Читать книгу Historias cortas de magnicidios y de sangre - Jorge Osvaldo Bazán - Страница 20
ОглавлениеEl que a hierro mata…
Luego de pesquisar el origen del Fiat Tempra, y de realizar innumerables cruces telefónicos, los asesinos fueron identificados, procesados y condenados. Se comprobó que uno de los asesinos era íntimo colaborador de Oviedo, por ello este último fue encarcelado en una prisión militar pero con abogados amigos pudo zafar de la condena, luego de idas y vueltas de magistrados enriquecidos y sospechados. Y de un periplo fugaz como asilado en Argentina.
El 23 de octubre de 1999, Pablo Vera Esteche, acusado de ser el sicario que disparó contra Argaña, fue arrestado en Paraguay, confesando que él y otros dos asesinos armados habían recibido un pago total de USD 300.000, de parte de Cubas y Oviedo. Vera, que también involucró al mayor Reinaldo Servín, hombre ligado a Oviedo, como el encargado de reclutar a los criminales fue condenado a 20 años de cárcel al igual que sus cómplices.
Muchos medios de comunicación canallas y hasta el ex juez federal argentino Federico Pinto Kramer, uno de los abogados de Oviedo, en declaraciones al diario “Clarín” de Buenos Aires, quisieron introducir en la causa la teoría de que Argaña ya estaba fallecido por un cáncer cuando lo subieron a la camioneta y que la balacera había sido organizada para sacar un rédito político. Una patraña monumental, un disparate a todas luces insostenible, del cual puedo dar fé por un hecho curioso que me tocó vivir. Pido disculpas por ser autorreferencial pero tiempo después del magnicidio, pude encontrarme en Formosa con uno de los hijos de Argaña, al que conocí gracias a los buenos oficios del entonces cónsul paraguayo en esta ciudad. Si mal no recuerdo, fue Félix Argaña quien me obsequió dos cosas muy valiosas: Primero, el libro de Osvaldo Bergonzi (“Magnicidio en la diagonal”) que he consultado para este capítulo, y una copia en VHS de la mismísima autopsia del cadáver de su padre, que exhibida la misma a un médico amigo me indicó que sin dudas la muerte se correspondía con el momento del ataque, porque el hecho de sangrar profusamente durante las incisiones de rigor, demostraba cabalmente que no existió “rigor mortis” horas previas a su traslado al sanatorio.
Pero bien se dice que “Dios es justo”. Y ello quedó demostrado el 2 de febrero de 2013. Cuando regresaba a Asunción luego de una gira política, el helicóptero Robinson 44 que transportaba a Lino César Oviedo se precipitó a tierra muriendo despedazado tanto él como sus acompañantes. El pequeño general que soñaba con los albores del franquismo, el Julio César de opereta de la historia guaraní, ese hegemón vernáculo quedó esparcido en la tierra que lo vió nacer.
¿El que a hierro mata a hierro muere?. Nunca se sabrá...
Bibliografía
“Magnicidio en la diagonal” . Osvaldo Bergonzi. Imprenta Comuneros.Asunción. 2001.
“El asesinato de Luis María Argaña” Diario “Última Hora” 22 de marzo de 2017.
Diario “La Nación” Paraguay. 23/03/2007-
“En la línea de fuego. Mirta Gusinky de Cubas. La dama fuerte del Paraguay.”
Nota de Elisabetta Piqué. Diario “La Nación” . Buenos Aires. 30 de agosto de 1998.
“Nicanor: Oviedo planificó y ajecutó el asesinato de Argaña” . Diario “Última Hora”. 23 de febrero de 2021.
“Raúl Cubas Grau”. ABC Revista. 11 de diciembre de 2005
“Raúl Cubas, el brazo ejecutor del encadenado Lino Oviedo”. Diario Perfil. Buenos Aires. 11/05/1998
Entrevista personal a Félix Argaña. Formosa. 2000.
“Detenido pistolero implanta Oviedo-Cubas en el asesinato de Argaña”. The Miami Herald. 29 de octubre de 1999.