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QUIROMASAJE
Dr. J. Sagrera Ferrándiz
HISTORIA
Con la introducción de numerosas técnicas de masaje y su auge en los últimos años dentro de los campos terapéuticos, estéticos y deportivos, creo que es justo un capítulo aparte para comentar la técnica del quiromasaje.
Como alumno, hijo adoptivo y médico ayudante del creador de dicha técnica, pienso que puedo clarificar un poco las ideas, haciendo en primer lugar una breve reseña histórica.
Fue el médico naturista Dr. Vicente Lino Ferrándiz, nacido en 1893 en el pueblo alicantino de Orcheta, aunque trasladado a Barcelona pocos años después, hijo de un sastre y miembro de una gran familia numerosa, el auténtico creador de esta modalidad de masaje. Enfermo de tuberculosis, viajó a Suiza, al sanatorio de Leman, donde a la par seguía un tratamiento y trabajaba para pagar su mantenimiento.
Después de la Primera Guerra Mundial entró en contacto con el Dr. Forest y el Dr. Kellogg de EE.UU., con quienes aprendió las técnicas de masaje europeo (alemán y austríaco) y oriental gracias a los chinos y japoneses que vivían en EE.UU. Volvió a Barcelona, donde puso en práctica las técnicas naturistas en sus pacientes y, entre ellas, el masaje.
Estudió la carrera de medicina, se doctoró y aproximadamente hacia el año 1943 recopiló, clasificó y ordenó las maniobras conocidas de masaje, las clasificó y numeró, y dio a su técnica el nombre de quiromasaje para diferenciarla de las demás. Esta palabra proviene del griego quiros, que significa mano.
Fundó la Escuela Española de Quiromasaje, primera en España, donde poco a poco fue formando a sus alumnos.
Tuve la suerte de ser becario del Dr. Ferrándiz, tanto en la escuela de masaje como para realizar la carrera de medicina, alternando los estudios con el trabajo de quiromasajista y profesor de su escuela.
En 1975, y debido a no tener sucesión en su trabajo, fui adoptado notarialmente y trabajé en su consulta como médico adjunto, y en la escuela como profesor; así continué hasta el año 1981, en el que el Dr. Ferrándiz falleció en Barcelona a la edad de 88 años.
Después inauguré mi propia consulta y escuela, en las que realizo mi trabajo personal como médico y formador en la Escuela de Masaje Manual.
La técnica del quiromasaje deriva del masaje sueco clásico, con las innovaciones que introdujo el Dr. Ferrándiz y con los cambios que durante este tiempo he ido aplicando para conseguir un estilo propio, como protocolo y sistema de trabajo.
Podemos decir que su campo de actuación es de forma indistinta el terreno de la relajación, el terapéutico, el deportivo o el estético, pudiendo complementarse con otras técnicas y/o maniobras, e incluso con aparataje específico.
Será fundamental el trabajo del quiromasajista previo al tratamiento, realizando los ejercicios de gimnasia de manos que harán que las articulaciones y los músculos de sus dedos y manos estén en condiciones óptimas para realizar un masaje. Pero lo cierto es que no sólo debemos pensar en las zonas que utilizamos como aplicación directa de esta técnica, sino que también hemos de tener en cuenta que vamos a necesitar relajar la musculatura del tronco y de las extremidades inferiores para tener una mejor predisposición en la ejecución de nuestro trabajo. Esto se consigue con estiramientos generales de la musculatura y sólo estos detalles de preparación harán que nuestras posibilidades de lesión por movimientos repetitivos (tendinitis, sobrecargas, contracturas por posturas inadecuadas, etc.) se vean reducidas.
PUNTOS CLAVE PARA UN BUEN PROTOCOLO DE MASAJE
1. Ficha de masaje.
En ella introduciremos los datos del usuario que nos puedan interesar, como por ejemplo: datos personales, posibles alergias, existencia de algún dolor, de patologías, de signos de exclusión, consentimiento escrito, etc.
2. Preparación del usuario.
Le explicamos qué zonas corporales vamos a masajear, le enseñamos la posición a adoptar en la camilla y lo colocamos en la posición más adecuada según la zona a trabajar, pero teniendo en cuenta la protección de ciertas zonas como la lumbar o la flexión de las rodillas en los tratamientos en decúbito supino.
3. Maniobras de preparación.
• Toma de contacto: es importante el reconocimiento del tono muscular, así que palparemos su musculatura paravertebral, hombros y extremidades en busca de una variación en dicho tono muscular. Esta variación hará que optemos por un masaje más superficial o más profundo.
• Pases magnéticos sedantes: Son movimientos que efectuamos con todos los dedos colocados en semiflexión. Son pases de ejecución lenta y superficial, con dirección centrífuga y con efecto relajante.
