Читать книгу El cine actual, confines temáticos - Jorge Ayala Blanco - Страница 3
Prólogo
ОглавлениеLeer feliz, tenaz y temáticamente el cine universal contemporáneo.
El cine actual y sus temas. El cine de hoy y sus temas característicos, sin proponérselo. El cine que nos tocó vivir y sus rebasamientos. El cine contemporáneo y sus alcances temáticos. El cine actual y sus confines temáticos.
El cine actual y sus temas. Cómo los detecta, cómo los reconoce, cómo los enfoca, cómo los expone, cómo los desarrolla, cómo los varía, cómo los remarca, cómo los desborda, cómo los redondea, cómo los envía.
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Tratar de indagar hasta dónde pueden llegar los temas que aborda el cine de hoy, a través de la emoción sólo después reflexiva, mediante el examen y el estudio sensible, cuidadoso y, ¿por qué no?, amoroso de 350 de los especímenes más brillantes y apasionados de su repertorio actual y surgidos casi al azar de las carteleras comerciales y paralelas.
Desde el momento de precisar la perspectiva de análisis de este libro para poder acometer su arranque, acaso ya se vislumbraba que su propósito sería tan preciso como inabarcable, difuso e informulable vendría a ser el planteamiento mismo de sus resultados.
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¿Al asalto de los temas? A estas alturas del derrumbe y la desaparición de los valores estéticos, lo menos relevante es si te gustó o no la película. Lo que importa es cómo fundamentas tu gusto y tu emoción, cómo los argumentas, cómo los demuestras. Lo importante es lo que viste en la película y cómo lo expresas. Cómo te han afectado los confines temáticos, cada confín temático en particular. El juicio evaluador va implícito en el tono, en los conceptos manejados, en los adjetivos, en el extrañamiento.
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Gracias a la evidencia y el repertorio vivaz de esos confines temáticos, ¿serán ciertas, entonces, todas las mejores y más selectas, las más agudas especulaciones teóricas sobre el cine actual?
Por lo pronto, será cierto, tal como lo arguía testamentariamente el crítico catalán Domènec Font, que el cine enfrenta al hombre con sus propias complejidades existenciales, e incluso su modo fantástico, con más peso que otros, representa una experiencia de fronteras dentro de nosotros mismos que contribuye a la comprensión de lo humano.
Será cierto, tal como lo supone el sociólogo francés Jacques Rancière, que el espectador emancipado (en especial el crítico) sólo participa en la performance fílmica rehaciéndola a su manera, sustituyéndose por ejemplo a la energía vital que se supone que ésta debe transmitir para hacer de ella una pura imagen y asociar esa pura imagen a una historia que ha leído o soñado, vivido o inventado.
Será cierto, tal como lo decía ya el pensador-cineasta alemán Alexander Kluge, que el cine es inmortal y más antiguo que el arte de filmar, y se basa en la comunicación pública de lo que nos mueve por dentro.
Será cierto, tal como lo afirma el cinefilósofo esloveno Slavoj Zizek, que para acercarse a lo real, para desenmascarar la realidad que se oculta de sí misma, hay que pasar por la ficción, hay que hacerlo a través de la ficción.
Será cierto, como lo creía el patriarca germano de la crítica Walter Benjamin, que la crítica cultural se valida a modo de una efectiva puesta en abismo que orilla brechtianamente al espectador a abandonar su rol pasivo para cuestionar el contenido de las imágenes.
Será finalmente cierto, tal como lo formula el filósofo francés André Badiou, que la pasión por lo real implica necesariamente la sospecha, ya que nada puede atestiguar que lo real es real, salvo el sistema de la ficción donde representa el papel de lo real, por lo que remite siempre a una pasión por lo nuevo.
Y será, por ende, validada como auténtica y feraz nuestro balbuciente recorrido por los temas encontrados, a veces a pesar suyo, por el cine contemporáneo, a lo largo de poco más de tres años y a lo ancho de 350 películas salidas al paso en el día a día, así como legitimado nuestro, ese sí, estentórea, incallable y entusiasta disfrute de sus elocuentes formas innovadoras, su evocación puntual y la lectura, desde múltiples enfoques, de sus vías abiertas.
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Por razones meramente taxonómicas y climáticas, nuestros confines temáticos se han clasificado en nueve apartados, empíricamente delimitados. Temas realistas, sean nucleares o sociales, a veces delictuosos, viajeros e incluso bélicos, que desean deslindar la aventura humana. Temas observacionales, en el límite del documental clásico o de lo docuficcional, testimoniales, de investigación, vividos o no, pero siempre recreados y proclives a lo ensayístico, que en cualquiera de sus formas se definen por su vocación verista o persecutoras de un realismo absoluto. Temas interiores, sean íntimos o definitivamente mentalistas, que establecen relación con la soledad final, radical y esencial de los seres. Temas distanciados, ya sea gracias al humor, a la ironía, al escarnio o al simple suspenso, que se componen de planteamientos fina o burdamente vueltos en contra de sí mismos. Temas trascendidos, a través de la abstracción, el dolor o la fascinación, que configuran alguna reflexión, alegoría o meditación particular. Temas fabulescos, sean sentimentales, románticos o idílicos en general, que parecen constituirse de manera mediata o inmediata en modelos de comportamientos relacionales encaramados. Temas fantásticos, sean por la maravillosa idealización intemporal o por cualquier forma prodigiosa o pródiga del horror genérico o visionario. Temas espirituales, ya sean vehiculados por motivos contemplativos, religiosos o apuntando a lo sagrado laico y sin Dios. Y temas carnales, bordeando lo sacro merced al instinto, la sensualidad o el erotismo, que conforman una topografía pulsional de modo voluntario o involuntario. Dando lugar y ayudando, así en conjunto, a obtener una estructura flexible que quiere ser lo más clara y rigurosa posible, por lo menos nunca demasiado imprecisa ni rígida ni tiesa, para este libro de análisis cinefílicos de cine: una estructura que no elude, sino más bien concita, los vasos comunicantes; una estructura diseminante y diseminada.
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Para la elaboración de este libro se han tomado como base de reescritura los artículos hebdomadarios publicados en la columna “Cinefilia exquisita” de la sección cultural del periódico El Financiero, generosa y sabiamente dirigida por Víctor Roura, así como en las primeras transformaciones sucesoras inmediatas de esa sección rumbo a El Financiero-Bloomberg, si bien un par de críticas aparecieron en la revista Icónica de la Cineteca Nacional y algunas otras son rigurosamente inéditas.
mayo de 2010-marzo de 2014.