Читать книгу Manual profesional del masaje - Jesús Vázquez Gallego - Страница 14

Оглавление

C A P Í T U L O

9

MASAJE SUECO (MASAJE CLÁSICO)

Dr. J. Vázquez Gallego

El masaje sueco es el masaje más común y más extendido en el mundo occidental. Desde finales del siglo XIX y principios del XX dejó de ser masaje sueco específicamente, para pasar a ser el que podríamos denominar “masaje tradicional europeo” o “masaje terapéutico”, si bien con el paso del tiempo ha evolucionado sensiblemente.

El nombre de “masaje sueco” procede de la persona que lo desarrolló, el profesor de gimnasia y maestro de esgrima sueco Per Henrik Ling (1776-1839). Fueron sus colaboradores y sucesores los que dejaron más obra escrita sobre la técnica que Ling denominó “gimnasia médica”, creada en un principio por el autor para mejorar la condición física, que se divulgó rápidamente por Europa (por Kellgren, Kleen, M. Le Ron) y América (por los hermanos Charles y George Fállete Taylor).

Ling dio a conocer su sistema hacia el año 1800, fundando la escuela The Royal Institute of Gymnastic en Estocolmo (1813), después de viajar por Francia, Alemania y China, donde observó los masajes nativos, que aplicó sobre sí mismo con la intención de curarse una artritis reumatoide que padecía. Como profesor de gimnasia, asociaba las maniobras de masaje al ejercicio. Los denominaba:

Movimientos activos, realizados por el paciente.

Movimientos asistidos, realizados con ayuda del terapeuta, que tienen otra modalidad de resistidos.

Movimientos pasivos realizados por el terapeuta y que comprendían movimientos y masaje.

El masaje sueco es realizado totalmente por las manos del terapeuta. Es un masaje vigoroso, intuitivo y muy técnico. Estas características le permiten estimular la circulación de la sangre en los tejidos blandos tratados, esencialmente el músculo (al que va especialmente dirigido), siendo una de sus características y objetivos el alivio de la tensión muscular. Ling y sus seguidores lo utilizaban únicamente sobre lesiones del aparato locomotor. Posteriormente su aplicación se extendió a patologías de otros aparatos y sistemas.

Utiliza inicialmente los acariciamientos, seguidos de los golpeteos, amasamientos, fricciones y palmoteos para el masaje profundo.

La intención inicial era actuar sobre el músculo con las maniobras que describiremos, pero pronto se observó que éstas tenían a la vez un efecto secundario sobre el sistema circulatorio general, el nervioso, etc.

Al relajarse, el músculo consigue transmitir señales al cerebro, el cual libera sustancias químicas que reducen el dolor y el estrés, con lo que se crea una agradable sensación de bienestar.

LAS CINCO MANIOBRAS BÁSICAS DEL MASAJE SUECO

• Effleurage: acariciamiento.

• Petrissage: amasamiento.

• Friction: fricción.

• Tapotement: percusión, pellizcamiento.

• Vibration: vibración.

La forma del movimiento, su intensidad, dirección, profundidad y efecto son los factores que diferencian las maniobras.

ACARICIAMIENTO

El acariciamiento es la maniobra inicial para comenzar el masaje, mientras extendemos a la vez la crema, el linimento o el aceite. También se aplica como maniobra de enlace entre fases intermedias o como maniobra final (fig. 9.1).

En esta maniobra las manos se deslizan a una velocidad lenta, suavemente y superficialmente. Así, el masajista adapta sus manos a la zona del cuerpo que vaya a trabajar, moldeando el cuerpo del paciente. Pueden ser pases cortos o largos realizados a todo lo largo del músculo de un miembro o de la espalda. Deben ser movimientos acompasados, rítmicos y sin interrupción. Las manos del masajista se mantienen en contacto constantemente con el cuerpo.

Cada sesión de masaje empieza y termina con los acariciamientos, que se hacen siempre en dirección al corazón, es decir, de forma centrípeta. Una vez que hemos aumentado la circulación sanguínea y linfática, podemos pasar a la siguiente maniobra.