• Vaciaje venoso: esta maniobra consiste en disminuir la circulación cutánea para que cuando efectuemos maniobras de mayor profundidad como los amasamientos o las percusiones no provoquemos la aparición de petequias o hematomas.
4. Los amasamientos.
• Amasamiento digital: puede considerarse este movimiento como uno de los más importantes dentro del quiromasaje, ya que interviene en todos los tratamientos de éste, por pequeña que sea la zona. Puede trabajarse con todos los dedos o con uno solamente, dependiendo de la zona en la que debamos operar.
Consiste en efectuar pequeños círculos con las yemas de los dedos de forma alternada, siendo estos independientes los unos de los otros, es decir, cada dedo realiza su círculo correspondiente. La mano ha de colocarse de forma cóncava, de manera que sólo toquen al paciente las yemas de los dedos, y los dedos ligeramente sepparados y flexionados (fig. 10.1).
Figura 10.1. Amasamiento digital
La finalidad de esta manipulación es la de actuar en la zona tratada el riego sanguíneo, ya que al amasar la musculatura procuramos una mayor afluencia de sangre, que servirá para nutrir mejor la región tratada.
Cualquier alteración, sea de tipo nervioso, postural, reumático, etc., produce un aumento del tono muscular por encima del nivel máximo, apareciendo lo que denominamos contractura. Los amasamientos servirán para disminuir la contractura y por tanto aliviar o disminuir el dolor, amasando las fibras musculares y dándoles mayor circulación y por tanto mayor elasticidad.
• Amasamiento digitopalmar o palmodigital: este amasamiento se realiza con la palma de la mano y con el dedo pulgar especialmente, todo bien adherido a los músculos y sin levantar estos en ningún momento. Se asciende o desciende la mano por la zona a tratar, estrujando y soltando los músculos como si de una esponja se tratara para que, al extraer la sangre que hay en esa zona mediante la presión sobre el músculo, al soltarla acuda sangre nueva y la nutra.
Hay que tener en cuenta la zona que vamos a tratar, porque no debemos ejercer el mismo grado de presión en todas las zonas; en unas debemos aplicar una intensidad superficial, mientras que en otras la intensidad será más profunda, según los grupos musculares que trabajemos y fundamentalmente el dolor que el usuario pueda sentir en esa zona (fig. 10.2).
Figura 10.2. Amasamiento digitopalmar
• Amasamiento nudillar: manipulación que se efectúa con el pulpejo del dedo pulgar y el lateral adyacente del dedo índice, flexionado en forma de gatillo. Entre ambos dedos se forma una especie de pellizco, y en el momento de máxima presión el tejido estrujado debe tener una forma de “S” itálica. La finalidad de esta maniobra es semejante a la del amasamiento digitopalmar, pero ésta es mucho más precisa que la anterior, ya que se realiza amasando pequeñas porciones de músculo. Se aplica en cualquier lugar del cuerpo, especialmen-te sobre la columna vertebral (para poder trabajar sobre las apófisis espinosas de las vértebras), tendón de los músculos isquiotibiales y/o tendón de Aquiles (fig. 10.3).
Figura 10.3. Amasamiento nudillar
• Amasamiento nudillar total: es igual que el amasamiento nudillar, pero empleando todos los dedos de la mano, de forma flexionada y de manera que nos permita apoyar la segunda falange. Se busca que la masa muscular esté entre los nudillos para poder amasarla. Se aplica especialmente en la espalda y extremidades.
• Amasamiento pulpopulgar: esta maniobra se aplica con el pulpejo de los dedos pulgares, realizando círculos de forma alternada. Está indicado para trabajar zonas articulares como rodillas, carpos, región sacra y zonas pequeñas de miogelosis (zonas de crepitación a nivel muscular). Debe aplicarse siempre después de los otros amasamientos (fig. 10.4).
Figura 10.4. Amasamiento pulpopulgar
5. Percusiones.
Su objetivo es tonificar la musculatura y el sistema nervioso. Se las puede aplicar de diferentes formas, según nuestra destreza o necesidad, y así podemos diferencia las siguientes:
• Palmada cóncava: se percute con la mano cóncava.
• Palmada o palmoteo plano: se percute con toda la superficie de la mano.
• Palmada digital con fricción: se percute con los dedos y al mismo tiempo se realiza un arrastre.
• Cachete cóncavo: aquí cambia la posición de la mano en relación con la palmada cóncava, pero el efecto es el mismo. Se realiza con el puño entreabierto.
• Cachete cubital: se aplica con el borde cubital de la mano.
