Читать книгу El cine actual, confines temáticos - Jorge Ayala Blanco - Страница 16
La idealización asaltante
ОглавлениеAtracción peligrosa (The Town)
Estados Unidos, 2010
De Ben Affleck
Con Ben Affleck, Rebecca Hall, Jeremy Renner
En Atracción peligrosa, exitoso y consistente segundo largometraje del también guionista y actor apagadamente sobrio Ben Affleck (tras un más que prometedor Desapareció una noche, 2007), con libreto suyo y de Peter Craig y Aaron Stockard basado en la novela Príncipe de ladrones de Chuck Hogan, el hábil asaltante con pandilla barrial pero en trance de retiro Doug MacRay (Ben Affleck) provoca el encuentro en una lavandería con la ingente gerente Claire (Rebecca Hall) del banco que acaba de atracar y enardece de amor loco por ella, poniendo en riesgo la seguridad de su compinche mejor amigo Jam (Jeremy Renner con antiglamourosa pinta de neoenemigo público James Cagney), de la hermana de éste su exnovia drogadicta Krista (Blake Lively) e incluso de su filoso padre en prisión Stephen (Chris Cooper colosal), hasta la victoria siempre. La idealización asaltante sublima naturalista, retórica y épicamente en la figura de ese simpático ladrón que quería efectuar un último atraco magnífico para cambiar de vida al salir de su medio urbano (y lográndolo pero a qué precio), a todo un barrio bravo bostoniano de irlandeses (defensa e ilustración de Charlestown), su orgullo de casta (como asaltabancos por tradición familiar), su determinismo (de generación en supergeneración), sus protectoras y solidarias amistades entrañables en la ignominia (y ocasionales puñetazos cariñosos a la Hawks), sus traumas cebados desde la infancia (tan compartidos e insuperablemente bien repartidos como los del Río Místico de Eastwood, 2003), sus crueles capos imbatibles de apariencia inofensiva (ese florista provecto Fergie / Pete Postlethwaite con su intimidante guarura unicelular Rusty / Dennis McLaughlin), sus sabuesos malditos como el antipático agente del FBI Frawley (John Hamm) extorsionadores hasta de infelices drogadictas con bebé y apoyados por ratas delatoras, su amoralidad y su sociocientificismo vivencial, de la misma manera que lo hicieron, antes de Affleck, el Scorsese de la Pequeña Italia neoyorquina (Calles peligrosas, 1973; Buenos muchachos, 1990) y el Gray de la Pequeña Odesa judeorrusa también neoyorquina (Cuestión de sangre, 1994; Amantes, 2008) e incluso el infaltable Brooklyn / Crooklyn, asimismo en Nueva York de Spike Lee (desde Haz lo correcto, 1989), aunque desde ópticas y una escritura fílmica pretendidamente más deliberadas, autoconscientes, propositivas y perfeccionadas. La idealización asaltante apoya su prurito de mesmerizante thriller posmoderno en el mesmerizante virtuosismo cronométrico (editado por Dylan Tichener) de sus tres megaasaltos (a un banco / un transporte de valores / un estadio de baseball), siempre diferentes, con elementos y sorpresas jamás vistos, hasta en sus persecuciones de autos / patrullas / camioneta blindada / ambulancia chocones o volteados, ya lugarcomunescos y tediosamente previsibles en cualquier derivado rutinario del más brillantestridente a huevo Michael Mann (a partir de Fuego contra fuego, 1995), si bien simbolizándose en cierto coito cual pasitos ciegos hacia una playa-abismo y en el uso de máscaras-disfraces sensacionales (Santa Muertes hilachos / monjas podridas / policías / FBIs / paramédicos / ómnibuseros), sin cesar renovándose y reinventándose casi musicalmente sobre la marcha, de diez modos ingeniosos, cual tema con cien variaciones intempestivas a la vez. Y la idealización asaltante trepida y trepida, hacer olvidables sus debilidades evidentes (esa temerosa galana ñoña que sólo sabe ocultar datos y cultivar jardincitos idiotas, ese monologal triunfo lleno de amorosos billetes sembrados y paciente espera) y concluir poniendo en evidencia su hipocresía esencial mediante un letrero aclarando que en Boston también hay ciudadanos honestos a quienes va dedicada la cinta.