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CAPITULO III
Juan José, José Miguel y Luis Florentino

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Los hermanos Carrera Verdugo son personajes controvertidos de la historia de Chile. Los que simpatizan con sus andanzas dirán que han sido patriotas y verdaderos “padres de la Patria”, sus detractores los harán ver como individuos sedientos de poder y arrogantes.

Lo cierto es que los cuatro hermanos, Juan José (1782-1818), José Miguel (1785-1821), Javiera (1781-1861) y Luis Florentino Juan Manuel Silvestre de los Dolores (1791-1818), buscaron a toda costa ejercer el poder en Chile.

Desde el año 1813, tuvieron una marcada animosidad contra el General Bernardo O’Higgins Riquelme, en principio por haber sido designado éste como General en Jefe del Ejército debido a la impericia puesta de manifiesto por los Carrera en la conducción de las operaciones militares contra los realistas, especialmente durante el sitio de Chillán.

Tal era la ambición de poder de los Carrera que depusieron al Director Supremo Francisco de la Lastra y Sotta para luego enfrentarse con O´Higgins en una lucha fratricida por el poder, que no hizo más que poner en riesgo la evolución de la guerra contra los españoles que, al mando del General Osorio, reanudaron con más ímpetu la guerra y el 1 y 2 de octubre de 1814 derrotaron completamente a los patriotas criollos en Rancagua. Los hermanos Carrera y O´Higgins se culparon mutuamente por lo acontecido en Rancagua y se profundizaron las diferencias entre ellos.

Los chilenos derrotados huyeron hacia Mendoza. El Gobernador Intendente de Cuyo era el General José de San Martín, quien a su vez estaba preparando un ejército para lograr la independencia en Sudamérica.

A partir del momento en que los hermanos Carrera ingresaron al territorio de las Provincias Unidas del Río de la Plata, comenzaron a generar problemas de magnitud donde quiera que éstos se afincaban. Los primeros se produjeron en la ciudad de Mendoza como consecuencia de la rivalidad existente entre los Carrera y O´Higgins.

La situación entre los exiliados chilenos empeoraba por las acusaciones que se lanzaban unos a otros. Por un lado, el General O’Higgins, junto a setenta y cuatro oficiales de su entera confianza, entre ellos el Brigadier Juan Mackenna O´Reilly, firmaron un documento en el que pedían protección y amparo a San Martín en contra de los Carrera por considerarlos responsables de la ruina de la patria y para quienes pedían represión y castigo.

Por su parte, los hermanos Carrera y sus seguidores adjudicaban responsabilidad a O´Higgins por la derrota de Rancagua y la situación de exiliados en la que se encontraban. Para hacer aún más hostil su postura, uno de los hermanos, Juan José Carrera, envió una nota de desafío al Brigadier Juan Mackenna señalándolo como el mayor instigador en contra de su familia pero es probable que, con esa actitud, pretendiera recuperar su honor ya que su valor había sufrido un severo descrédito durante la batalla de Rancagua en la que, pese a ser el oficial de mayor jerarquía, había entregado el mando al General O´Higgins, buscando luego refugio en una de las iglesias hasta que los patriotas pudieron romper el cerco y huir. Al respecto, sus adversarios, no perdían la oportunidad de deslizar comentarios irónicos e hirientes sobre su conducta.

Además, la arrogancia de los Carrera no contribuía en nada a que se apaciguaran los ánimos e insistían de manera impertinente en que se les reconocieran sus cargos y, a la vez, se resistían en reconocer la autoridad del Gobernador y pretendían seguir actuando con independencia absoluta.

Finalmente, debió intervenir el General San Martín quien resolvió que los Carrera abandonaran Mendoza. El 03 de noviembre de 1814, los envió a la ciudad de San Luis. Por expresa orden de San Martín permanecieron en esa ciudad Juan José Carrera y su esposa mientras el resto de los hermanos se dirigió a Buenos Aires.

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