6. Maniobras para arrastrar la circulación.
Una vez creada una cierta hiperemia con los amasamientos y las percusiones, podemos aplicar vaciajes venosos para disminuir el contenido sanguíneo de la zona y maniobras como:
• Roces digitales o roces digitales circunflejos: nos ayudan a arrastrar la sangre acumulada en la zona de trabajo.
7. Otras maniobras.
Dependiendo del efecto que se quiera conseguir con el tratamiento, podemos aplicar además:
• Pellizcos: estimulan la circulación creando hiperemias de forma rápida.
• Fricción: se utiliza para aumentar la temperatura a nivel de la piel.
• Vibraciones: mediante una contracción voluntaria de los músculos del brazo y antebrazo, conseguimos provocar un temblor o estremecimiento, que repercute en el metabolismo muscular.
8. Maniobras específicas.
Son ciertas maniobras que aplicamos de forma esporádica dependiendo del efecto que queramos conseguir en el usuario:
• Descontracción de glúteos: presión simultánea con rebote sobre las masas glúteas.
• Paso del oso: presión alternada que aplicamos de forma lenta preferentemente sobre la musculatura posterior de la espalda y extremidades inferiores para conseguir una acción de bombeo muscular.
• Pinza rodada: pellizco deslizante sobre las zonas lumbar y dorsal.
• Rodamiento muscular: a nivel de las extremidades para conseguir de una forma rápida y rítmica movilizar y soltar la musculatura.
• Movilizaciones articulares: se realizan siempre sin dolor para aumentar la flexibilidad.
• Masaje de cepillo: la técnica del cepillado muscular consiste en aplicar una presión deslizante siguiendo la dirección de las fibras musculares con el objetivo de alargar la longitud de las miofibrillas y fascia. Esta maniobra se basa en el masaje vertebral de Sambucy. No sería justo dejar de dedicar aunque sea un pequeño recuerdo al autor del masaje vertebral, ya que inició la idea de la técnica del cepillo o garlopa, como él lo denominó. Aunque haya diferencias notorias entre su masaje y el nuestro, creo que todo masajista debería estudiar su obra sobre masaje vertebral, pues es un clásico en la biblioteca de cualquier profesional del masaje.
9. Maniobras de finalización:
Para terminar un tratamiento de quiromasaje lo hacemos con maniobras suaves como pueden ser:
• Tecleteos: movimiento rápido y suave que aplicamos con la yema de los dedos para conseguir un efecto relajante.
• Vaciaje venoso.
• Pases magnéticos sedantes o neurosedantes.
El quiromasaje no pretende ser la única técnica de masaje, sino que es una pieza más del mundo de las técnicas manuales, tal vez la más actual al tratarse de una evolución natural del masaje clásico.
Creo que es muy importante que un buen profesional conozca y domine varias técnicas y las aplique con el tiempo, en la forma y combinación que crea más conveniente.
El masaje será siempre una combinación de técnica y sensibilidad. La técnica habrá que aprenderla en los centros adecuados, pero la intuición y la sensibilidad son necesarias para saber qué maniobras debemos escoger para efectuar un buen masaje.
MASAJE DE CEPILLO
FORMAS DE MASAJE DE CEPILLO
Existen distintas formas de cepillar la musculatura. Para ejecutar en las distintas posiciones el masaje de ce pillo, debemos tener, según la amplitud de los grupos musculares, variedades distintas para acoplarnos perfectamente.
El masaje de cepillo se puede efectuar con la musculatura en posición normal de masaje o bien en forma de masaje y estiramiento.
Las posiciones de las manos pueden ser las siguientes:
1. Aplicación de cepillo con las yemas de los dedos índice e incluso con los cinco dedos.
2. Aplicación con todos los dedos y la palma de la mano conjuntamente. Estas dos formas serán las más idóneas para trabajar la espalda.
3. Forma de planchado con las primeras falanges y dedos flexionados hasta tocar la palma de la mano. Ideal para trabajar los músculos isquiotibiales debido a su grosor.
4. Cepillado con el dedo pulgar, especialmente indicado en tibial anterior, cuádríceps y musculatura del antebrazo.
5. Cepillado con el antebrazo, para zonas muy amplias, como espalda y muslo.
EFECTOS DEL MASAJE DE CEPILLO
Cualquier maniobra de cepillo siguiendo siempre la dirección de las fibras musculares será beneficiosa, ya que estira las fibras musculares y produce:
• Aumento de la circulación capilar.
• Regeneración del tejido muscular.
• Estiramiento del músculo en zona determinadas.
• Relajación del músculo.
• Limpieza de las toxinas acumuladas.
Hay que tener en cuenta que los músculos ante una causa mecánica, física o psíquica reaccionan con un aumento del tono muscular y un acortamiento de sus fibras. Las maniobras de amasamientos, vibraciones, bombeos, etc. disminuyen dicho tono, mientras que las maniobras de cepillo aumentan la longitud de las fibras.
