Читать книгу Sobre Víctimas y Victimarios - Jorge Enrique Altieri - Страница 31

4 de diciembre de 1820 “Ayer, mi Mercedes, tomé el Salto, sin querer: mi objeto era sacar ganado y el de los indios saquear e incendiar el pueblo. Avanzamos y mandé la primera compañía, con orden de tirar al aire y huir de las primeras calles como aterrados, para que los indios desistiesen de su empresa. Así se habría logrado, pero los soldados, animados por el pillaje, se apoderaron de la plaza con intrepidez, y los indios, contra sus promesas, hicieron tolderías en la Iglesia, en las casas y en las familias. Me vi obligado a contenerlos en partes y aún estuve resuelto a batirlos si no cedían. Por la fuerza, por el robo y por intrigas, les quité casi todas las prisioneras y las volví con un escolta. He comprado por 20 vacas, la hija de un honrado poblador y al instante la mandé y una chica muy bonita, como Javierita, con quien dormí anoche porque estaba desnuda al frío”… ¡Pleno verano!. Carta del General José Miguel Carrera Verdugo a su esposa. 20

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El Padre Capellán Manuel Cabral, y varios vecinos salvaron sus vidas por estar escondidos en la torre de la iglesia. Llegan a Carmen de Areco donde informan de lo sucedido. Al Brigadier General D. José Rondeau, se le envía el siguiente parte:

Sobre Víctimas y Victimarios

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