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El rescate masivo
ОглавлениеSonata para un hombre bueno / John Rabe (John Rabe)
Alemania-China-Francia, 2009
De Florian Gallenberger
Con Ulrich Tukur, Steve Buscemi, Dagmar Manzel
En Sonata para un hombre bueno / John Rabe, segundo largometraje del exotista autor total bávaro de 36 años Florian Gallenberger (un episodio de Honolulu, 2000; Sombras del tiempo, 2005), el riguroso técnico ejecutivo de la Siemens alemana a punto de ser repatriado luego de 27 años en el Lejano Oriente John Rabe (Ulrich Tukur calvísimo pero sin talla de santón) resuelve permanecer en Nanking y enfrentar la masacre (sin reconocimiento oficial aún hoy) de civiles (300 mil) perpetrada por las tropas invasoras japonesas en diciembre de 1937, al frente de una Zona de Seguridad improvisada en torno a la central eléctrica que había ayudado a construir, para salvar la vida de otros 200 mil chinos allí refugiados, pese a la partida de su amada esposa Dora (Dagmar Manzel), a las burlas del apabullado médico inglés Wilson (Steve Buscemi implacable) y a su propia debilidad diabética urgida de insulina. El rescate masivo dramatiza y elogia de modo neoexistencialista la capacidad de decisión, pues, a semejanza y a diferencia del episodio del realizador en el film colectivo Honolulu, donde las banales decisiones juveniles de un fin de semana se convertían en cruciales opciones vitales, aquí el protagonista se verá forzado a tomar una decisión tras otra a todo lo largo del relato (y así lo asienta en su diario perdido / rescatado que se lee en off), decisiones que desde un primer momento sabe cruciales, que lo comprometen y lo ponen en riesgo físico, que toma prácticamente sin saber por qué casi al estilo Camus (como el doctor de La peste), porque está condenado a ser libre a lo Sartre, a comprometerse con su circunstancia y con los demás, eligiendo, siempre eligiendo, decidiéndose a elegir entre continuar rigiendo la instalación eléctrica alemana o entregársela al canallesco relevo mediocre, entre guarecerse con cientos de empleados bajo la despreciable bandera nazi desplegada en el patio o exponerse todos a los bombardeos inclementes, entre aceptar la presidencia de la zona de seguridad o rechazarla, entre huir a Europa ya con jaulita en mano sobre la escalerilla del barco o quedarse sosteniendo la esperanza del área salvadora, faltándole diplomáticamente al respeto al príncipe nipón para hacerse escuchar por él, haciéndose de la vista gorda ante los 800 soldados chinos escondidos bajo candado en el colegio de la aún atractiva profa francesa Duprès (Anne Cosigny) en silencio enamorada de él, definiendo la suerte de los 20 rehenes chinos que podrán salvarse como sucedáneos del chofer germanohablante gratuitamente ejecutado, saliendo con su grupo de notables a enfrentar afuera de los portones los fusiles ya apuntados contra la población civil unificada, y así. El rescate masivo narra (aunque de manera colateral), como en las tempranas Sombras del tiempo de Gallenberger, donde cierta pareja de jóvenes amantes hindús del pasado esclavista se reunía y separaba a la fuerza tras pagar por turno sus rescates a la fábrica de tapetes a la que habían sido vendidos, un conato de tragedia romántica interracial, también planteada en la ignominia, si bien casi por completo elíptica e ilustrativamente conjurada, entre el atormentado judío consejero de embajada ahora protegido de manera infamante por los nazis exterminadores de su familia Rosen (Daniel Brühl) y la joven fotógrafa china al rape Langshu (Zhang Jingchu), que arriesgaba el pellejo (o su violación colectiva) todas las noches para llevarle de comer al hermanito. El rescate masivo recurre a temerarios paralelos de la ficción multinacional (y sus parasitarias espectacularidades de superproducción) con tomas de archivo, visiones carniceras de cadáveres reventados (en noticieros auténticos, en artificio tremebundo), crueles ejecuciones sumarias bellamente encuadradas y una indigna concepción de los chinos rescatados cual obedientes adultos-niños y pobres diablos sumisos, todo ello sin miramientos ni escrúpulo alguno. Y el rescate masivo terminará coreando con aplausos agradecidos y aclamaciones finales la posibilidad de rehabilitación y reivindicación justicieras de un héroe civil compasivo, laico, valeroso y contradictorio ¿como todos?, que supo llevar el pacto bélico hitleriano-nipón imperial hasta sus extremas consecuencias paradójicamente humanitarias, aunque el buen hombre muriera en el aborrecimiento aliado y el olvido.