Читать книгу Ruina y putrefacción - Jonathan Maberry - Страница 8
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Septiembre estaba a diez días de distancia, y Benny aún no encontraba trabajo. No era lo bastante bueno con un rifle para ser cuidador de cerca; no era lo bastante mayor para unirse a la guardia del pueblo; no era lo bastante paciente para ser granjero; y no era lo bastante fuerte para trabajar como golpeador o cortador… Y tampoco era tan atractivo para él aplastar cabezas de zombi con un mazo o cortarlos para lanzarlos a la cantera, a pesar de su odio tan fuerte hacia los monstruos. Sí, era matar, pero también parecía trabajo duro, y Benny no estaba muy interesado en algo que fuera descrito como “trabajo físico exigente”. ¿Se suponía que con eso atraían solicitantes?
Así que, después de reflexionar toda una semana, durante la que Chong lo aleccionó interminablemente sobre separarse de las ideas preconcebidas y darse el permiso de convertirse en parte del proceso cocreativo del Universo (o algo parecido), Benny fue y le pidió a Tom que lo aceptara como aprendiz.
Primero, Tom lo estudió con los ojos entrecerrados, desconfiado.
Luego sus ojos se abrieron, consternados, al darse cuenta de que Benny no estaba bromeando.
Cuando la realidad se abrió paso, Tom parecía sollozante. Trató de abrazar a Benny, pero eso no iba a suceder en esta vida, así que se dieron la mano.
Benny dejó a un Tom sonriente y subió las escaleras para tomar una siesta antes de la cena. Se sentó y miró por la ventana, como si pudiera ver el día siguiente y el siguiente y el siguiente de ése y el siguiente. Sólo él y Tom.
—Esto realmente va a apestar —dijo.