Figura 9.1. Acariciamiento

El acariciamiento puede ser lento y superficial (inicialmente), vigoroso y más profundo o penetrante al final, es decir, va de superficial a profundo.

En general el acariciamiento suele ser un movimiento inicial “para grandes superficies”.

AMASAMIENTO

El amasamiento es la técnica que más se utiliza para mejorar la circulación del músculo. Es también la técnica que más les cuesta asimilar a los principiantes, ya que, al comenzar las prácticas, tienden a pellizcar los músculos en lugar de a levantarlos y trabajarlos con los pulgares y el resto de los dedos.

La técnica de amasamiento es la misma que cuando se amasa pan, teniendo como objetivo elevar los tejidos sobre el plano más profundo, movilizarlos y soltarlos. Se usa preferentemente en grupos musculares grandes como muslos, glúteos, trapecio, deltoides, dorsal, etc.

El amasamiento se realiza a lo largo y ancho de los músculos, siempre con el mismo ritmo. Al apli-carlo se debe intentar realizar una buena presa de los músculos pero evitando pellizcarlos. Tras realizar las primeras fases, se amasa con la palma de la mano con movimientos circulares a lo largo de los músculos. La mano izquierda sigue la dirección de las agujas del reloj. La derecha sigue una dirección contraria. La dirección no tiene por qué dirigirse hacia el corazón.

El amasamiento, además de estimular la circulación, contribuye a romper adherencias del músculo y a dispersar las toxinas que contiene.


Figura 9.2. Amasamiento

El objetivo del amasamiento es movilizar en bloque los músculos, el tejido celular subcutáneo y la piel (fig. 9.2).

En el masaje actual el amasamiento tiene numerosas variantes.

FRICCIÓN

La fricción implica generalmente pequeños movimientos longitudinales o circulares realizados de tal forma que un plano anatómico, generalmente superficial, se deslice sobre el subyacente, situado más profundo (fig. 9.3).

La palma de la mano puede usarse en zonas grandes del cuerpo, mientras que en zonas con gran masa muscular pueden utilizarse los nudillos. La fricción en el masaje se hace lentamente, evitando el deslizamiento de los dedos. Alternativamente, mientras trabajamos primero masajeamos con los pulgares usando el resto de los dedos como soporte, y después al revés, masajeamos con los dedos y nos apoyamos en los pulgares.

En zonas grandes del cuerpo pueden usarse las palmas de las manos, nudillos, puños, codos o antebrazos. El masaje de fricción es ideal para áreas pequeñas como las manos y los pies y pequeños músculos de la columna.

Esta técnica, que es analgésica, además estimula la circulación, activa los vasos sanguíneos, tonifica el músculo estriado voluntario y libera de tensión las capas profundas. De esta forma aumenta la capacidad de consumo de oxígeno en el músculo.

Cuando termina el masaje de fricción pasamos a la maniobra siguiente, si está indicada.


Figura 9.3. Fricciones

PERCUSIÓN Y PELLIZCAMIENTOS

La tercera maniobra de una sesión de masaje sueco suele ser las percusiones o sacudidas, que son las maniobras más enérgicas, cuyos efectos son eminentemente excitantes o estimulantes. De todas formas, para los músculos de un deportista o para cualquier tipo de músculo, lo indicado es ejecutar percusiones ligeras o sacudidas de las masas musculares entre el pulgar y el resto de los dedos hasta conseguir el resultado deseado (fig. 9.4).

Los pellizcamientos (fig. 9.5) y percusiones, al transmitir a los tejidos un calculado temblor o sacudida rítmicos, calientan más y mejor el músculo al provocar en él una gran vasodilatación y entrada de sangre arterial, ya iniciada con el amasamiento, por lo que es recomendable esta maniobra para el final de la sesión.

