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PRÓLOGO

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Las Fundaciones Indalecio Prieto y Juan de los Toyos se complacen en presentar esta obra tan necesaria como importante. Necesaria porque, si bien la figura del lehendakari José Antonio Aguirre forma ya parte del patrimonio común de los vascos, a juzgar por el gran número de monumentos y calles dedicadas a su figura en el espacio público, la de Indalecio Prieto, el otro «padre fundador» de la Euskadi contemporánea, no ocupa seguramente en la memoria colectiva del País Vasco el lugar que le corresponde. E importante porque, aunque contamos con muy notables biografías de Aguirre y Prieto, faltaba una obra que, poniendo en relación sus trayectorias políticas, aportara una visión de conjunto sobre el período histórico del que ambos fueron protagonistas: los treinta años que van desde la proclamación de la Segunda República en 1931 hasta la prematura muerte de José Antonio Aguirre en 1960.

Algunos historiadores, al escribir sobre uno y otro, han destacado las similitudes y las diferencias que existieron entre ambos, pero nadie hasta ahora había emprendido el intento de relacionar sus biografías políticas entre sí, de seguirlas conjuntamente hasta el final y de seleccionar entre la enorme cantidad de documentos que su relación produjo (correspondencia cruzada, artículos en la prensa, discursos, intervenciones parlamentarias, etc.), aquellos que son ciertamente relevantes para comprender su contribución decisiva a nuestra historia reciente. El resultado es un estudio comparativo de los dos hombres, Prieto y Aguirre, y de las culturas políticas que representaron durante buena parte del siglo XX: el nacionalismo vasco, del que Aguirre fue el gran líder carismático, y el socialismo vasco y español, del que Prieto fue uno de los principales dirigentes. Un estudio que, siguiendo un orden cronológico, analiza con rigor los desencuentros, pero también los acuerdos personales y políticos que hicieron posible, entre otras cosas, la formación del primer Gobierno vasco de la historia, el constituido en la villa de Guernica el 7 de octubre de 1936.

República, guerra y exilio son el marco temporal de este libro porque son también los hitos que marcaron las trayectorias vitales de sus dos protagonistas. Prieto era 21 años mayor que Aguirre (aunque le sobrevivió dos años) y llegó por tanto a la vida pública dos décadas antes que el dirigente nacionalista vasco. Fue elegido diputado por primera vez en 1918, mientras que Aguirre no se estrenó en las Cortes hasta 1931. Durante la Segunda República, el PNV fue el principal rival del socialismo en las elecciones, e Indalecio Prieto fue para muchos nacionalistas vascos algo así como una «bestia negra». Pero el enemigo político del líder socialista no fue el nacionalismo liderado por Aguirre, sino la derecha antirrepublicana. Preocupado siempre por España y su futuro como nación, Prieto no fue políticamente insensible a la cuestión vasca. Desde una concepción liberal y democrática de los Fueros, respaldó el régimen del Concierto económico y el autogobierno como extensión política del mismo. Defendió que el Estatuto de autonomía fuera «obra de concordia» entre las fuerzas políticas vascas entre sí y con las del conjunto de España, y que en su contenido se ajustara de forma estricta a los principios democráticos establecidos en la Constitución republicana. Salvados estos dos requisitos, entre abril y julio de 1936, Prieto participó activamente en la redacción y tramitación en las Cortes del primer Estatuto vasco, que estaba prácticamente concluido cuando estalló la Guerra Civil.

El intento de los militares golpistas de suplantar a la sociedad civil en el ejercicio del poder político unió a Indalecio Prieto y José Antonio Aguirre en defensa de la legalidad republicana. Prieto fue, primero como ministro de Marina y Aire y después como ministro de Defensa Nacional, el máximo responsable del esfuerzo bélico de la República hasta su salida del Gobierno en abril de 1938. Aguirre, elegido lehendakari en los primeros días de octubre de 1936, tomó el mando político del Ejército vasco que combatió en territorio vizcaíno hasta finales de junio de 1937.

La derrota en la Guerra Civil les unió de nuevo en la lucha por recuperar la democracia española en un proyecto europeo tras la Segunda Guerra Mundial. Sus esperanzas naufragaron en un profundo y amargo desengaño al comprobar que los intereses de las llamadas potencias occidentales, y especialmente de los Estados Unidos, les sacrificaban en el contexto de la Guerra Fría, que les enfrentaba a la Unión Soviética y sus aliados comunistas. No obstante, ambos se comportaron en este período como hombres de Estado (Aguirre pudo convertirse incluso en el primer nacionalista vasco que presidiera un Gobierno español) y su contribución, aunque entonces no alcanzara el éxito, está en el origen de la Unión Europea que hoy disfrutamos como espacio de libertad ciudadana y democracia política.

Por todo ello, creemos que este libro sobre las vidas políticas de Prieto y Aguirre contribuye de manera notable no solo al conocimiento de la historia contemporánea vasca. También una parte importante del pasado de España, e incluso de Europa, se encuentra estrechamente vinculada al impacto de la actividad política desplegada por estos dos hombres excepcionales durante tres décadas. Con sus innegables aciertos, pero también con sus errores, Aguirre y Prieto supieron preservar, más allá de la distancia política que les separaba, una cercanía personal que da medida de su talla humana y nos aporta como lección para el presente que la defensa apasionada de las ideas y los proyectos políticos no tiene por qué estar reñida con la comprensión de las posiciones del otro y la solidaridad humana.

Como presidentes de la Fundación Indalecio Prieto y de la Juan de los Toyos Fundazioa, deseamos, por último, expresar nuestro agradecimiento a todas las personas que han aportado su esfuerzo y conocimientos para la elaboración de este libro. En primer lugar, a los autores, José Luis de la Granja y Luis Sala, historiadores que respondieron con generosidad a la propuesta que les hicimos. También al Gobierno vasco que, a través de su Departamento de Cultura, hace posible la labor formativa y cultural de nuestras Fundaciones. Una labor de conservación y difusión que, en colaboración con organismos públicos como el Euskadiko Artxibo Historikoa-Archivo Histórico de Euskadi (EAH-AHE) o el Centro Documental de la Memoria Histórica (CDMH), nos permite conocer cada vez mejor nuestro pasado y comprender así nuestro presente.

RAÚL ARZA

Presidente de Juan de los Toyos Fundazioa

ALONSO J. PUERTA

Presidente de la Fundación Indalecio Prieto

Vidas cruzadas: Prieto y Aguirre

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