantes no acompañados/as es menor que el de acogidos a 31 de diciembre) son precisamente 2010, en plena crisis económica, y 2020, en plena crisis pandémica. La recesión económica en España castigó especialmente a los jóvenes procedentes de Marruecos y de otros países africanos con elevadísimas tasas de desempleo35. Aún no se dispone de datos para valorar en profundidad los efectos de la pandemia de COVID-19 en estas migraciones infantiles y juveniles, aunque seguramente es Canarias en 2020 la Comunidad Autónoma española que ha recibido mayor número de menores migrante no acompañados/as36.

Algunas limitaciones metodológicas para la medición de este fenómeno migratorio ya se han señalado al inicio del apartado sobre la Unión Europea. En España y concretamente para Andalucía, las cifras del Registro de MENA citadas por la Fiscalía General del Estado y las del Sistema de Información de Menores Inmigrantes de la Junta de Andalucía no siempre coinciden. Así, pueden observarse discrepancias en el número de niños y niñas migrantes no acompañados acogidos a 31 de diciembre o en el número de repatriaciones o reunificaciones en origen37. Se producen subestimaciones numéricas, por ejemplo, en el bajo número de chicas migrantes no acompañadas identificadas por los servicios de protección u oficinas de asilo, lo que refleja precisamente su invisibilización, dadas las particulares formas de migración de estas niñas y –en ciertos casos–su dependencia de redes de trata de seres humanos. Asimismo, existen personas menores de 18 años que son consideradas mayores de edad tras la aplicación de unas pruebas de determinación de la edad imprecisas38, y otras que prefieren declararse mayores de edad como una estrategia que facilita en determinados contextos su movilidad39. Pero también se producen sobreestimaciones o contabilización doble de un mismo niño o niña40.

A pesar de estas y otras dificultades, sigue siendo necesario medir el alcance numérico de estas migraciones de niños, niñas y adolescentes para poder planificar y dotar recursos residenciales, educativos, sociales, sanitarios, etc. que permitan la mejor atención a estas personas no acompañadas y de este modo, garantizar los derechos que les corresponden como menores de edad, como migrantes y como seres humanos. Además, conocer las cifras de niños, niñas y adolescentes migrantes no acompañados y su evolución longitudinal ayuda a rebatir con argumentos algunos de los prejuicios ideológicos que desgraciadamente abundan en nuestro contexto, alimentados por ciertos grupos políticos y medios de comunicación. Ni se asiste a una supuesta “avalancha” o “efecto llamada” de menores migrantes no acompañados, como ha podido verse en las tendencias decrecientes de los últimos años, ni abundan los que cometen delitos, como demuestra el anecdótico número de bajas del SPM andaluz por este motivo.

Para futuras investigaciones queda pendiente la necesidad de analizar las cifras de detenciones de niños, niñas y adolescentes migrantes no acompañados en Centros de Internamiento de Extranjeros u otros dispositivos de encierro en Europa y en España, que siguen produciéndose pese a los diversos llamamientos para acabar con estas prácticas contrarias a los derechos de la infancia41. También es clave lograr mayor transparencia en los datos sobre permisos de residencia y trabajo concedidos a estos/as menores migrantes no acompañados/as, para poder estudiar denegaciones, retrasos en concesiones, retiradas al cumplir la mayoría de edad y otras actuaciones que perjudican sin duda la inclusión social de estos chicos y chicas.

Retos de las migraciones de menores, jóvenes y otras personas vulnerables en la UE y España. Respuestas jurídicas desde la perspectiva de género

Подняться наверх