Las percusiones son movimientos eminentemente estimulantes más que relajantes. La técnica se basa en aplicar presiones perpendiculares a la zona problema, alternando ambas manos, de manera rítmica, que se separan del segmento tratado.


Figura 9.4. Percusión


Figura 9.5. Pellizcamiento

Los golpes, o percusiones, se realizan con la mano extendida, con el canto de las manos, con las manos ahuecadas, con los puños, con el dorso de las manos o con la yema de los dedos.

VIBRACIONES

Con esta maniobra se trata de propagar un movimiento tembloroso, perpendicular, a los tejidos transmitiéndoles una onda vibratoria a través de las manos o de los dedos (fig. 9.6).

Se realiza con una o ambas manos, usando la superficie palmar completa o las yemas de los cuatro últimos dedos.

El movimiento consiste en pequeñas vibraciones, a gran frecuencia, del brazo y antebrazo que se transmiten a las manos y de éstas al tejido sobre el que se encuentran en contacto.

Pueden ser estáticas, en las cuales las manos no dejan el contacto con la piel, o se avanza con las manos a otros campos.

Se las puede realizar sobre el abdomen o la caja torácica para estimular los órganos internos.

Si se desea que la sesión de masaje tenga efectos relajantes y sedantes, debe terminarse tal y como se inició, con un acariciamiento amplio, lento y superficial. Si se pretende estimular el músculo, el acariciamiento debe ser más profundo y rápido.

Al terminar la sesión, muchos profesionales que practican el masaje sueco dejan al paciente durante unos minutos bien abrigado para que se relaje y observe los efectos físicos y psíquicos del masaje.


Figura 9.6. Vibraciones

Una sesión típica de masaje sueco suele durar entre 30 y 60 minutos. Los aceites o linimentos empleados sirven para facilitar el deslizamiento de las manos del terapeuta a fin de que los movimientos alcancen mayor suavidad y fluidez. Suele ser un masaje general, aunque en ocasiones se centran en determinadas zonas más problemáticas.

Como resumen, cabría argumentar las siguientes conclusiones acerca de las maniobras del masaje clásico sueco:

Las técnicas de acariciamiento y amasamiento conducen a una estimulación de la circulación, tanto la sanguínea (especialmente) como la linfática, con un aumento de la superficie de intercambio sanguíneo en los tejidos tratados.

Las técnicas de pellizcamiento y vibración son eminentemente estimulantes del músculo y secundariamente refuerzan la acción vasodilatadora de las dos primeras.

La fricción es esencialmente una maniobra analgésica, puede destruir células edematizadas y jóvenes, ablandar cicatrices y desbridarlas provocando reacciones vasodilatadoras secundarias (histamina, acetilcolina), de ahí su aplicación en miogelosis, cicatrices, adherencias, etc.

Paradójicamente, una de las características negativas que se achaca a este masaje es la pobreza de maniobras. Así, mientras que el quiromasaje del Dr. Vicente Lino Ferrándiz describe hasta 62 movimientos distintos, el masaje sueco, como hemos visto, utiliza inicialmente cinco maniobras básicas.

Al tener tan poca variedad de maniobras, se echa de menos en el masaje sueco algunos movimientos sumamente valiosos e importantes para el tratamiento de ciertas patologías: pases digitales, pases neurosedantes, vaciamientos venosos, frotaciones, tecleteos, palmoteos, cacheteos, etc., todos ellos muy utilizados en quiromasaje y en nuestras escuelas de masaje terapéutico.

Los efectos del masaje sueco, que aquí resumimos, pues se describen ampliamente en otro capítulo, son esencialmente: analgésicos, vasculares (arteriales, venosos y linfáticos) y reflejos. Todos ellos derivan de la acción mecánica, más o menos prolongada, que las manos del terapeuta ejercen sobre los tejidos alcanzados. A estos efectos mecánicos fundamentales habrá que sumar el efecto psicológico y el emocional, que se encuentran en relación con la sensación de analgesia y relajación.

Manual profesional del masaje

Подняться наверх