Читать книгу El Mulato Plácido o El Poeta Mártir - Joaquin Lemoine - Страница 7
III
ОглавлениеEn el barrio de Yumurí i en la estremidad de la calle de N.... se ostentaba una casa apartada, que resaltaba de las demas por su belleza i contrastaba con ellas por la orijinalidad de su aspecto. De madera en su mayor parte, de forma circular, con cornizas talladas caprichosamente, rodeada de ojivas i ventanas cubiertas de vidrios de vivos i variados colores. Cuando por la noche, las luces la iluminaban por dentro, parecia, vista de lejos, un farol encendido. Una galeria de arcos oblongos, sostenidos por torneados i delgadísimos pilares, circundaba la casa. Al pié, i en torno de esta arquería, estendíase una grada de piedra blanquecina, imitacion de mármol. Pequeña, blanca en sus paredes i su techumbre, i rodeada de jardines, esa casa semejaba a una blanca paloma posada sobre un campo florido. Frente al frontispicio i a ambos costados de una elegante pila de bronce oscuro, que arrojaba variados juegos de agua, se alzaban dos estátuas de mármol, que representaban la Poesía i la Música, i al rededor de cada una de las estátuas, varios faroles suspendidos sobre delgadas columnatas de hierro.
A la espalda de la casa estendíase un huerto poblado de frondosos árboles i dividido por una calle recta i central formada por dos hileras de naranjos, limoneros, i guayabos. Hácia el fondo de esa calle angosta, i prolongada abovedada a trechos por el follaje de las palmeras, divisábase la faz trasparente i azulada de un lago cuyas lijeras ondas se bordaban con las flores marchitas i las hojas secas o amarillentas de las parras i las higueras que se inclinaban en torno de ese lago, besándole con sus ramas i brindándole su compañía, los despojos de su follaje i su sombra. Una pequeña góndola flotaba errante i al capricho del viento sobre los pliegues cristalinos de la superficie del lago: tres remos gastados i descoloridos se cruzaban en su fondo. A uno i otro lado del lago i a corta distancia de él, descollaban solitarios dos cenadores, cubiertos por fuera de tupidas madreselvas i campanillas, cuyas flores adornaban las cortinas de vejetacion que se descolgaban, en forma irregular, sobre la entrada de esos que semejaban verdes i floridos torreones, como para encubrir esos recintos románticos que parecian el asilo de los secretos i las delicias del amor. El verde musgo alfonbraba sus alrededores. En su interior no habia mas que un banco formado de troncos de árboles i una mesa de madera blanca sobre la que se levantaba un búcaro de arcilla que contenia flores artificiales.
Contra el tronco de dos árboles inmediatos a los cenadores estaban amarradas con hilos de cáñamo una cruz de madera i una seca rama de palma bendita, que daba a ese paraiso en miniatura cierto vago aspecto de relijiosidad i misticismo.