APLICACIÓN PRÁCTICA DEL CEPILLO EN LA ESPALDA
Colocación del paciente:
• Decúbito prono.
• Un brazo retroflexionado y apoyado en la cadera.
• Cabeza rotada hacia el lado contrario (trapecio estirado).
Colocación del masajista:
• Lado contrario a la zona que vamos a masajear.
Se empieza el cepillado lejos del punto o región dolorosa; es decir, si hay contractura dorsal, empezaremos por la región lumbar o viceversa con el fin de que la sensibilidad del paciente se adapte a nuestras manos que trabajarán poco a poco de menor a mayor profundidad.
Lentamente iniciaremos el cepillado justo en el borde vertebral, para cepillar el cordón muscular y a continuación con la mano bien plana para no clavar los dedos seguiremos la dirección hacia el borde costal.
Antes de que una mano llegue al final debe empezar la otra mano a cepillar desde el mismo lugar vertebral y así iniciamos una secuencia continua, ya que en ningún momento la espalda del paciente queda sin el contacto de una de las manos (fig. 10.5).
Figura 10.5. Aplicación del cepillo con ambas manos en una secuencia continua de movimiento
Poco a poco iremos ascendiendo, iniciando el cepillado en un segmento más superior y así sucesivamente hasta llegar a la zona interescapular, donde, sin clavar los dedos en el borde interno de la escápula, seguiremos cepillando y al final llegaremos a la zona del trapecio, en la que la dirección no será ya perpendicular a la columna, sino algo oblicua hacia arriba.
Nuevamente bajamos toda la columna y volvemos a subir hasta el trapecio.
En cualquier zona donde encontremos sensación de barrera, de nudo, es decir, donde encontremos crepitación debido a tensión muscular efectuaremos varios pases de cepillo mucho más cortos hasta que aparezca una buena reacción de hiperemia. La primera pasada es con la mano superficial; la segunda más profunda, y una tercera entrando dedos.
Llegando por tercera vez al trapecio, cepillaremos desde el borde paravertebral hacia arriba con nuestro dedo índice apoyado en la zona vertebral de forma lateral, no presionando, y sólo en dirección ascendente, tres o cuatro veces, y a continuación pasaremos por el cabezal de la camilla, al otro lado del paciente, para cambiar el brazo flexionado y girar la cabeza al lado contrario, e iniciaremos un nuevo cepillado ahora en la otra mitad de la espalda (fig. 10.6).
El cambio de posición del masajista debe efectuarse sin perder el contacto con la espalda, ya que esto siempre da mayor sensación de seguridad al paciente.
Figura 10.6a-b. Cepillo
Una vez terminado el cepillado en ambas mitades de la espalda, trabajaremos la región cervical, primero de un lado y después del otro. Para ello colocamos un pulgar apoyado en la región lateral del cuello y con los dedos índice y medio cepillamos desde el borde vertebral hacia el lado contrario primero y después desde la otra posición. La cabeza del paciente estará con la frente apoyada en las manos o bien si la camilla tiene agujero facial, colocará la nariz dentro de él.
El cepillado cervical será mucho más corto que en la espalda, ya que la musculatura tiene también mucha menos longitud.
Como final podemos cepillar la región de los cordones de forma simultánea con las dos manos al estilo Sambucy; es decir, situado el masajista a un lado de la camilla, aplica una mano en la región del trapecio, de un lado en dirección descendente y la otra mano en el cordón paravertebral lumbar en dirección ascendente, y cepilla con las dos manos a la vez. Llegadas al final de la columna, las manos intercambian su posición para repetir el movimiento dos o tres veces (fig. 10.7).
Figura 10.7. Cepillado de la región de los cordones de forma simultánea con las dos manos al estilo Sambuay
Podemos aplicarlo también y para terminar en los costados en forma de vaciaje, desde la mitad de la zona costal, yendo una mano en dirección contraria a la otra hasta la cadera y omóplato colocando las manos juntas o cruzadas.
Asimismo puede aplicarse en espaldas bien musculadas con nuestro antebrazo, según muestran las fotografías (fig. 10.8).
El mejor momento dentro de un masaje para aplicar el masaje de cepillo será a continuación de los amasamientos, ya que así tenemos el tono muscular más bajo y el músculo más relajado.
Figura 10.8. Presión con deslizamiento del antebrazo
El cepillado será:
• digital
• digitopalmar
• nudillar
En caso de contracturas agudas y dolorosas en las que se hace imposible aplicar amasamientos, el cepillo será la maniobra de elección para realizar antes de ellos, y siempre con la profundidad máxima, sin que produzca más dolor.